Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Tus escritos: La obediencia que vivió Isidoro Zorzano, numerario. Un libro olvidado.- Brian

090. Espiritualidad y ascética
Brian :

Recientemente se ha hablado en Opuslibros de la obediencia en la obra. Morgana, numeraria del opusdei, nos dio su punto de vista y otros que dejaron de pertenecer a la institución, por ejemplo Nome [escrito 1, escrito 2] y Nasius, dieron el suyo. Creo, Morgana, que no entiendes o no has asimiliado cómo debe ser la obediencia en la institución, porque ¿quién de verdad ha vivido la obediencia como para que esté en proceso de beatificación? Sin lugar a dudas, Isidoro Zorzano (1902-1943), numerario. Si hubiera vivido mal la obediencia según el espíritu de la obra, la obra no le hubiera propuesto como santo.

 

La curiosidad del tema, por otro lado, radica en que la documentación que ofrece la prelatura sobre Isidoro, se ciñe a una hoja informativa, un folleto de Mundo Cristiano (1994) escrito por José Miguel Pero-Sanz, un artículo del mismo autor en la revista Palabra (1996) y un video titulado “Isidoro Zorzano. El sentido de una vida”. Y se olvidan ni más ni menos de un libro publicado en 1948 por José Luís Muzquiz, -uno de los tres primeros numerarios a quienes les pidió el fundador que se hicieran sacerdotes-, que conoció y vivió con Isidoro y que  fue el vice-postulador de su Causa de beatificación. Algo tendrá ese libro cuando ya no les sirve y además, lo ignoran. 

 

¿No resulta extraño que sean tan olvidadizos en cuanto a sus propia documentación e historia? Se olvidan de publicar, como referente importantísimo de lo que el fundador "veía" que era la obra: su conferencia de 1948 en la sede de los Propagandistas: La Próvida Mater Ecclesia y el Opus Dei”, se olvidan de la intervención de 8 miembros de la obra en el Congreso Nacional de Perfección y Apostolado (1956), se olvidan del libro de Salvador Canals “Institutos seculares y estado de perfección”, se olvidan de que fue el cardenal Ratzinger quien impidió que la prelatura fuera territorial y se quedó como “prelatura personal”... En fin, que se olvidan de demasiadas cosas ignorando que la verdad y los documentos que la acreditan, tarde o temprano, acaban por aparecer y publicarse.

 

En los próximos días enviaré completo el libro de José Luis Muzquiz sobre Isidoro Zorzano, aunque he de reconocer que después de leerlo, dan ganas de salir corriendo a cometer por lo menos, un levísimo pecado venial para cerciorarse de que uno es humano y no un bicho raro.

 

Un saludo,

Brian

 

 

 

POSICIONES Y ARTÍCULOS

PARA LA CAUSA DE BEATIFICACIÓN

Y CANONIZACIÓN DEL SIERVO DE DIOS

ISIDORO ZORZANO LEDESMA

DEL OPUS DEI

Por José Luis Muzquiz, sacerdote numerario del Opus Dei -1948-

 

 

 

Páginas 142 a 149:

XVII.- OBEDIENCIA

 

            224.-Obediencia heroica.- Desde su niñez el Siervo de Dios manifestó gran amor a la virtud de la obediencia, mostrándose dócil, a pesar de su carácter enérgico, a las indicaciones de su madre y de todos aquellos en quienes veía la autoridad de Dios. Se entregó al Señor por obedecer a su divina Voluntad, no obstante todas las dificultades que hubo de soportar y vencer. Formuló después voto privado perpetuo de obediencia, y durante toda su vida en el Opus Dei practicó esta virtud con una perseverancia y una humildad heroica, alegremente y sin que jamás se trasluciese en su semblante la menor contrariedad al obedecer...



            Obedecía ejemplarmente los preceptos divinos y los mandatos de la Santa Madre Iglesia. Y fue admirable su cumplimiento de todas las normas de vida y del espíritu del Opus Dei, sin que fuesen obstáculo las dificultades y las circunstancias más adversas.

