Con ojos nuevos.

Sobre conflictos de interés y el “algo pariente” Mons. Laplana (I)

Stoner, 16/06/2017

 

En el Opus Dei importa más la limpieza que la verdad.

 

Estoy titulando alguno de mis escritos con la expresión Con ojos nuevos porque el ejercicio consiste en releer las biografías de san Josemaría con una visión diferente a la que solía emplear. Escribo principalmente para tratar de entender, porque me siento manipulado con la versión “oficial” de algunos hechos de la historia de la Obra.

 

El tema de hoy es una relectura de la gestación del Nihil obstat y del Imprimatur para la primera edición de Camino [Consideraciones Espirituales] en Cuenca, 1934. Creo que es un ejercicio muy interesante y también medianamente divertido.

 

Siempre me había extrañado que la primera edición del libro no fuera ni en Madrid ni en Zaragoza, sino en Cuenca. No le encontraba demasiada relación con la vida de Escrivá. Pensé que lo más razonable sería que imprimiera en Madrid, con autorización del obispo, ya que residía allí desde hacía varios años y era donde desarrollaba su labor pastoral (labor para la cual estaba imprimiendo el libro…). O que obtuviera el Nihil Obstat e Imprimatur en Zaragoza, diócesis en la que estaba incardinado el joven sacerdote y de cuyo Arzobispo dependía (aunque la relación no era la mejor).

 

¿Por qué entonces Cuenca? ¿Sería por el buen precio de la Imprenta Moderna? ¿Habría otros motivos? Y parece que el principal motivo es su relación con el Obispo de Cuenca, Mons. Cruz Laplana.

 

En este escrito, muestro que hay bastante neblina y contradicciones entre los autores de la Prelatura, y propongo una hipótesis que me resulta razonable. Puedo estar equivocado, y con gusto rectificaré si así me lo hacen notar. Tal vez todo el evento sea completamente cristalino y estoy viendo fantasmas donde no los hay.

 

***

 

Para saber más sobre Mons. Laplana, comencemos con el diccionario de san Josemaría. Allí explica que en 1934 “Consideraciones espirituales fue editado finalmente como libro en la Imprenta Moderna, de Cuenca, de donde era obispo el beato Cruz Laplana, pariente del autor, que facilitó las gestiones.[1]

 

Aprendemos entonces que Cruz Laplana es “pariente del autor”. Pero el diccionario no nos indica expresamente el parentesco. Ni tampoco aclara que, además de facilitar gestiones, el Obispo (pariente) fue quien otorgó el Imprimatur (que es algo más que un sencillo “facilitar gestiones”).

 

Veamos qué dicen otras biografías y artículos sobre la relación de parentesco.

 

Vázquez de Prada, en su monumental hagiografía sobre el Fundador, escribe “Mons. Escrivá también estaba emparentado, por parte de madre, con mons. Cruz Laplana Laguna, que fue obispo de Cuenca de 1921 a 1936, año en que murió asesinado.” 

 

Ahora sabemos que el parentesco es por parte de madre. Este dato se encuentra al comienzo de su monografía. Bien al comienzo: exactamente en la nota 24 de la página 22, mezclado con otros parientes sacerdotes y religiosos que tenía Escrivá. Más adelante (p. 403) vuelve a comentar el parentesco cuando relata que doña Dolores realizó gestiones desde Madrid en 1932 con Mons. Cruz Laplana, obispo de Cuenca, “con quién le unía cierto parentesco”. Pero nunca explica claramente cuál es este cierto parentesco. A veces me llama la atención cómo con algunos asuntos Vázquez incluye un grado de detalle asombroso, pero en otros asuntos que tal vez no sean tan convenientes, omite información o la brinda manipulando al lector (esto lo digo también por otros episodios que están relatados por Vázquez de forma de engañar al lector, o a los censores de la Positio del proceso de beatificación y canonización, sobre los que trataré de contribuir en otra oportunidad).

 

La Positio (Biographia documentata) no aporta mucho más, ya que es muy similar a la biografía de Vázquez de Prada (o al revés).

 

En el libro de la Urbano no encontré más información: “En otra ocasión, por esos mismos años, don Cruz Laplana, obispo de Cuenca y pariente de Escrivá, le ofrece una canonjía en la catedral conquense.” Me llama la atención que no se destaque más el parentesco que une a Escrivá con este Obispo, mártir, y ahora beato. A san Josemaría le gustaba hacer alarde de su parentesco incluso en casos más lejanos que los de Mons. Laplana.

