Estimados amigos:

Les envio un testimonio, que demuestra la decepcion que puede ser la obra.

Despues de 32 años fui expulsado del Opus Dei. Al principio yo tenia abundantes medios materiales, y con gusto hacia fuertes donaciones a las obras de apostolado, pero por azares del destino mi capital disminuyo sensiblemente al grado de que tuve que dejar de dar aportacion. A los dos años que deje de darla fui expulsado por motivos verdaderamente risibles, como que me salia de los retiros antes del final, o que no hacia a tiempo la charla fraterna.

Lo que me convencio que yo no debia estar ahi, fue esos argumentos que esgrimen como si Dios estuviera a su lado aprobando todo lo que dicen. Dios debe estar riendose de eso a mandibula batiente. O sea es un orgullo tremendo, un culto a la personalidad de todos los "Padres" verdaderamente ridiculo y ademas, lo que tanto pregonan del ejercicio de la caridad en la obra es una mentira absoluta. Dios es amor, por eso debe reirse de ellos.

Lo que los Directores me deberian haber dicho es: Mira, no nos convienes ya en la Obra, Tu balance es negativo, pides descuento para los medios de formacion y no das aportacion. La verdad yo me hubiera ido mucho mas contento. (Desde luego lo que de ninguna manera hubiera hecho es quedarme)

SALUDOS

MON.