 

            Todo lo cual será probado por testigos dignos de fe por haberlo visto, oído o leído, o que lo saben por ser cosa pública y notoria, los cuales indicarán, además, sus fuentes de información.

 

            225 –Observancia del plan de vida.- Su observancia de las normas y plan de vida del Opus Dei fue heroica. Durante su estancia en Málaga constituía un esfuerzo nada vulgar el levantarse muy temprano todas las mañanas para hacer su oración mental y asistir a la Santa Misa antes de entrar en el trabajo con toda puntualidad. Existen testimonios de que a lo largo de seis años ni una sola vez abandonó esta costumbre; hay que recordar que su jornada era agotadora y que con mucha frecuencia se quedaba a trabajar durante la noche hasta muy tarde.

            Puso siempre especial cuidado en cumplir el plan de vida con la máxima regularidad. Tenía gran amor a la oración mental y procuraba evitar todo cuanto pudiera estorbar al cumplimiento diario de esta práctica.

            Antes de ingresar en el Sanatorio, pero ya enfermo, no dejó ni un solo día de levantarse a la hora prefijada para acudir puntualmente al Oratorio, a pesar del frío de aquel invierno y de que, a causa de sus insomnios, no lograba entrar en reacción ni ocultar por completo los continuos escalofríos. Además, su cuidado en llegar con puntualidad al Oratorio es un ejemplo del amor que ponía en los detalles de obediencia al cumplir exactamente todos los puntos del plan de vida del Opus Dei y las indicaciones de sus superiores.

 

            Todo lo cual será probado por testigos dignos de fe por haberlo visto, oído o leído, o que lo saben por ser cosa pública y notoria, los cuales indicarán, además, sus fuentes de información.

 

            226.-En su enfermedad.- Fue heroica la obediencia del Siervo de Dios al cumplir con fidelidad el plan de vida y las costumbres de la Obra, hasta en sus más pequeños detalles, durante su enfermedad. Lo cumplía con la misma exactitud que antes de caer enfermo: sabía distribuir las prácticas piadosas a lo largo del día, de tal manera que al llegar la noche las había cumplido todas, sin que fuesen obstáculo las continuas visitas que recibía. A partir de las últimas horas del día guardaba absoluto silencio, preparándose de esta manera para la Comunión. Y en ese recogimiento silencioso permanecía hasta el día siguiente después de haber recibido al Señor. Hacía la oración a la misma hora que tenía por costumbre antes de su enfermedad. A pesar de no poder asistir al Santo Sacrificio, no dejó un solo día de leer, o de hacer que alguien le leyese, en el Misal, la Misa correspondiente. Rezaba todos los días las tres partes del Rosario. Para la lectura espiritual y del Evangelio requería la ayuda de aquel de sus hermanos que le acompañaba, con quien rezaba también las Preces de la Obra; y con la misma fidelidad cumplía las restantes normas de vida del Opus Dei, ajustándose en lo posible al horario de la última casa en que había vivido, como una manifestación del espíritu de unión con sus hermanos. Estas normas de vida y su continua oración, hacían que todo el día del Siervo de Dios estuviese consagrado al Señor.

 

            Todo lo cual, etc.

 

            227.-Obediencia a sus superiores.- Fue el Siervo de Dios obediente y dócil desde niño a sus superiores naturales; nunca tuvo su madre que hacerle objeción ni reproche alguno. Obedeció también delicadamente a sus profesores del Colegio de los HH. Maristas, que jamás tuvieron necesidad de imponerle castigos por la menor falta de docilidad.

            Los que fueron sus jefes en las Compañías de Ferrocarriles, y todos sus superiores en el terreno profesional, afirman que era muy obediente, sin que nunca se le oyese protestar por nada, siempre dispuesto a realizar los trabajos más duros y sacrificados. Dice un compañero suyo de trabajo, don José Carbelo, que su obediencia se manifestaba en el gran interés y deseo de cumplir las órdenes recibidas y en su intranquilidad hasta no haber resuelto los asuntos encomendados.

 

            Todo lo cual, etc.

