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 Tus escritos: El Lobo Feroz es del Opus Dei, ¡fijo!.- Isabel Nath

125. Iglesia y Opus Dei
Isabel Nath :

 

El Lobo Feroz es del Opus Dei, ¡fijo!

Isabel Nath, 3 de diciembre de 2007

 

 

Hola a todos,

 

Hace unos días escribí unas más que breves líneas dedicadas a Morgana y la verdad es que no tenía intención de escribir nada más, pero su último escrito me ha hecho cambiar de opinión y me gustaría reflexionar en voz alta lo siguiente:

 

Da mucha alegría comprobar lo bien que escriben algunos y lo claras y ordenadas que tienen las ideas. Y lo peligrosos que resultan por ello para el que tiene cosas que ocultar, maquillar, o manipular. Estoy pensando en esta ocasión en el último escrito de Agustina acerca de la lealtad en el Opus Dei, pero hay muchos más gracias a Dios.

 

La respuesta de Morgana sin embargo deja bastante que desear y sobre todo me decepciona, porque una sigue esperando que alguien del Opus Dei con mentalidad dialogante entable una conversación inteligente y honesta y lleguemos a algunos puntos mínimos de acuerdo con él o ella. Después de la decepción viene la indignación con una misma por seguir creyendo en tonterías a estas alturas de la vida…



A raíz de algunas de las respuestas recibidas por Morgana en la actualización del viernes 30/11, se me ocurría que a los del Opus Dei que entran en plan ‘moralizante’ para con las pobres ovejas descarriadas que somos todos los que nos hemos ido excepto los que siguen yendo al círculo de cooperadores y confesándose con un cura ‘de confianza’ (o sea, de los de ellos), no hace falta esforzarse en desenmascararlos, sencillamente hay que dejarles hablar, porque invariablemente se desenmascaran ellos solos.

 

Entiendo que cuando se cuentan experiencias personales debe bastarnos la propia palabra del que lo cuenta para creerlas. Así lo hacemos con los demás y deberíamos hacerlo también con los del Opus Dei. Pero cuando alguien afirma citando fuentes, que los documentos del Opus Dei dicen esto o lo otro, no es serio (por decirlo suave y educadamente) que se contra argumente una y otra vez con “eso no es así en absoluto porque lo digo yo que llevo no se cuantos años en el Opus Dei”, y punto (y vaya usted a saber si es cierto que lleva tantos años allí, porque a pesar de todo lo que ha cambiado el Opus Dei en los últimos 7 años, ella no se atreve a firmar con su propio nombre, no entiendo por qué...). Si se publican informes secretos elaborados por el Opus Dei, no es serio limitarse a decir “yo llevo N años en el Opus Dei y te digo que no hay secretos”. No solo no es serio, sino que atenta de forma directa contra la dignidad de todos los que lo leemos, porque de forma implícita nos está llamando imbéciles, que a mi entender es un insulto. Solo un imbécil dará más crédito a la palabra de alguien que no sabe quién es que a lo que dicen y/o muestran una larga lista de documentos oficiales. Yo desconozco la intención de Morgana cuando escribe insistiendo en estas cosas (de hecho me da la sensación de que ni ella misma lo sabe), pero solo leyendo sin acritud alguna lo que nos dice, me da la sensación de que intenta el juego del lobo disfrazado de oveja, o el del Lobo Feroz con Caperucita: entro suave, condescendiente, amigable, dialogante, y cuando ya he conseguido establecer diálogo con unos cuantos bienintencionados y estoy chupando primer plano una semana detrás de otra como la cosa más natural, zas!, suelto la zarpa y claro, al hacerlo se me cae el gorro de dormir de la Abuelita y se me ven las orejotas y los dientes afilados...

 

Lo que os decía, solo hay que dejarlos que hablen.

 

Una de las personales experiencias de Morgana me resulta especialmente increíble, y es el cambio tan radical que ha experimentado el Opus Dei en los últimos siete años (dado que como ella misma dice, las atrocidades que se relatan en esta web son cosas “del siglo pasado”). Como le hace ver Daniela, es difícil de creer que se puedan cambiar tantas actitudes y tantos modos de pensar y hacer las cosas en tan poco tiempo, cuando se han estado practicando durante tantos años. No solo el Opus Dei, nadie. Más inverosímil todavía resulta el hecho de que hayan sido 85.000 las personas que todas a una hayan cambiado de forma tan radical es ese corto periodo de tiempo, y todas en la misma dirección. De ser así, no tendríamos más remedio que pensar que en el Opus Dei hay uno o dos que piensan y deciden cambiar radicalmente de criterio, y los demás se limitan a hacer y pensar lo que aquellos dos les dicen, como si fuesen personas carentes de toda libertad y autonomía para pensar y hacer. Pero eso, claro, sería aceptar que en el Opus Dei la gente está robotizada, y eso sería muy grave…

 

Es además curioso que ese cambio tan radical ‘visto’ y llevado a cabo por las cabezas pensantes, no haya sido reflejado en ningún documento de la institución. De una institución que se caracteriza por tenerlo todo atado y bien atado (como aquel…), escrito, desmenuzado, y detallado al máximo, para no permitir ni la más mínima libre interpretación a nadie, como demuestran los numerosos Documentos Internos y Documentos Secretos del Opus Dei que se pueden consultar en esta web. Estoy segura de que la escasez de tiempo de Morgana que le impide leer siquiera por encima ninguno de los escritos que se le recomiendan, no sería un impedimento para que nos buscase las citas pertinentes si estas existiesen, ya que serían una prueba irrefutable del cambio que ella defiende. Pero no, no cita nada. Nunca. Solo asevera. O pontifica, como más os guste.

