Debo, ante todo, añadir algún dato a la anécdota 1 a petición de algunos interlocutores, que echan de menos la reacción de la auxiliar Morbidita ante el rechazo del postre por parte de Bláfido Fenollar.

Según mi anónimo informante, la referida joven estalló en una gran carcajada sarcástica y exclamó:

-          ¡Pero serás pendejo! ¿Sabes que hemos estado preparando los flanecitos de las narices hasta las doce de la noche? Ya podías mortificando de otra forma; por ejemplo, plantándote el cilicio donde yo te diga!

Y salió del comedor mascullando palabras malsonantes. 

Pero vayamos a la anécdota 2. Escenario: el salón de una casa de numerarios. Protagonista: el numerario Macrobio Gorgo. Informante: anónimo. 

Se celebra la fiesta de despedida de Macrobio Gorgo, que abandona la Institución tras haber alcanzado en ella cargos y dignidades. Asisten todos los residentes. El director don Efluvio Gracistado, levanta su copa y se dirige a los asistentes: 

-          Queridos colegas, o hermanos, si lo preferís: hoy despedimos con cierta tristeza, no exenta de júbilo, sin embargo, al bueno de Macrobio, que nos deja para contraer matrimonio civil con una chica encantadora, a quien todos tenéis el honor de conocer, puesto que él tuvo la delicadeza de presentárnosla en la tertulia del martes. ¡Enhorabuena, perillán! Echaremos de menos tu presencia y, muy en particular, tu manía de poner la tele a todo volumen a las doce de la noche. (Carcajadas y comentarios jocosos) Pues nada, chico, que seas muy feliz y que te pases por aquí de vez en cuando a tomar un cafelito y a contarnos cómo te va esa vida conyugal.

 Fuertes aplausos, la peña se abalanza sobre el homenajeado para abrazarle y gastar, de paso, algunas bromas picantes sobre la noche de bodas. El emocionado don Efluvio reclama silencio, mediante unas sonoras palmadas:

-          ¡Un momento, un momento, que tenemos una sorpresa para este sinvergonzón!

Y, la sorpresa: irrumpen en la sala las chicas de la administración, encabezadas por su jefa, la señorita Marciana Bienmesabe. Portan un paquete primorosamente envuelto y encintado. 

-          Las chicas y yo queremos sumarnos al homenaje y, de paso, celebrar que ya no tendremos que arreglar más tu cuarto, que, la verdad, lo tenías siempre hecho una zorrera... (Risas, aplausos) En testimonio de nuestro afecto, y para que vayas haciéndote a lo que te espera, queremos obsequiarte con este pequeño detalle. (Otra de aplausos) 

Macrobio Gorgo no puede contener su impaciencia y abre el paquete, que contiene... ¡Una extraordinaria plancha vapor Advancer Rowenta - DZ9010D1!

Todos celebran lo ingenioso del regalo y los residentes ofrecen a sus hermanas algunos refrescos. La animada reunión se prolonga hasta avanzadas horas de la noche.

Sigo sin poder contrastar de modo fidedigno la autenticidad de la anécdota, pero voy a intentarlo denodadamente, a cuyo fin y efecto me dirigiré a fuentes fiables, como la Delegación correspondiente, o los habituales de opuslibros. 

Besos 

Antrax