(Para nosotros,
simplemente TANZANIA)
No sé si ahora, en las tertulias de los
centros de estudios, junto a las canciones
de casa, se cantará también: “A Tanzania hemos de ir, …
Lo cierto es que a la arenga de ¡¡¡Tienen
que pitar!!!, añaden, eufóric@s: ¡PORQUE NOS VAMOS A A TANZANIA!
Numerari@s, much@s numerari@s!
Descubrir más vocaciones de numerari@s! Dios les ha llamado, y las almas les
esperan!
Es el eterno slogam, cada vez proclamado
con mayor urgencia, con mayor angustia, como un grito agónico, y sin el menor
discernimiento espiritual.
Mientras los centros se cierran,
mientras los centros se vacían, mientras los centros se convierten en
apeaderos, mientras los centros de estudios apenas tienen inquilinos … A
TANZANIA HEMOS DE IR… tra, la, la
“Más labor en los clubs, más labor
en los colegios! Para que se decidan much@s a responder generosamente a esa
específica llamada de Dios para santificarse en su trabajo profesional, sin
salirse de su sitio, en su propio ambiente”
Y al fin, és@ joven adolescente, movido
por la responsabilidad de llevar a cabo esa misión específica para la que Dios
le ha elegido, decide quemar las naves y subirse a la barca del Opus Dei.
Desconoce, y ni podría
imaginar, que ya es presa de la institución, y que como animal marcado, en su
frente está escrito el sello: TANZANIA.
Y el ingenu@ estudiante,
sigue soñando: desde mi mesa de banquer@… desde mi cátedra, con los míos de
siempre… y con muchos otros que ellos me traerán… para trabajar, como el
fundador quería, con la aristocracia de la inteligencia…
Y se cree, ¡lástima! que con ese sueño,
se está quedando cort@
Si en España (cuna del invento) los
centros se cierran. Si a la vieja Europa, tan prometedora, no hay quien le
hinque el diente. Si en la moderna América, nadie se come un rosco… (a pesar
del colosal centro-espectáculo que han montado), y suma y sigue…
¿Qué cifras van a dar a la opinión
pública? ¿Cuál será la explicación sobre el frenazo y marcha atrás del número
de miembros? Y qué van a pensar en los ambientes eclesiásticos, ante los que
tanto se ha presumido?
Y a
Tanzania, ale…
Que piten ya, que las tenemos
que mandar a Tanzania
A hacerse todo para todos,
Y a trabajar como uno más
- Qué pasa, ¿Qué no hay
misioneros en Tanzania?
- Bueno sí, es decir, no...
es que no somos misioneros, bueno, misioneros sin misión, eso es: gente
corriente, sabes?
Y pienso yo, que si esto no
responde a la llamada específica, que si en nuestra escalera, en nuestra
ciudad, en nuestro trabajo, en nuestro medio habitual, queda mucho sin hacer, y
sabiendo además que ya existen de antiguo vocaciones específicas para tierras
de misión, y viendo que a nuestro alrededor están mil veces más necesitados que
aquellas buenas gentes africanas… Y a
pesar que es una traición a una específica vocación, ¿por qué se hace?
¿No será purita operación
de marketing? ¿una brillante idea de
la oficina de prensa, en campaña publicitaria, para dejar atónitos a seglares y
eclesiásticos en momentos en que la institución parece hacer agua por todas
partes?
Ya sueñan con los grandes
titulares:
“LA PRELATURA OPUS DEI EN
UN NUEVO PAÍS” “YA LA OBRA ESTA EN…”
LA EXPANSION DE LA
PRELATURA CONTINÚA…”
Pero no es sólo eso, no es
sólo campaña. Es que han descubierto el truco:
Las almas, para formarlas,
han de estar tiernecitas, almas de niño, que se dejen modelar “como el barro en
manos del alfarero”.
Y es que eso del tercer
mundo es un filón. Ya tienen experiencia: les fue muy bien con los inditos de
América. Querían mucho a los padrecitos, y respetaban a las señoritas, que
aceptaban sus narancas. Y a las hijas
les daban trabajo en el servicio doméstico. Luego, se las llevaban…
Hasta hicieron una imagen
del santo para sacarla en procesión. Pobre santo, lo que le costaría, siendo lo
suyo ocultarse y desaparecer. Pero
fue algo que nació espontáneo, surgió del pueblo, y eso no se puede parar.
Escuelas, universidades… hasta
seminario. ¿Qué más se puede pedir?
Ala, ala, que nos vamos a
Tanzania!
Sólo un aviso.
Es un país demasiado bello, con unas almas grandes. Por amor de
Dios, no os las carguéis.
Y ahora, unos elementales
consejos:
Así, los centros, no ni así así
tampoco
La
administración así, no
Como ellos, mejor
BAILAR Y CANTAR CON ELLOS, ASÍ
Y AYUDARLES EN EL TRABAJO
PRACTICAR EL APOSTOLADO DE DAR
Y NUNCA LES PIDAIS NADA
Y
SER PERSONAS DE PUERTAS ABIERTAS
ESTO,
NO
Y DESDE LUEGO, ASÍ SIEMPRE
La del jersey rojo
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