El lunes apareció un escrito sobre la misa de san Pío V que me parece curioso, en él el autor argumenta, según mi parecer, sin ningún tipo de lógica.

Por lo visto el "secuestro de esa misa" es uno de los motivos de la profunda crisis que hay en la obra. Esa crisis no se debe a que la misa se celebre de una forma u otra sino más bien a que cada vez se van conociendo mejor: las formas de hacer del opus, las contradicciones entre lo que dicen y lo que en realidad se hace. Se sabe de primera mano cómo trata el opus a las personas que deciden dejar ese camino y cómo echan a los que de repente -según ellos- dejan de tener vocación  y no se conocen dos o tres casos que se puede pensar que son excepcionales sino un buen montón de personas que han sufrido en primera persona las artimañas, mentiras y demás lindezas con que tratan a los que les resultan incómodos. En el opus ya no pueden controlar la información como les gustaría ocultando lo que no les interesa que se sepa o lo que les deja en mal lugar, cada vez hay menos pardillos que se creen como venido del cielo lo que dicen los directores opusianos.

El hecho de que los seminarios e iglesias estén medio vacíos no creo yo que se deba a que la misa se celebre así o asá ni a otros cambios venidos con el Concilio Vaticano. Un buen número de personas han perdido la fe en la Iglesia por cómo ha actuado la jerarquía en muchos casos. El abanico es amplio pero como estamos en esta web diré que la Iglesia está tardando demasiado en escuchar las denuncias de tantas personas que afirmamos que la verdadera cara del opus no es la que la institución muestra. La obra hace perder la fe el comprobar que se canoniza  al fundador en un proceso que no deja declarar a los que no opinan en la línea opus, obispos que tienen información de cómo trabaja el opus con menores y no toman cartas en el asunto. En muchos casos y ocasiones la jerarquía ha abandonado a su suerte a los que un día fueron del opus y han salido sin el menor apoyo de la que dijo ser "su madre guapa" (todo mentira: ni madre ni guapa).

Otra idea que nos regala el escrito es que los cambios anteriormente mencionados tienen o reflejan una concepción antropocéntrica y digo yo que lo que aparece en los evangelios es bastante antropocéntrico: Jesucristo curaba, escuchaba, paliaba el hambre, perdonaba... en una palabra se preocupaba de las personas con las que estaba o a las que se encontraba. Igual también hay que enmendarle la plana a Jesucristo por estar tan centrado en las personas y ser tan poco teocéntrico.

Sólo decirle al autor de tan curioso escrito que respete la inteligencia de los que participamos de una u otra forma en esta web.

Saludos,
Mabel.