 

En el libro de Ana Sastre la definición es idéntica a la de Vázquez. “Mientras tanto doña Dolores,  (…) escribió a Mons. Cruz Laplana, Obispo de Cuenca, con quien le unía cierto parentesco. Le expuso la situación en que se hallaba Josemaría, y le pidió consejo. (…) el contenido del mensaje, una generosa invitación. Lola —le decía el Prelado—, ¿cómo no viene a verme tu hijo? Tengo una canonjía para él.”

 

En la edición crítico-histórica de Camino, escribe Pedro Rodríguez que “Don Cruz Laplana (1875-1936) moriría mártir en Cuenca el 9 de agosto de 1936, donde era obispo desde el año 1921. (…) Aragonés, era pariente de la madre del Beato Josemaría y buen amigo de su padre.” (p.41).

 

El asunto ahora aparece un poco más claro. Quien brindó el Imprimatur para Camino era pariente de Escrivá por parte de madre y además buen amigo de su padre, D. José Escrivá Corzán. Siempre es bueno el parentesco y amistad con personalidades importantes. En este caso, fue muy útil. Pero sigamos viendo cuál es la relación entre Laplana y Escrivá, porque como veremos hay bastante confusión.

 

Voy ahora con otra definición del grado de parentesco. Escribe Antonio Fontán que “Monseñor Cruz Laplana, que era pariente próximo de Josemaría Escrivá (…)”[2]. Bien ahora sabemos que no era un solo un “cierto parentesco” como escriben Vázquez y Sastre, sino un “pariente próximo”. Estamos ganando en precisión.

 

Vamos con otra definición, esta es de 2010, posterior a la de Fontán, así que esperemos que más exacta. Escribe Constantino Ánchel en Studia et Documenta: “Beato Cruz Laplana Laguna (1875-1936). Pariente lejano de san Josemaría, obispo de Cuenca desde 1921”[3]. ¡Magnífico! Pasamos de “pariente próximo” a “pariente lejano”. Pero seguimos sin saber bien cuál es el parentesco, para evaluar si es próximo o lejano o algo en el medio…

 

Vamos ahora con Pedro Rodríguez, en esta definición que para mí se tiene que llevar algún premio IgNobel[4]. Escribe Rodríguez  “(…) sondeando la posibilidad de incardinarse en la diócesis de Cuenca, cuyo Obispo, don Cruz Laplana –que sería asesinado en Cuenca en 1936 y beatificado en 2002, era algo pariente de su madre.[5]” ¡Fantástico por partida doble! “Algo pariente”. Así que existen los parientes cercanos, los parientes lejanos y los “algo parientes”, que viene a ser “no del todo parientes, pero algo parientes”.

 

Carlo Pioppi, en un artículo de 2014, escribe con un tono que, a mi parecer, essorprendente, dado su cargo interno. “Di particolare interesse sarebbe poi stabilire precisamente i rapporti di parentela e i legami di mons. Laplana con la famiglia Escrivá-Albás.[6]” Tiene razón Pioppi, porque no es tarea sencilla encontrar el parentesco de Escrivá con Lapalana. ¿Por qué tanto misterio? Respetuosamente le pido a don Carlo si pudiera establecer con precisión los lazos que unen a Mons. Laplana con Escrivá. ¡Tiene todo facilitado! Si es nada menos que el Director de la Revista Studia et Documenta del Instituto Histórico San Josemaría Escrivá... No debe ser nada difícil para un historiador de la Prelatura escribir con sencillez el grado de parentesco, de forma que nos podamos quitar la duda y determinar si es “lejano”, “cercano” o “algo pariente”. Realmente no veo por qué razón es tan difícil la cuestión. Ni que fuera a establecer el vínculo de Escrivá con el lejano anterior Marqués de Peralta.

 

El Cardenal Herranz pronunció una Conferencia sobre Escrivá y Laplana. Lamentablemente no pude acceder a ella. Capaz que algún lector de esta página puede compartirla. Me enteré de esa conferencia en un artículo de Méndiz en Studia et Documenta 2008. “Il card. Julián Herranz, allora presidente del Pontificio Consiglio dei Testi Legislativi, ha tenuto una conferenza a Cuenca (Spagna), nel marzo 2003, sul tema “San Josemaría y D. Cruz Laplana”. Quest’ultimo, arcivescovo di Cuenca neglianni della Seconda Repubblica Spagnola, era parente di Escrivá.” Ojalá que el Card. Herranz en esa conferencia de 2003 nos haya podido aclarar el tipo de parentesco entre los entonces flamantes santo y beato.

