A Tido:

Entiendo enormemente, que estes dolido... Parte de razón no te falta. Pero recuerda lo que te digo, parte de razón... Todo depende de como desees afrontar tu vida. Tienes dos opciones, desde la amargura, que se entrelee en tus letras, o desde el perdón. Creo que caes en lo mismo que tu les criticas... Juzgas, y dices conocer, cuando yo cada día que me levanto me doy cuenta que me falta tanto por conocer de mi mismo...

Cuando se escribe desde el rencor o el enfado se pierde la caridad que en esta web tanto se exige de los miembros de la Obra, y no es falso decir que muchos miembros fallan flagrantemente en este tema. Pero quien de los que me lee nunca a faltado a la Caridad? No estaremos acusando cuando nosotros mismos somos los primeros en pecar? Las cosas no se solucionan aireando los trapos sucios de casa. Nunca voy hablando mal de mi familia, tampoco lo haré de la Obra, a la que mucho le debo... El hecho de que algunos no sean fieles al espíritu, ya no solo de la Obra, sino al  cristiano, no tiene mas que llevarnos a ayudar al hermano que necesita de nosotros.

Tido, conozco a estas personas, y reconozco las iniciales acusativas referentes a ellas. Me he enterado de tu presencia en estas paginas y que no hablabas bien de ellas, y de la institución Bidasoa... Te diré más, se quien eres... y aunque tu ahora no aciertes, me conoces. Hemos compartido años, y los dos nos hemos ido de Bidasoa, con cierto aire de deshonra. La gran diferencia entre ambos (aunque no soy ningún santo) es que tu te sientes atacado y no sales de tu ensimismamiento, y esto es un pez que se muerde la cola... Cada vez mas odio (aunque lo niegues), mas difamación, he incluso se termina en la calumnia. La humillación no te llega por la institución, te llega por tus propias obras en muchas ocasiones, aunque si atacas, otros tienen derecho a defenderse y puede que pases a recibir la humillación por parte de los que tu ves como enemigos.

Uno ha de enfrentarse a sus propios errores (no es fácil), aceptar sus limitaciones, y ver hasta donde puede llegar. Tu no has dado este paso, te has quedado en que la culpa es siempre de los demás y tu su victima. Acepta que Dios tiene planes para nosotros, y en ellos estan metidos tus errores, los de los demás, situaciones duras, etc... Si aceptas lo que te ha dado (incluido lo que te ha pasado), se acabarán los reproches en tu conciencia. En cambio, sino lo haces seguirás en una espiral de autojustificación que no te dejará vivir. En Bidasoa hay gente muy grande, no exenta de defectos... Reza por ellos, para que entiendan mejor, amen más, y sean mas fieles, etc... Hazlo también para ti mismo, incluso te lo pido para mi. Acepta los sufrimientos que el Señor te envia, no te regordees en ellos, creyendo que eres el que mas sufre en el mundo, y acepta la cantidad de gracias y alegrias que te envia. Aprende a ver la parte buena de las cosas, en fin... SE FÉLIZ E.L!!! Aunque no me creas yo también he gustado la humillación, la gran diferencia es que aqui estoy, replicándote porque creo que no dices la verdad (solo parte), la verdad en parte es la mentira mas grande. Bidasoa no es el séptimo cielo, pero tampoco es el infierno que se deduce de lo que dices... Déja de hacer daño con tus contactos y busca ahogar el mal con abundancia de bien, que no es precisamente lo que he comprobado que haces aquí.

A los que leen estas líneas podrán descubrir que en nada me meto en boca al Opus Dei, solamente hablo con el señor Tido, de una realidad llamada Bidasoa, y muestro como hay muchas maneras de afrontar dignamente las situaciones sin entrar en descalificaciones. No me pongo en boca ni una inicial de Bidasoa. No hay persona en la tierra que sea absolutamente mala, todos tenemos cosas buenas. Tido da una de cal y una de arena, pero a todos aparece cual es la idea clara de sus cartas. La Iglesia perfecta no existe mas que en el Cielo, mientras estemos aqui, aprendamos de una vez a convivir, aunque siempre habra gente que cuando nos vea crucificados estará dispuesta a añadirnos la corona de espinas. Cristo nunca se quejó, nosotros imitémosle a Él y déjemos en sus manos el juicio que ha de emitir de nuestros hermanos, sino queremos ser juzgados con dureza implacable por serlo nosotros con quienes nos rodean.

Gelito