Opuslibros - Nos ven como grupo organizado.- Cooper

Cooper :

Nos ven como grupo organizado

Observando los tics de los que suelen escribir en desacuerdo con las opiniones de estas páginas, se aprecia una tendencia a tratarnos como un grupo organizado, con fines comunes, además de perversas intenciones contra el Opus y la Iglesia.

Lo que más me choca de esto, es que nos vean como grupo, porque aparte de los Orejas que mantienen la página; no privandose de su derecho a opinar cuando les parece bien; el resto me imagino que somos gente aislada que ha encontrado una página donde le apetece decir "la suya", cada uno por sus razones personales, que por cierto, no habrá consultado con nadie.

Mi caso puede ser paradigmático. Encontré esta página a través de Odan y después de mas de 30 años de lejanía de la Cosa y sus circunstancias, pero claro, como muy bien explica E.B.E , el haber sido de la Cosa imprime un cierto carácter y me tragué las páginas de cabo a rabo. Reí, lloré y me emocioné decenas de veces, pero no paré hasta que me lo leí todo. Vi que la historia se repetía, que cosas que yo había pensado a medias, aquí estaban claritas claritas, Que mi sospecha de que en la Cosa se usa el anzuelo de la "santidad en medio del mundo" para acercarte tempranamente a una "vocación" forzada y que una vez dentro todo se transforma en una anulación de la persona que queda reducida a un ente anónimo totalmente disponible según los intereses de la organización, se repetían tanto, que no era solo mi caso, ni mi problema. Que la observación de hechos moralmente erróneos, que yo había presenciado, no eran casos aislados, sino que también pasaban en otros sitios y a otras personas. Que con la idea de que se perseguía el Bien, se mentía, se atropellaban personas, se, de alguna manera, forzaban cosas para mi intocables, como el sigilo sacramental, y mas sencillamente la confianza de las personas y su buena fe. Que mis sospechas de que el culto a la personalidad del Marques de Peralta, no era evangélico ni llevaba a nada bueno, se había convertido con el paso de los años en un autentico esperpento.

En fin. ¿Para qué seguir? Aun me quedan cosas dentro, que supongo que encontraran eco en experiencias de otros, como ha pasado con las que he mencionado y me harán pensar de nuevo, o me ayudarán a poner mis pensamientos en perspectiva.

Pero claro, cuando uno pasa de lo particular a la experiencia colectiva, se produce una transformación. Yo ya no estaba pensando en mi problema, me había dado cuenta de que había Problemas; así, con mayúsculas, y entonces me entraron ganas de ayudar.

De que la poca o mucha experiencia que uno pueda tener, sirviese para aliviar las dudas que se tienen en el momento de irse. Momento especialmente duro como se puede ver cada día con los correos que llegan. Momento además que hay que lidiar solo, casi siempre, porque los que te deberían ayudar, tus directores, o tus compañeros, están todos en bloque haciendote las cosas más difíciles.

Pues sí. Es un momento torero. Ahí está uno solo, con su conciencia y en presencia de Dios tomando, contra todos los que le rodean, una decisión que le va a apartar de la vida, tal como la entendía hasta ese momento. Cualquier cosa que podamos hacer para dar confianza a los que pasan por ese momento tiene que ser buena. El explicarles que de condenación nada, o todo lo más, igual que para los que la profetizan. Que de infelicidad, o de sufrimiento el que toque, pero que esa decisión, no modifica sustancialmente las relaciones que uno tenga con Dios. Y que si me apurais Dios que nos ha puesto esa prueba va a estar encantado que la resolvamos en conciencia, pese a quien pese. Y que si nos equivocamos, pues como otras veces, a empezar de nuevo. Y que además el tiempo siempre pasa y que aquella decisión tan difícil, dejará de ser algo mas que una anécdota en la vida de uno.

Además, es la Cosa la causante de toda esa tensión, es su visión cicatera de la entrega (Ha de ser como yo lo digo) la que crea esos problemas, es su falta de visión cristiana la que hace las cosas difíciles. Es su abandono de los que se alejan de ella, la causa de malestar dentro y fuera. Y no voy a entrar en el detalle de las explicaciones para uso interno, sobre los motivos de los que se van, solo diré que en todos los casos que viví cuando estaba dentro se insinuaron cosas sobre los que se marchaban, que parecía que se había levantado la veda. Y eso empezando por los de arriba. Es también la Cosa la que ha creado malestar usando testamentos, incluso de gente que la ha dejado y ha muerto sin anularlos.

Mención especial, por la repugnancia que me produce, son las visitas de curas, ¡De dos en dos! que se han empleado en casos como los Maria Angustias o el que ha aparecido mencionado hace poco de Miguel Fisac, para, generalmente, producir daño o para ahondar en él. ¿Alguien tiene una explicación evangélica para esto? ¡Porque no se puede negar!

Pero es que sin llegar a estos extremos, la política de persecución profesional de la Cosa con los que se van, está bien acreditada. Como también, el aprovechar las desgracias que el destino reparte a todos, para relacionarlas gratuitamente con el "abandono" de la vocación. ¿Habrá alguien que la explique alguna vez? ¿Cómo algo de inspiración divina?

Volviendo al tema central. En el proceso de poner mi experiencia y mis pensamientos en la red, no influyó nadie. Puedo decir que además no conozco a nadie personalmente entre los Orejas, ni entre los que escriben. Los años pasan y hacen esas cosas. Lo hago porque quiero y me gustaría ayudar a alguien en un momento en que parece que todo se le viene encima.

Ahora bien, me encuentro con que contando mi experiencia y mis ideas en la red, ahora, según los de siempre, vuelvo a estar metido en un club de malvados. Lleno de rabia, rencor y odio. Con ganas de fastidiar y haciendo daño a la Iglesia. No quiero extenderme en lo improbable de una conspiración de este calibre, a este paso, pronto volveremos a la confabulación judeo-masónica-bolchevique, que empleaba Franco para explicar sus dificultades. Tampoco me extenderé sobre mi relación con la Iglesia, es la mía y ya no está abierta a inquisidores, ni a jueces aficionados. En cuanto al odio, rencor y rabia, paso también, en este caso dejo que mis palabras me juzguen. Además no estoy acostumbrado a escribir tanto rato en primera persona; aunque esta vez el tema lo mereciese; y me estoy cansando de hacerlo. Así que me podeis creer o no; desde luego quien traga sin pestañear el numerito de las parejas de curas, puede que trague cualquier cosa, pero una cosa quiero dejar clara.

Voy a estar aquí, voy a escribir lo que me parezca y paso de las interpretaciones de los sepulcros blanqueados que se escandalizan de las ventosidades del marques y no de algunas de las actividades de sus curas, a los que imagino teledirigidos, que se contaban en la misma página.

Con cariño.
Cooper

Publicado el Monday, 15 March 2004