Me gustaría dar mi parecer y comentar tres de los escritos que aparecieron en la web el pasado miércoles 29 de agosto.

1- Sama pide ideas para ver qué se puede hacer con esos años trabajados en las llamadas labores internas sin que haya habido contrato ni cotización a la Seguridad Social.

Quizá sea el momento de comunicar en las Delegaciones del Ministerio de Trabajo y de la Seguriad Social estos hechos.

Sería importante que pidieras por escrito bien a la Asesoría o a las Delegaciones de las ciudades donde trabajaste un informe en el que reconozcan tu trabajo (tiempo trabajado y labor desempeñada en ese trabajo). Supongo que a esto serán reticentes, de hecho cuando siendo ya exopus les pedí que me dijeran qué había pasado con el testamento que firmé antes de hacer la Fidelidad, por teléfono me comunicaron que lo habían destruido; al decirles que quería esa información por escrito se negaron en rotundo por lo que decidí escribir al Prelado y después de varias cartas recibí por escrito lo que les había pedido.

También podrías asesorarte en algún Sindicato.

Porque aunque comentas que hay muchos testigos de tu trabajo en esas labores internas quizá si son del opus no quieran "mojarse" y  declarar a tu favor.

2-  Yul (Iker) en su escrito nos dice lo poco que le gusta que utilicemos la palabra "opusianos", ese término es una forma rápida de nombrar a los laicos que cooperan y colaboran con la Prelatura Opus Dei. La verdad no me parece una expresión peyorativa es utilizada habitualmente por muchas personas que no son precisamente exopus y como el lenguaje es algo vivo no me extrañaría que con el tiempo la Real Academia de la Lengua lo llegue a incorporar y aparezca en el diccionario.

A quien no le guste la palabra opusino u opusiano pues que no la utilice pero el resto que hable como mejor le parezca.

Al final de su escrito a Yul se le ve y se le nota la vena "marimandona" con ese: "hacer el favor de vivir el presente ...". Para muchos de los que escribimos aquí para poder vivir el presente en condiciones y superar el simple sobrevivir nos ha hecho falta y hace falta entender qué ha ocurrido en el pasado para que tengamos heridas que en muchos casos todavía duelen, hasta que esas heridas curen el remedio no es la huída hacia delente y esto que a mi parecer es elemental sino lo entiendes es que no hemos tenido las mismas dolorosas vivencias.

3- Daniel M. contesta o comenta el escrito de Santelm publicado el miércoles anterior y mi parecer es que esa contestación es de lo más desafortunada. Según iba leyendo  tenía la impresión que Daniel M. es un listillo que se atreve en nombre de la libertad de expresión  a juzgar con una dureza increíble. En su argumentación sólo aparecen dos opcioneso blanco o negro: cumplir los mandamientos o ignorarlos, vivir amando a Dios u ofendiéndole, elegir entre la propia pasión y voluntad o el amor a Dios.

Y hay frases que son un poco pasón como "no estás de acuerdo con Dios", pero cuánto sabe el autor sobre Santelm.  

Por supuesto que cada cual es responsable de lo que hace pero lo que vamos conociendo de la Iglesia, de su jerarquía, de la obra, de sus directores ... nos hacen tener una información que nos lleva a pensar de una u otra forma y eso no es culpabilizar a nadie sencillamente exponer los motivos por los que se piensa o actúa de una u otra forma. El Dios que veo en su escrito es un Dios que impone, que manda, que castiga y no un Dios padre-madre.

El escrito entero me parece muy fariseo, con muy poca caridad y me vino a la memoria al leerlo el pasaje en el que  Jesucristo ante los que acusaban a la mujer adúltera dijo lo de el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Y no porque Santelm sea una adúltera (sencillamente es una mujer cuya pareja estuvo- pasado- casado no hay más y no hace falta sacar la espada de guerra en plan Inquisición) sino por los juicios tan faltos de caridad que se ven en el escrito de Daniel M.

El sabe lo que Dios quiere o no para Santelm y digo yo que no será que ¿se está atreviendo a manipular a Dios?, no le vendría mal mirarse un poco al ombligo por lo la viga y la paja en el ojo propio y ajeno y recordar aquello de Dios es AMOR no un contador de leyes y reglas y que además es Él el que conoce nuestro interior. "No juzguéis y no seréis juzgados".

Saludos, Mabel.