 

            228.-Su obediencia en la Obra.- El Siervo de Dios extremó este espíritu de obediencia con sus superiores en la Obra. Aceptaba las menores indicaciones y se sometía por completo a ellas. Y aún se adelantaba a los deseos de sus superiores y estaba siempre dispuesto a realizar voluntariamente cualquier labor, por penosa que fuese, si sabía que al hacerla se ajustaba al deseo de su superior, en quien veía siempre y tan sólo la Voluntad divina. Solicitaba su permiso aun para las cosas al parecer insignificantes, y se gozaba en vivir un entregamiento absoluto.

            No tan sólo obedecía, sino que amaba a sus superiores e inculcaba a los demás ese mismo amor, diciéndoles que “pidiesen a Dios que cargara  sobre ellos una parte de la pesada cruz que el Padre llevaba sobre sí con tanto amor y tan calladamente”. Les recomendaba que ofreciesen cada día oraciones y sacrificios por el Fundador y por los demás superiores, y hablaba siempre de ellos con un profundo respeto. Era éste uno de los puntos que con preferencia hacía notar a sus hermanos: la obediencia es el medio más eficaz para fortalecer la vocación; en ella se hace realidad la entrega por amor de Dios y por deseo de servirle.

 

            Todo lo cual, etc.

 

            229.-Rindió su propia voluntad.- Con su conducta demostraba el Siervo de Dios que se amoldaba por entero a la voluntad de sus superiores con naturalidad, sin esfuerzo aparente alguno. Fue ejemplo de docilidad para sus hermanos al abandonar su cargo en Málaga para trasladarse a Madrid y heroica su conducta al permanecer en zona roja durante la guerra, a pesar de tener la documentación en regla para pasar a la zona nacional. Y es que diariamente se esforzaba en obedecer con presteza y sin objeción alguna: apenas advertía algún deseo de su superior, dejaba inmediatamente lo que estuviese haciendo, acudía con rapidez, y enseguida llevaba a cabo concienzudamente aquello que le habían encomendado. En el rendimiento de su voluntad, como en la práctica de las demás virtudes, procedía sin espectáculo, pero eficazmente.

            Jamás se le oyó una palabra que pudiera interpretarse como indicio de queja o murmuración por las disposiciones de sus superiores. Por el contrario, se anticipaba a cumplirlas, prescindiendo por entero de su propia voluntad.

 

            Todo lo cual, etc.

 

            230.-Sumisión del propio juicio.- No se limitaba el Siervo de Dios a cumplir lo que le había sido indicado, sino que doblegaba con facilidad su propio juicio. Fácilmente rendía su criterio, a pesar de la antigüedad en la Obra y de estar dotado de una personalidad recia y acusada; solamente una heroica humildad, adquirida a fuerza de oración y perseverancia, puede explicar tal docilidad y sumisión.

            Durante su enfermedad no cesaba de recomendarla, como imprescindible para ser fiel al Señor: “Si nuestro superior ignora algo, estamos perdidos: por ahí se introduce el príncipe de las tinieblas. Hemos de contarle todas nuestras miserias, por grandes que sean; nadie se va a asustar por eso; ¡qué cosa más lógica que encontrar miserias en un miserable!”.

            Hasta última hora insistió en la necesidad de ser sinceros, aun en las cosas más pequeñas, y la misma recomendación hizo a sus hermanos en el lecho de muerte: “Todos hemos de pasar por esta hora, y lo que antes pudiera parecer insignificante, toma ahora proporciones gigantescas”.

 

            Todo lo cual, etc.

 

            232.-No buscó excepciones ni dispensas.- Jamás buscó excepciones el Siervo de Dios: por el contrario, estaba siempre dispuesto a obedecer y cargar sobre sí los trabajos, aun cuando no se le encomendasen de una manera expresa. Recuerda uno de sus hermanos que “muchas veces el Fundador decía: ‘Hay que hacer tal cosa…’, sin concretar quién había de hacerlo, y antes de que los demás nos diésemos cuenta, ya lo estaba realizando Isidoro”.