 

Como verán, no resulta nada sencillo indicar el parentesco, y se brindan versiones dispares. Si no se habla con claridad, intuyo que hay gato encerrado.

 

Finalmente llega un dato más concreto. Escribe Jaime Toldrà Parés: “Por último, en la capital aragonesa, los Escrivá tenían varios parientes que podían ayudar de alguna manera. Estaban en primer lugar los hermanos de doña Dolores, don Carlos Albás, nombrado arcediano del Pilar en 1919, y Mauricio, viudo desde el verano de 1920. Estaba también don Cruz Laplana Fumanal, párroco de San Gil, primo de su madre y que sería nombrado Obispo de Cuenca al año siguiente.[7]

 

*Se escucha un jubiloso voltear de campanas * *Soltamos al gato que estaba encerrado*[8]

 

Primo de su madre. He ahí el parentesco que a Pioppi le parecía interesante analizar, pero que no nos lo quiso indicar. Era tan sencillo decir “primo de su madre”, no sé por qué tanta vuelta. Tal vez el asunto sea efectivamente más complicado de lo que escribe Toldrà y se requiera un análisis concienzudo, al estilo del que propone don Carlo. Mi punto no es establecer el parentesco, no me interesa demasiado y no tengo los medios de los que disponen los historiadores oficiales. Simplemente mi punto es notar las inconsistencias, las manipulaciones, la falta de claridad, y preguntarme ¿por qué tanto misterio?

 

Habría que verificar, por tanto, si el dato de Toldrà Parés es correcto. Confío que no hay un error ya que es la única cita que encontré en la que se sincera la cercanía de este parentesco. Toldrà es el único autor que brinda un dato exacto. Lo hace en 2007; y en años siguientes (2008, 2010, 2014) hay otros autores del Opus Dei que no concretan el parentesco e incluso indican que sería importante estudiarlo y establecerlo con precisión. Pero no vi que nadie lo negara o corrigiera el eventual error. Por tanto, la verdad es que, por un lado, el dato preciso de Toldrà me alegra porque es el único que expresa la relación con exactitud; pero me plantea la duda de por qué ninguno de los otros académicos que escribieron, tanto antes como después, fueron capaces de consignar un dato aparentemente tan sencillo. En definitiva, por ahora confío que el dato de Todlrà, que es el más exacto, sea también verdadero, aunque puede haberse equivocado o haber escrito “primo” cuando en realidad era “primo segundo” o cuestiones por el estilo. De todas formas, no queda claro por qué es tan difícil escribir los lazos familiares que unían a la madre del Fundador, doña Dolores Albás con Mons. Cruz Laplana. Más aún, siendo las biografías oficiales tan exactas con otros parientes (tíos de la madre, etc).

 

Si es correcto que Cruz Laplana es PRIMO de doña Dolores, las gestiones en Cuenca me resultan algo escandalosas, a los ojos del S XXI. Si fue un pariente (cercano) quien participó en la gestión del Nihil Obstat e Imprimatur de Camino, entonces parece razonable que se haya ocultado deliberadamente el parentesco. Y por eso entiendo que los otros autores no quieran especificarlo: “cierto parentesco” (Vázquez), “pariente próximo” (Fontán), “pariente lejano” (Áncher) y el maravilloso “algo pariente” (Rodríguez).

 

***

Análisis preliminar

 

¿Por qué tanto misterio para señalar el parentesco exacto de san Josemaría con el beato Obispo de Cuenca? ¿Por qué a los autores del Opus Dei les cuesta decir “primo de su madre” o “primo de Dolores Albás”?

 

Mi hipótesis es que no se sienten cómodos con el papel que jugó el tío segundo de san Josemaría en la gestión del nihil obstat y del imprimatur de la primera edición de Camino (Consideraciones Espirituales, 1934). Tal vez haya otras razones, pero esta es la que primero salta a mis ojos.

 

Describir a un tío segundo como “pariente próximo” o “pariente cercano” creo que es cuestión de sensibilidad. El “algo pariente” de Rodríguez lo dejo de lado. Mi sensación es que la cercanía con un tío segundo depende de cada familia. En mi familia, los tíos segundos son tíos, lisa y llanamente. Y mis primos segundos son primos, sin más. Hay mucha cercanía, reuniones familiares, etc. En alguna familia los tíos y primos segundos serán parientes lejanos, tal vez medianamente desconocidos. ¿Cuál era la cercanía de los primos Dolores Escrivá y Cruz Lapalana? ¿Eran primos “lejanos” o “cercanos”? No lo sé bien. Pero parecería que eran parientes muy cercanos. En efecto, Mons. Laplana se dirige a Dolores Albás como “Lola”. No como “Doña Dolores” o “la viuda de Escrivá”. No. Para él es sencillamente “Lola”. Aquí veo yo mucha cercanía, mucha confianza.

