Para comenzar, alabo el gusto de Morgana [12.nov.07] cuando dice que centra su atención en “algunos de los testimonios personales” de la web. Todos sabemos lo que contienen y hasta qué punto explicitan y compendian tantos otros de esos escritos “intelectuales” que nuestra amiga confiesa no ser capaz de leer más allá de la décima línea...

A lo que iba: Morgana ha producido algo de desconcierto en cuanto a fechas y años. Norberto [14.nov.07] se preguntaba por los años que llevaba Morgana en la obra: ¿40 ó 10? En fin, un lío.

Por mi parte, después de hacer algunos cálculos, he llegado a una primera y asombrosa conclusión: ¡Morgana es contemporánea del “Decretum laudis”! Es decir, hay muchas probabilidades de que nuestra amiga y el citado Decreto viesen la luz el mismo año. Y, en consecuencia,  cuando pidió la admisión, no sólo es que viviese el fundador, ¡es que estaba comenzando la primera de las cuatro sesiones del Concilio Vaticano II!

Lo anterior no obsta para que, también por propia confesión, sepamos que sólo en las postrimerías del siglo XX comenzó a descubrir “lo que es la vida”. Y que, desde entonces hasta hoy, haya pasado por diez años “de aprendizaje, de mucho aprendizaje”. La causa de tan sorprendente retraso, aunque no queda muy clara, parece tener relación con una misteriosa “burbuja” a la que alude...

En fin, lo anterior debe de servir para enmarcar su contundente afirmación final: “Conozco la Obra a cabalidad”. ¿Será por ser coetánea del “Decretum laudis”? ¿Será por la juvenil formación preconciliar? ¿Será por esa indomable pasión intelectual?

Muy estimada Morgana: probablemente también en la juventud y en los largos años de madurez creías conocer la vida “a cabalidad”. Y resultó no ser así.

Muy afectuosamente,

trevi