 

Se me hace además complicado entender como personas que vienen haciendo gala durante lustros de la más absoluta falta de ética y de caridad hasta el punto de que les parece lo más normal hacerlo, puedan ‘de repente’ ser capaces de todo lo contrario. Quiero decir que una cosa es que ‘de repente’, por la razón que sea (hay muchas posibilidades, así que lo dejaremos en el aire y cada cual que piense lo que quiera), ‘vean’ que es conveniente que la gente no pite hasta que tenga 16 en lugar de 14,5, o que le tenga que pedir permiso a sus padres antes de pedir la admisión (que personalmente no me creo que sea así, pero bueno…); eso es fácil de corregir, solo hay que dar la orden de hacerlo así, y todos como ejército bien entrenado lo hacen. Pero a actuar respetando las conciencias ajenas, a preocuparte y querer de verdad a las de tu centro, a poner a cada persona por delante de la institución, etc, etc, no se aprende así tan fácil. No se cambian las actitudes de fondo de tantos años mandando una nota interna, ni siquiera escribiendo las Experiencias de los consejos locales (2005), diferente al Vademécum del gobierno local (2002), nuevo y completamente distinto al Vademécum de los consejos locales (1987) (que sigue vigente, por cierto…). Es decir, que lo que nos intenta vender Morgana, no a los que hemos sido del Opus Dei (eso sería un despropósito), sino a la Iglesia y a los que entran a esta web buscando información veraz acerca del Opus Dei, es del todo increíble.

 

No entiendo tampoco por qué pone tanto interés Morgana en quitar importancia a los testimonios de personas que hace tiempo que han dejado el Opus Dei, con el pretexto de que las cosas han cambiado y los horrores que estas personas describen son por lo tanto…, qué…?, anticuados?, han prescrito?, no existen?. En esta web hay innumerables testimonios de personas que han dejado el Opus Dei en el siglo XXI y que repiten una y otra vez, desgraciadamente, las mismas cosas que narramos los que salimos hace más tiempo (Morgana ya sabemos que no tiene tiempo de casi nada, pero los demás si queréis podéis releeros los testimonios de Antonio Esquivias y de Libero narrando la pesadilla de Antonio Petit, por ejemplo; ambos son del siglo XXI, el de Antonio Petit del 2007…). Los testimonios de esas personas actualizan los nuestros, que siguen de esta forma tristemente muy vigentes. Pienso además que es muy cruel, mucho, pretender que los delitos cometidos prescriban tan fácilmente, y negar a las víctimas por este motivo el derecho a ningún tipo de compensación, siquiera moral. Ha habido algunos que han dicho que no necesitan o que no quieren compensación por parte del Opus Dei. Muy respetable opinión, pero yo sí la quiero. Sé que no la tendré, y desde luego no es que voy a sentirme frustrada por ello, pero pienso que me deben una explicación al menos acerca de muchas cosas: de por qué me presionaron para que me hiciese del Opus Dei con 15 años mintiéndome acerca de la voluntad sagrada de Dios para mí de la forma más rastrera, de por qué me separaron de mi familia sin motivo aparente, de por qué hicieron a mis padres pagar tanto dinero para que yo viviese en un Colegio Mayor en lugar de vivir en mi casa, de por qué no pude estudiar la carrera que yo quería hasta que dejé el Opus Dei, y ya por abreviar, de por qué violaron mi intimidad divulgando sin mi permiso cosas que yo había contado en confidencia (y en confesión sacramental…), y por qué un buen día pagaron mi fidelidad al espíritu del Opus Dei ‘dejando de ver’ mi vocación o en otras palabras, expulsándome sin explicaciones.

 

Que yo, con la ayuda de Dios, haya sido capaz de perdonar y vivir feliz, no los exime a ellos de culpa. No sé si la culpa fue de la directora cual, del sacerdote tal, o de la institución en su conjunto, pero desde luego alguien debería por lo menos decir dos sencillas palabras: “lo siento”.

 

Hay más consideraciones que hacer, pero mi aburrida, trivial, e infeliz vida propia de toda persona que ha dejado la barca del Opus Dei, me impide desarrollarlas ahora. En otro momento quizás…

 

Conclusión: no hay más ciego que el que no quiere ver. Morgana, si un día nos necesitas, aquí estaremos. Mientras tanto, si no sabes qué hacer, por favor cómprate un sencillo metro cuadrado de desierto e intenta barrerlo, mujer...; pero no nos hagas perder más tiempo con vaguedades, por favor. Sin acritud...

 

Un abrazo a cada uno,

Isabel Nath




Publicado el Monday, 03 December 2007



 
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