 

Por otra parte, quiero destacar un dato que capaz que pasó desapercibido. Pedro Rodríguez nos dice que Mons. Laplana era buen amigo de D. José Escrivá. Para mí este también es un dato nuevo (y relevante). Me hace preguntar: ¿cómo surge esta amistad con don José Escrivá, cuando Laplana era pariente no de Escrivá, sino de su esposa, Dolores Albás? Si fuera pariente de don José sería más lógico que fueran buenos amigos, tal vez hubieran tenido trato de jóvenes, etc. Por tanto, ¿cuándo conoció José Escrivá a Cruz Laplana? Y en esta línea se me presentan multitud de interrogantes: ¿Qué significa “buen amigo”? ¿Cada cuánto se veían? ¿Era Don José feligrés de la parroquia de Cruz Laplana? ¿Fue Laplana quien le presentó a su prima Dolores, de unos 20 años de edad, a su amigo José Escrivá de 30 años? ¿Eran amigos antes de que José Escrivá contrajera matrimonio con Dolores Albás, o la amistad fue posterior? ¿Almorzarían juntos los domingos? ¿Veraneaban ambos en Fonz? ¿Cruz Laplana le prestó dinero a los Escrivá-Albás en momentos de dificultad?

 

Junto con lo anterior, ¿cuáles son las fuentes para señalar que eran buenos amigos? ¿Son fuentes recién descubiertas que no habían sido incluidas en las biografías oficiales anteriores? ¿Hay cartas, un epistolario familiar de los Escrivá-Albás? ¿Encontraron un diario personal del beato Cruz Laplana? ¿O la fuente son las cartas enviadas por Cruz Laplana a José María Escrivá? De manera tangencial, ¿cuántos datos hay en ese epistolario que nos ayude a entender qué tipo de fundación tenía en mente el joven Escrivá en 1930? porque mi impresión es que el “carisma” fundacional era muy distinto a lo que después predicó. ¿Este epistolario estuvo disponible para escribir la Positio o hay elementos nuevos que por tanto no se incluyeron en el Proceso?

 

Voy sacando en conclusión que Mons. Cruz Laplana es (a) pariente cercano de la madre de san Josemaría y (b) buen amigo de su padre, José Escrivá. Es más, estimo que la cercanía se habrá incrementado con el fallecimiento de José Escrivá. Si ya antes era buen amigo de la familia, luego del imprevisto fallecimiento de su amigo a una joven edad, estoy seguro que apoyaría más a su prima viuda, con un hijo casi sacerdote y otro que era un niño pequeño. Si estuviera en mis manos, y fuera un Obispo con ciertas influencias, también yo ayudaría más que antes a una prima viuda, madre de tres hijos. Todo me inclina a pensar que la relación era cercana. “Lola”.

 

También surge el interrogante de cuál era el grado de amistad (además de parentesco) entre Escrivá Jr y su tío segundo Cruz Laplana. No digo entre José Escrivá Corzán, sino con su hijo, José María Escrivá Albás, luego del fallecimiento de su padre. ¿Cada cuánto se veían? ¿Cuánto apoyo le brindó Laplana a Escrivá Jr? Entiendo que eran cercanos, aunque no encontré datos exactos de la relación entre ambos en los primeros años de la vida sacerdotal del joven Escrivá. Más adelante, ya en Madrid, aparece Laplana varias veces. Mons. Laplana estuvo en el Patronato de Santa Isabel (Colegio de la Asunción) para unas primeras comuniones, fue varias veces por DYA y además llevó de residente a otro pariente: Miguel Español Laplana. Pero, el Obispo de Cuenca destaca principalmente por ser el principal defensor de Escrivá frente al Arzobispo de Zaragoza y al de Madrid-Alcalá, por el tema de su fuga de Zaragoza, la aceptación de un cargo de la República, etc.

 

En definitiva, para mí sería interesante conocer más sobre esta relación de parentesco con la madre del Fundador y de amistad con el padre.

 

¿Por qué esta cercanía puede ser un problema? No lo tengo del todo claro y por eso estoy tratando de razonar y también preguntar a los lectores de esta página. No hay que ser Sherlock Holmes, Hercule Poirot ni el Padre Brown para sospechar de toda la situación, dado que los autores del Opus Dei no son claros con un parentesco que en principio parece tan sencillo de expresar. Mi hipótesis es que tal vez hubiera alguna ley eclesiástica que determinara cómo se debía realizar la censura de los libros católicos. Es muy probable que hubiera algún canon, protocolo, decreto o ley. No sé si el Santo Oficio de entonces tendría algo que decir. Supongo que la censura eclesiástica sería fuerte en la década del 30 del siglo pasado. 

