Estimados todos:

La web es un cúmulo de informaciones a cual más curiosa y extraña. Por ejemplo, para mí es extraño todo este debate sobre la prelatura personal, porque apenas estudié algo de teología y mis conocimientos de Derecho Canónico son nulos. Para saber algo de Derecho Canónico no es suficiente leer los códigos, hay que tener más conocimientos de esta práctica jurídica. Si fuera tan sencillo, todos seríamos abogados (aunque de hecho podamos defendernos, pero eso es distinto). Por lo tanto agradezco mucho las pistas que se nos da para entender este tipo de informaciones.

También resulta curioso cuando miembros de la Obra de Dios nos escriben. Los hay de tres tipos, según puedo percibir. En primer lugar, los que quieren marcharse (como una numeraria que nos ha escrito después de retornar del curso anual). En segundo lugar, los que nos insultan, como una señora cuyas palabras no me atrevo a repetir y que por mi parte, puedo añadir que en la Obra de Dios me dijeron que no se decían e incluso oficialmente el discurso era de aceptación de los que se habían marchado. En tercer lugar, la gente de San Rafael, como es el caso de Xete.

Xete, majo, ¿porías decirnos cuál es tu centro? Mira, entiendo que no quieras ponerlo en la web, pero le pides a Agustina mi correo (Agustina, maja, se lo puedes dar) y me lo envías por correo. Una cosa es que haya apertura, pero que los numerarios se vayan el sábado por la noche a ver una película a tu casa (esté o no tu novia, que eso no es tan preocupante, si acaso para ti) no es tan creíble, que los numerarios se vayan a tomar copas... pase, pero por la noche... no me lo creo. A mí me regañaron por llegar tarde a cenar en el Centro de Estudios por acudir a una procesión, no por ir de copas. En el año 84 yo pedía permiso hasta para ver un partido de mi deporte favorito (que no era el fútbol y por lo tanto se televisaba a horas de la tarde,  que se supone que debía estar estudiando: pero nunca lo entendí porque podía verlo y luego estudiar).

Bueno, que si el tema es más relajado y a ti no te dan la caña que a otros les dieron, pues me alegro, pero todavía sigo sin creérmelo del todo. Y eso que a mi hermana numeraria le dejaron ir a mi boda, que antes estaba prohibido.

En fin, que si las cosas cambian y amas a Dios así, genial. Si cambia un poco más, que me avisen que igual vuelvo. Eso sí, con mis hijos a vivir del cuento en el Centro

Supo