            Este hábito heroico le llevaba también a buscar en todo momento lo más difícil. En cierta ocasión, estando ya enfermo, pero antes de ir al Sanatorio, subieron a buscarle al piso superior de la casa; había en ésta dos escaleras: una, interior, menos cómoda, y otra, de trayecto más corto y fácil, que en aquellos días precisamente se aconsejaba utilizar lo menos posible; el Siervo de Dios no dudó en bajar por la escalera interior, a pesar de que se le indicaba que le convendría hacerlo por la otra: “Se sonrió –cuenta uno de sus hermanos- y dijo: -No, no; y poco a poco, cogido al pasamanos y al brazo de su hermano, bajó los escalones difíciles, estrechos y altos de la escalera  interior”.

            Ya en su enfermedad, nunca pidió que se le dispensara de nada, aunque su estado hubiera podido justificarlo. A pesar de dormir muy poco, exhausto de fuerzas, cumplía totalmente su plan de vida y costumbres, y cuantos obstáculos e inconvenientes surgían, los aprovechaba, como sus dolores, para de esta manera reforzar su presencia y su unión con Dios y su absoluto entregamiento a la voluntad divina.

 

            Todo lo cual, etc.

 

            233.-Obediencia a los médicos.- Habían indicado sus superiores al Siervo de Dios que cumpliese todas las prescripciones de los médicos: el Siervo de Dios obedeció con una fidelidad heroica. Aparte de que sufría con entera conformidad las molestias del régimen, prueba el heroísmo con que vivió la obediencia el hecho de que el Siervo de Dios conocía perfectamente que su situación era desesperada: y, no obstante, seguía el plan médico hasta el menor detalle, cuidando él mismo de que los encargados de hacerle las curas, ponerle inyecciones, etc., cumpliesen su cometido con puntualidad; y esto, a pesar de ser un gran número las medicaciones que tenía que sufrir.

            Jamás se negó a ningún tratamiento. Comía a la fuerza, sin poder apenas digerir, y, sin embargo, seguía puntualmente el régimen de alimentación, de tal manera que se oponía a que en su comida omitiesen alguna cosa por aliviarle: “Un día estaba tomando mermelada, sin poderla pasar, pese a sus enormes esfuerzos. El Fundador le dijo que ya no le daba más y él contestó: -Sí, Padre, sí, hasta el final; y se la tomó toda!.

 

            Todo lo cual, etc.

 

            234.-Ejemplo de obediencia.- En todo momento fue ejemplar la vida del Siervo de Dios. Dio ejemplo a sus hermanos de amor en el cumplimiento del plan de vida, y causó en ellos impresión honda y duradera de la delicadeza y exactitud con que lo cumplía, sin olvidar ni omitir nada, a pesar de sus dolores y de cuantos obstáculos se le presentaban. Fue ejemplar su cumplimiento heroico y constante de la virtud de la obediencia, que el Siervo de Dios vivió con mansedumbre, serenidad y alegría, y su fiel y minucioso cumplimiento de las obligaciones profesionales y de las misiones que se le encomendaban. Sus hermanos le recuerdan también como ejemplo de sumisión y amor al Fundador y a sus superiores.

            Inculcaba en los demás este espíritu de obediencia, de fidelidad y de confianza ciega en sus superiores, cuyos deseos procuraba llevar a la práctica hasta en los menores detalles –por ser Voluntad de Dios-, y en quienes descansaba filialmente.

            Y no edificó solamente a sus hermanos, sino también a los extraños, según testimonio de la religiosas enfermeras que le atendieron, y de todos los que convivieron con él y conocieron su vocación.

 

            Todo lo cual será probado por testigos dignos de fe por haberlo visto, oído o leído, o que lo saben por ser cosa pública y notoria, los cuales indicarán, además, sus fuentes de información.

 

 

Ir al Índice del libro




Publicado el Friday, 25 January 2008



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 090. Espiritualidad y ascética


Noticia más leída sobre 090. Espiritualidad y ascética:
Indice estructurado de los documentos internos.- EscriBa


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.118 Segundos