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 Tus escritos: Inicio del curso, nuevos… ¿propósitos?.- Armando

070. Costumbres y Praxis
Armando :

Antes para estos días, era típico que al llegar a la charla te preguntaran cuáles eran los propósitos apostólicos y de vida interior para el nuevo año. Ingenuamente uno caía, porque con ilusión contaba todo aquello que había visto en el curso anual o en el curso de retiro, según fuera la situación o mejor dicho, la parte del mundo en la que estuvieras.

 

Después de dejarte hablar –si bien te iba- te paraban en seco y te decían: “oye, ve otra vez al oratorio y lleva este tema a la oración, porque debes concretar más”. Y otra vez al temita, total que a la larga el propósito del año o los propósitos te los imponían y uno tan contento. Pero no queda ahí el asunto, porque posteriormente servidor venía y reproducía la misma escena ante sus “dirigidos”, no conforme con los propósitos que manifestaban, los mandaba nuevamente a llevar el tema a la oración.

 

Esto sucedía y sigue sucediendo según fuera el lugar que se ocupara en la estructura del opus y viene concatenado a lo que nos exponía Heraldo en su último escrito. Cuando se es solo “pueblo”, no había luego con quien repetir lo que a uno le habían dicho, pero cuando se era encargado de grupo o director de un cl, no se libraba nadie. Y lo digo así de claro, porque al igual como muchos directores me fastidiaron la vida, también hice lo propio con algunos a quienes llevaba su charla. ¿Con conocimiento de causa, inocentemente, dejándome llevar?, puede ser, son varias opciones pero lo que si sé es que inteligencia tenía y por tanto me daba cuenta de lo que hacía.

 

He perdido perdón a Dios por ese manipuleo de las almas a lo cual me presté, fue un error obviamente y no le quito ninguna letra a la palabra misma, cometí yo en primera persona esa falta grave a la intimidad de las almas que fueron confiadas a mi por superiores que no tenían ni idea de quién era yo, menos de quiénes eran a los que a mi me encargaron.

 

Porque sino corremos el peligro de caer en un error y es el achacar las faltas a instituciones no corporales por decirlo de alguna forma, obviando a los responsables directos de llevar a cabo los fines de esa institución, me explico. Existe una institución la cual no podemos ver, es decir, no podemos atribuir que esta persona u otra lo es, me refiero al Estado, pero cuando el mismo comete una infracción, o atenta contra el Derecho Internacional Humanitario, léase genocidios, masacres, etc., aunque a quien se condena es al Estado, son los responsables de su funcionamiento los obligados a cumplir la sentencia.

 

En este caso y para no poner esto tampoco en un tono dramático, podría concluirse que sí, que es el Opus Dei el culpable de los atropellos cometidos contra tantas almas, pero a la hora de exigir compensaciones, asumir responsabilidades y dar la cara por lo cometido, no es la institución Opus Dei como tal, sino aquellos y aquellas que en su momento de cometerse el vejamen, eran los responsables directos, tanto de aquel instante como en la actualidad.

 

Es que sino resulta difícil comprender el hecho que en el caso de la Ex Yugoslavía –por poner un ejemplo siempre en la línea del Estado-, el Tribunal Internacional para juzgar los crímenes de guerra, sancionara al Estado yugoslavo, pero hubiera dejado fuera de responsabilidad alguna a Mladic, a Milosevic, etc. Ojo, que no hablo de jugadores de fútbol aunque tengan el mismo apellido, sino de genocidas. En este caso, se sentenció a los responsables directos, con nombres y apellidos, quienes tuvieron que dar cuenta de sus actos.

 

Desde este punto de vista, es necesario tanto para los que lo hicieron, como para los que fueron víctimas, dejar claro el punto de la responsabilidad personal en los hechos que se han denunciado en esta página. Si no caemos nuevamente en la lógica del opus, la cual consistía en que cada uno era responsable de sus actos si estos eran malos, pero si eran positivos y buenos para la institución, la misma los presentaba como suyos.

 

O sea que los frutos apostólicos que se presentan a la Iglesia si son del Opus Dei, pero la destrucción de tanta alma, el daño cometido a tantas y tantos resulta ser que es personal, esto siguiendo la lógica antes apuntada. En mi humilde opinión y me hago cargo que puedo estar errado, se trata de colocar las cosas en su justa dimensión, tanto lo bueno como lo malo son responsabilidad de una persona o de varias, ante lo cual a la institución que viene a ser como un concepto, no puede atribuírsele una responsabilidad con el fin de dispensar a los verdaderos responsables del atropello cometido contra una persona concreta.

 

Obviamente la institución es responsable, claro que si, pero la misma no hubiera podido actuar en tal o cual forma, sin el concurso de personas que ejecutaron aquellas violaciones a los Derechos Humanos elementales de cada una, de cada uno. Esto pienso que debería ser motivo de una intensa reflexión a modo de purificación de la memoria histórica, para permitir que los afectados sanen de las heridas que se les inflingieron.

 

Estoy consciente que hay que retribuir el mal hecho y por tanto, ante cada persona que esté a mi lado, le daré todo lo mejor de mí, no sin antes habérmelo dado a mi mismo. Como he dicho anteriormente, cometí muchos errores, sé que Dios me ha perdonado porque si esto no fuera así, no lograría entender entonces el por qué ahora puedo experimentar tanta dicha, tanta felicidad y tanto bien que me rodea y que disfruto en cada segundo de mi vida.

 

Como en esta parte del mundo es el inicio del curso, para quienes estén en similares circunstancias les deseo lo mejor y que sus propósitos se hagan realidad.

 

Saludos

 

Armando




Publicado el Wednesday, 09 January 2008



 
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