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 Tus escritos: No se trataba de ser un bicho raro en medio de la gente corriente.- Haenobarbo

070. Costumbres y Praxis
Haenobarbo :

A propósito de los comentarios de Santiago.

 

Todo lo que dices es cierto, pero quizá pierdes de vista un dato fundamental: cuando un cristiano corriente resuelve abandonar el mundo para dedicarse por entero a Dios en un instituto religioso de cualquier tipo –desde los de más estricta observancia hasta los más “seculares”- sabe que va a hacer precisamente eso: abandonar el mundo. 

 

Pero cuando un cristiano corriente lo único que desea es seguir siendo un cristiano corriente, y va descubriendo día a día que lo que en realidad ha hecho es convertirse en un monje/monja de la más estricta observancia, y que eso nadie se lo ha advertido; cuando se da cuenta de que se está volviendo un bicho raro en medio de la gente corriente; cuando lee en la vida de Santa Teresita del Niño Jesús cómo era su trato con su padre y sus hermanas de sangre y se da cuenta que le está pasando lo mismo... y que eso no es nada corriente entre cristianos corrientes...; cuando todo lo que se refiere a su profesión, a su trabajo, a sus relaciones con los demás, tiene que pasar por el consejo local y que encima tiene que aceptarlo como si lo hubiera decidido él mismo, y que nada de eso hacen los cristianos corrientes; cuando ya no puedes ser amigo de tus amigos, cuando no puedes hablar de tus cosas sino con la persona designada por el consejo local... ya me dirás ¡!!!!!!!

 

Claro que entre los y las religiosas y en el clero secular, hay casos de depresión y de locura –una vez en un convento de clausura pude ver a dos monjas ululantes corriendo por los pasillos, y la priora comentó “no se preocupe, no son peligrosas” – pero el caso es absolutamente distinto, aunque tal vez en algunos casos, eso signifique también que o aquello no era lo suyo, o que no han sido atendidos debidamente. En el Opus Dei en cambio, me atrevería a decir que casi siempre, se debe a que la vocación de cristiano corriente no se corresponde con lo que en realidad se vive dentro: no es precisamente el ritmo frenético de la vida moderna lo que les causa esos trastornos.

 

Respecto a la información segmentada, si, seguramente no todo el mundo tiene que enterarse de todo. Solo puedo decir que alguna vez he tenido que informar sobre el desempeño de militares de alto rango, y siguiendo el reglamento, el informe se dirigía con copia al interesado, para que pueda hacer sus descargos: ya me habría gustado hacer eso con los informes de conciencia…!!!

 

En el Opus Dei, la crisis vocacional se produce la mayor parte de las veces, precisamente porque la vocación de cristiano corriente no se corresponde con la realidad: no hay nada menos “corriente” - aunque cada uno se empeñe en parecerlo, lo cual ya de por si es bastante estresante – que una persona del Opus Dei.

 

Probablemente lo que dices respecto a la edad ideal para la entrega, sea cierto, siempre y cuando la mas absoluta libertad esté de por medio. De hecho, entiendo que esa práctica tan común en el pasado, en los seminarios menores y en los noviciados y postulantados de las congregaciones religiosas ha ido dejándose de lado por inadecuada. Por otra parte no me imagino a una maestra de novicias amenazando con las penas del infierno y con la idea de traicionar a Dios si abandona su –en ese momento – supuesta vocación,  a una postulanta de 15 o 16 años. En los noviciados, la idea fundamental que preside la formación y la observación respecto al candidato, es precisamente discernir la vocación y la capacidad del candidato para vivir el espíritu y las reglas del instituto, con la idea de que no siga si no es capaz de vivirlas: en el Opus Dei es precisamente lo contrario: conseguir a toda costa que las viva, con la certeza de que ya esta dentro. Desde luego que a algunos les dicen que no sigan. Son los menos y entonces pasa lo que pasa.

 

Haenobarbo




Publicado el Monday, 23 July 2007



 
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