¡Qué majo eres, Madridista! Cuando te he leído me he dicho: ¡otra chincheta! Me explico: Siendo yo adscrito, es decir, numerario que todavía no vivía en un centro, ocurrió que hubo un bajón en la cosa del proselitismo. Era un centro nuevo y la mayoría de los que habíamos pitado proveníamos del mismo colegio, así que nos lo pasábamos pipa montando partidos de fútbol, excursiones, fiestas y demás, pero sólo entre nosotros. Estábamos tan encantados de habernos conocido que ni nos acordábamos de a santo de qué habíamos ido a parar allí. El asunto debió llegar a Delegación y de allí saldría la indicación o la idea luminosa. La cuestión es que un día nos reúne el Subdirector con aire de misterio. No era una charla, ni el círculo breve, ni se trataba de asignar nuevos encargos, porque se habían asignado recientemente. El la habitación había un gran panel sobre un caballete con un rudimentario mapa como de una carretera con unos banderines a cada trecho y sus montañas pintadas y sus casitas y sus curvas y rectas. En un extremo figuraba una a modo de pancarta con la leyenda "Salida" y en el opuesto otra pancarta  en la que se leía "Meta".

El Subdirector, con una sonrisa que no sabíamos bien si expresaba "sé lo que me vais a decir, pero dejadme pasar el trago y haced como si no hubiera pasado nada", o es que le divertía de verdad el asunto, tras un breve preámbulo en el que nos quedó claro que no estábamos allí, en el centro, en el Opus Dei, para pasarlo bien entre nosotros -aquello de montemos tres tiendas y tal-, que el partido de fútbol de los sábados no era para demostrarnos lo buenos que ya sabemos que somos con un balón entre las piernas, sino que era para atraer gente a la meditación, y que ésta no tenía mucho sentido si el cura se tenía que dirigir sólo a nosotros, y que los vinos en el bar de la esquina como final de fiesta estaban muy bien, pero no era eso, no era eso..., mostró unas cuantas chinchetas  que fue clavando bajo la pancarta de "Salida" y dijo: "cada una de estas chinchetas será un amigo vuestro. A medida que vaya viniendo a medios de formación irá avanzando tantas posiciones como puntos tenga el medio de formación, si es una charla, pues -un suponer- medio punto, si es una meditación,  un punto; si es un cículo de san rafael (tu círculo), dos; si es un retiro mensual, tres. Ganará el que primero llegue a la meta." No recuerdo el premio por ganar. No hubo ocasión, porque mi chincheta pitó y rompió la baraja.

 La cuestión es que era digno de ver cómo nos reuníamos cada semana delante del panel con la indisimulada esperanza de que nuestra chincheta fuera siempre por delante de las demás y cómo nos estrujábamos el caletre para idear el modo de que en la siguiente semana la chincheta diera un nuevo brinco al pairo de una nueva comparecencia del incauto en el mayor número de actos posible. Si nos hubieran dado la brasa acerca del escaso índice de vida espiritual que suponía no atraer prosélitos, se habría producido una desbanda de adscritos; pero recurrieron a picarnos la moral sin importar que fuera nuestra más baja condición de jóvenes machos primates competitivos y feroces la que aflorara, mientras el resultado fuera grato a la estadística.

Y sobre lo que preguntas de "Las chicas los viernes..." ¿Qué chicas, alma de cántaro? Los numerarios no pueden ver chicas ni los viernes ni ningún otro día de la semana conocido, incluyendo las fiestas de guardar, guardar la vista, se entiende, porque para un numerario todos los días son fiesta en el sentido del precepto. Yo tenía una amiga especial. Desde que pité, ¿has sabido tú algo de ella? Yo tampoco.

Otra cosa, Madridista, ¿eres de los de abono? Pues ve subastándolo, porque si pitas es lo primero que dejarás de hacer: ir al fútbol. Y el producto de la subasta lo dejas en secretaría, que siempre habrá un roto para un descosido.

En cuanto a lo del ambiente de estudio, harías bien en entretenerte un poco leyendo, por ejemplo, lo último de Guttemberg publicado el mismo día que tu escrito. ¿A que es emocionante? Pues no veas lo emocionante que debió resultar para otro que yo me sé que le advirtieran que habían "visto" en él tendencias homosexuales por la delicadeza de trato con solía prodigarse. pero ¿de qué estábamos hablando?

Un abrazo y ánimo, que la Champions ya caerá otro año. O, si no es la Champions, ¡igual gana tu chincheta blanca!

Kaiser