Hola a todos, hace ratos que no escribo, pero hoy estoy de humor para enviar unos cuantos torpedos J…

Alberto, algo tenemos en común, ambos conocemos al opusdei desde hace cerca de 40 años… Soy costarricense y chupé opus casi desde que nací, y ayer cumplí 45… así que estoy casi de 40 aniversario de conocer la cosa, lo mismo que tú.  Y ya hace unos 25 que salí, gracias a Dios. Y hoy día soy libre (tú, dirás…”no es lo mismo libertad que libertinaje”… y yo digo.. “puff… esa frase me resulta conocida”.  Sois tan previsibles… En fin… que se adelanta uno a lo que uds. piensan… ¿por qué será? J).

Déjame contarte un par de cosas…

Mira, cuando uno “dimite” de algo, como en este caso, de la obra, es exactamente como cuando te desconectas de una máquina respiradora… Ella respiraba por ti, y no tú por ella… y tú creías que la necesitabas para vivir… pero no era así. Al principio –y quizás aquí el ejemplo sería otro… aplicaría muy bien el ejemplo de lo que se siente cuando se deja de fumar… al principio, uno cree que “no va a poder”… pero con el tiempo, el aire sabe tan rico y se respira tan bien… que volver a fumar no sólo es tonto… sino que ya no dependes –ni necesitas- del tabaco para nada… Hombre, pues igual con la obra.  Al principio parecía que uno no iba a poder… pero claro que se pudo, y no sólo se pudo, sino que se logró ser feliz, verdaderamente feliz. (Aquí nuevamente estarás pensando… “la verdadera felicidad está en cumplir las normas y en responder a la vocación…” Vaya, que sonáis como una máquina… qué predecibles sois… Mi felicidad no está para nada condicionada a cumplir las normas ni a seguir la vocación ni a ná de náa… Soy feliz siendo quien soy… desconectado de la máquina… y del cigarrillo… vivo solo, respiro solo, no requiero de muletas…

Comienzas diciendo que “… la Iglesia siempre tuvo sus enemigos… primero Judas, y luego Lutero, Calvino, etc.”… Y yo agrego… “en buena hora hubo gente con criterio propio, que se atrevió a cuestionar lo supuestamente incuestionable”… Y yo, te cuento –mi querido Alberto-, que me he vuelto tan rebelde y tan  libre (y tú vuelves a pensar que esa libertad más bien es libertinaje, ¿cierto? J), que llegué a desarrollar criterio propio, y no quiero más nunca que me vuelvan a decir cómo y en qué debo creer…

Y es que para poder leer esto en forma objetiva y sin enojarte, tienes que estar desconectado. Si no lo has hecho, te chocará cualquier cosa que te diga… Te recomiendo que veas “The Matrix”, de Keanu Reeves (la primera de las 3,, las demás no son tan buenas). Tal vez así algún día lo entiendas… pero en tanto sigas pegado a la matriz, seguirás siendo un autómata de la organización…

Y gracias por pedirle a la Divina Misericordia que se apiade de nuestras almas… La oración nunca está de más…

Continúas diciendo que “…cuando un papa anuncia urbi et orbi que alguien es santo, ello es dogma de fe”… (hombre, es que ya desde aquí estamos desconectados… tú enmatrizado y yo desarraigado)…  “Cuando un papa anuncia…”  ese inicio me recuerda cómo los griegos hacían referencia a las manifestaciones de Aristóteles… “Magister dixit”…, “lo dijo el maestro”…, y como tal, es santa palabra… irrefutable… Alberto, yo ya no creo en irrefutables… ni en dogmas, y mucho menos en un ser humano manifestando que otro es o no es santo… Ya el Mundo ha visto demasiados errores al respecto, como para seguir creyendo a ciegas… Yo, al menos, no creo. Me desconecté…  y pienso por mi mismo.

Y concluyes… “por qué no os salís de la iglesia y con ello sois realmente coherentes con vuestras actitudes”…Hmm… aquí puedo decirte que tienes y no tienes razón. Yo, por mi parte, hace rato que lo hice. No dependo ni pertenezco a ninguna iglesia… Creo en mi Dios, que es el Dios creador del Universo, la Energía máxima, el Primer Motor, y como tal, no se fija en tonterías de estilo ni de forma, sino que va al fondo… , no te juzga ni te envía a la hoguera por pensar o creer distinto, ni se rige por principios de santa arrogancia ni mucho menos de santa intransigencia y jamás de santa coacción… No tiene familia ni honestamente creo que la necesite, ni tampoco requiere de órdenes humanos. Le da igual la vanidad.

¿Qué quisiste decir con eso de “ser coherentes con vuestras actitudes”… ¿No te suena un poco arrogante?

Yo creo que hay un montón de ex miembros de esa organización (de cuyo nombre no quiero acordarme) y a la que tú aún perteneces, que no tienen por qué salirse de la iglesia simplemente porque no comulgaron –ni comulgan con tu líder ni con tu forma de pensar. Siguen siendo tan miembros de la iglesia como tú, y quizás hasta más, pues –a diferencia de los hijos de la cosa- no se creen superiores ni tampoco se sienten “los hijos preferidos” de Dios (te recuerdo que Dios no tiene hijos preferidos, la vanidad no es cosa de El, esas son simples vanidades humanas), y creo que todas estas personas que  pertenecieron a esta institución, siguen siendo y serán siempre (en tanto así lo quieran) miembros de la misma iglesia a la que tú perteneces, que es una iglesia global (urbi et orbi) sólo con gradería general, y no con palcos ni con espacios V.I.P., … sino que, muy por el contrario, tiene muy diversas manifestaciones y espiritualidades a lo largo y ancho del planeta, así que esa arrogancia de venir a cuestionar si se es coherente o no con “vuestra actitud”… creo que aquí simplemente no va.

En fin, tú cuestiónate qué tan conectado a la matriz estás, qué tan “a-secta-do” estás, y qué tan tanta libertad de pensamiento (sí, libertad, no, libertinaje) tienes. ¿Vale, my friend?

¡Feliz Año Nuevo!

Con cariño,

Fiko