RECUERDOS
Mercy, 2 de mayo de 2008
No puedo evitar que cada envío de MariPaz me traiga infinidad de recuerdos.
Hay tantas cosas de tu escrito en las que me veo reflejada. No cabe duda que la obra es la misma y las cosas se repiten una y otra vez.
Yo era un poco parecida a ti sabes? También traía la música en las venas, me encantaba bailar, cantar, respirar el aire fresco del campo, y mira que en mi tierra hay buenos vientos!!
Mis escapadas eran las idas al catecismo, sobretodo en el segundo año del internado en el que nos tocaba subir el cerro para llegar al pueblito en la cima.
Lo disfrutaba mucho, mis rodillas no tanto pero el campo siempre ha sido el mejor descanso para mí.
La ventaja del internado era que a la muchachada nos daban más chance de organizar tertulias de baile. Ya en los centros fue distinto claro está, ese tipo de tertulias eran menos frecuentes.
En el internado me empezaron a censurar mis canciones de Mecano y de los Hombres G pero en mis tardes de visita familiar aprovechaba que mi familia se marchaba temprano para escaparme un rato y escucharlos.
Al contrario de ti, en cuanto se enteraron que la cocina me provocaba “alergia” no dudaron ni tantito en asignarme unos buenos meses a trabajar en ella.
Creo que desde entonces aprendí la sabiduría de aquel dicho “calladita te ves más bonita”.
Mi alucine peor en relación a la cocina lo sufrí en el centro de estudios, en Montefalco. Pasaba tantas noches soñando con las ollas de la cocina y el ruido a la hora del turno que me despertaba y me asomaba por la ventana para asegurarme de que no había nadie trabajando y que por eso escuchara los ruidos en mis sueños.
Pero para deleite de los que no la conocen les mando unas fotos de ese hermoso paisaje de Mimiahuapan, casa de retiros e internado.
Aquí se puede ver la casa del lado derecho. En el fondo los volcanes y todo el hermoso valle de tierras de siembra. Nada de civilización.
A espaldas de la casa están estos tres cerros unidos, el de en medio está coronado por “el tentadero” ya que esta era una hacienda taurina en sus buenos tiempos. Un cerro parecido a estos que queda del lado izquierdo es el que subíamos cada sábado.
Al pie de estos tres cerros estaba lo que llamábamos la cañada, todos los árboles estaban repletos de heno que colgaba creando un paisaje de cuento. En época de lluvia se formaba un riachuelo muy hermoso.
En esta, mi flamante marido, cargando la leña para la cocina!!! No es cierto, estaba llevando unas ramas para que su esposa hiciera unos adornos navideños jejeje!
Espero que las disfruten tanto como yo. Bueno a fin de cuentas es mi tierra y de algo hay que presumir no?
Y seguiré pendiente de todo lo que te falta por escribir Mari Paz.
Un abrazo,
Mercy