 

Tal vez no hubiera ningún problema “canónico”, pero entiendo que sí hay razones éticas que desaconsejarían que la censura eclesial fuera proporcionada por un pariente próximo. Hoy en día lo llamaría conflicto de interés. Tal vez sea una terminología más moderna, pero el concepto seguro que existía entonces. No me gustaría seguir juzgando a la distancia de años (aunque estoy tentado). Ahora lo veo como un chanchullo[9]. Entiendo que los biógrafos no quieran decir claramente que Mons. Laplana era primo de la madre de Escrivá. Pero tal vez en 1934 no fuera raro, tal vez fuera usual este tipo de ayudas a familiares dentro de la Iglesia (p.ej. otorgar canonjías a parientes). Yendo un poco más lejos en el tiempo, con esto de las influencias entre parientes eclesiásticos, existe el emblemático caso de san Carlos Borromeo, quien comenzó su carrera con algo que, a los ojos del siglo XXI, también parece un chanchullo. Borromeo era sobrino del papa Pío IV, quien lo nombró con diversas dignidades en el Vaticano cuando san Carlos contaba solo con 22 años de edad. Nepotismo puro y duro. Incluso al poco tiempo lo nombró Cardenal, sin siquiera ser sacerdote. Pero eso no le impidió a Carlos Borromeo llegar a ser santo. Por tanto, tal vez las influencias familiares no fueran tan mal vistas en la década de 1930 como lo serían ahora. Ni impiden que a uno lo declaren santo. Simplemente para mí Escrivá no será modelo en este aspecto de su vida.

 

En cuanto pueda, seguiré tratando de entender otro aspecto de la relación Escrivá-Laplana para después pasar a la relación Escrivá-Cirac. Nada demasiado original, simplemente una relectura con ojos nuevos de lo ya publicado por aquellos que tienen acceso a las fuentes históricas del Opus Dei.

 

Stoner.

 

PD: Encomiendo los frutos de la reunión anual del Pleno del Consejo General. Que el Espíritu Santo les brinde luz y fortaleza. Y que tengan en cuenta las advertencias de Alter.Alterius en el último párrafo de su escrito de 15 de mayo de 2017.

<<Siguiente>>

 

Ir a Tus escritos

Ir a la ‘nueva’ web

Ir a la web ‘clásica’



[1]Méndiz, Alfredo, voz “Camino” en “Diccionario de San Josemaría Escrivá de Balaguer”.

[2]Fontán, Antonio, Josemaría Escrivá. 9 de enero 1902 - 9 de enero 2002: Centenario del Fundador del Opus Dei. - Nueva Revista de política, cultura y arte, num. 79, (2002), pp. 49-67.

[3]Ánchel Balaguer, Constantino. Fuentes para la historia de la Academia y de la Residencia DYA. Studia et Documenta: Rivistadell’IstitutoStorico san Josemaría Escrivá, vol. IV, num. 4, (2010), pp. 45-101.

[4] Premios que “primero hacen reír a la gente, y luego la hacen pensar”.

[5] Rodríguez, Pedro. El doctorado de san Josemaría en la Universidad de Madrid, Studia et Documenta (2008), pp. 13-103.

[6]Pioppi, Carlo, “Infanzia e prima adolescenza di Josemaría Escrivá (…)”, Studia et Documenta, 2014, pp. 149-187.

[7]ToldràParés, Jaime, “Josemaría Escrivá en Logroño (1915-1925)”, Rialp, 2007.

[8] Tal vez lo hayan notado a estas alturas, pero realicé una pequeña manipulación con el orden cronológico de las citas, al estilo de lo que aprendí al releer a Vázquez de Prada. Simplemente, dejo constancia…

[9] Defino este episodio de la vida de Escrivá con los términos de “conflicto de interés” y “chanchullo”. En el fondo de mi memoria estaban estas expresiones, y ahora verifico que Jaume las utiliza para definir otro episodio de la vida de Escrivá: su relación con Cicuéndez y con Pou (en el capítulo 7 de “José María Escrivá Albás: Algunos problemas históricos”). Escribe Jaume: “Hoy día se llama a eso conflicto de intereses porque nos hemos vuelto muy finos, pero hay otros nombres populares. El más utilizado es “chanchullo”.”