HIPÓTESIS PSICOLÓGICAS
SOBRE LOS MIEMBROS DEL OPUS DEI (1).
Rescatado, 4/09/2015
Voy
a tratar de atender la sugerencia de Josef
Knecht de ofrecer un breve estudio sobre la psicología del miembro
típico del Opus Dei, aunque consciente del peligro de una simplificación. Me voy a centrar en estas tres cuestiones:
a) ¿Qué estilos de personalidad –con sus
cualidades y limitaciones- son más proclives a ser captados por el proselitismo
de la Obra?
b) ¿Qué influencia se experimenta, a
partir de la praxis de la Prelatura, respecto a los estilos de personalidad?
c) ¿Qué puede ocurrir con su estilo de
personalidad, cuando un miembro decidió desvincularse?
I. ACLARACIONES PREVIAS
Voy
a tener presente, principalmente, la clasificación de Theodore Millon, uno de
los más expertos investigadores sobre este tema.
Los
tipos de trastornos de personalidad –y, paralelamente, de sus correspondientes
estilos sanos- los clasifica en 15 tipos (algunos sin versión sana). Anoto primero el trastorno de personalidad y
patrón de conducta, seguida (entre paréntesis), del correspondiente estilo
normal o sano de personalidad.
A) Personalidades con dificultades para el
placer
1.
Trastorno esquizoide de la personalidad: el patrón asocial (ESTILO SANO
INTROVERTIDO)
2.
Trastorno de la personalidad por evitación: el patrón de repliegue (ESTILO SANO
CAUTELOSO)
3.
Trastorno depresivo de la personalidad: el patrón de rendición
B) Personalidades con problemas
interpersonales
4.
Trastorno de personalidad por dependencia: el patrón sumiso (ESTILO SANO
COOPERATIVO)
5.
Trastorno histriónico de personalidad: el patrón gregario (ESTILO SANO
SOCIABLE)
6.
Trastorno narcisista de la personalidad: el patrón ególatra (ESTILO SANO
SEGURO)
7.
Trastorno antisocial de personalidad: el patrón fanfarrón (ESTILO SANO
ENÉRGICO)
C) Personalidades con conflictos
intrapsíquicos
8.
Trastorno sádico de la personalidad: el patrón de abuso (ESTILO SANO
CONTROLADOR)
9.
Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad: el patrón de conformismo
(ESTILO SANO RESPETUOSO)
10.
Trastorno negativista de personalidad: el patrón vacilante (ESTILO SANO VOLÁTIL
Y DESCONTENTO)
11.
Trastorno masoquista de la personalidad: el patrón afligido (ESTILO SANO
“SACRIFICADO” Y COMPLACIENTE)
Omito
los cuatro más graves, por abreviar.
Hay
que tener en cuenta que, como reconoce el mismo Millon, muy pocas veces
aparecen personas con tipos puros; normalmente son combinación de dos o tres
tipos, aunque uno sea el predominante.
En
el enfoque humanista-experiencial en el que trabajamos en nuestro Instituto de
Psicoterapia, somos conscientes de que cada persona es alguien único e
irrepetible y que hay que ser muy prudentes antes de colocarle etiquetas patológicas de cualquier
tipo.
También
conviene saber que un trastorno de personalidad puede constituir un problema
leve, mediano o grave.
Para
evitar que se pretenda comprender cada tipo, a partir sólo de la etiqueta con
que se denomina, adjunto dos cuadros que ayudarán a intuir, al menos, las
complejidades de cada uno. Sintetizadas
a partir de T. Millon (1987): Sobre el renacimiento de la teoría y la
evaluación de la personalidad, en Psicodiagnóstico
clínico. A. AVILA, y C. RODRÍGUEZ
(Eds.). Bilbao: DDB
D) CARACTERÍSTICAS DE LOS ESTILOS DE
PERSONALIDAD SANOS
patrón de personalidad |
Presentación conductual |
Comportamiento interpersonal |
Expresión afectiva |
Percepción de sí mismo |
Enérgica |
Aventurera |
Intimidante |
Rabia |
asertivo |
Segura |
Serena |
No empático |
Serenidad |
Seguro |
Sociable |
Animada |
expresivo |
Dramatismo |
Encantador |
Cooperadora |
Dócil |
Complaciente |
Tierno |
Débil |
Sensitiva |
Errática |
Impredecible |
Pesimista |
Despreciado |
Respetuosa |
Organizada |
Refinado |
Reprimido |
Fiable |
Inhibida |
Vigilante |
Cauteloso |
Difícil |
Solitario |
Introvertida |
Pasiva |
Retraído |
Blando |
plácido |
E) CARACTERÍSTICAS
DE LOS ESTILOS DE PERSONALIDAD INSANOS
patrón de personalidad |
presentación conductual |
comportamiento interpersonal |
expresión afectiva |
percepción de sí mismo |
Antisocial |
Impulsivo |
Irresponsable |
Insensible |
Autónomo |
Narcisista |
Arrogante |
Explotador |
Despreocupada |
Admirable |
Histriónico |
Afectada |
Coqueto |
Inconstante |
Sociable |
Dependiente |
Incompetente |
Sumiso |
Pacífica |
Inepto |
Pasivoagresiva |
Obstinada |
Ambivalente |
Irritable |
Descontento |
Compulsiva |
Disciplinada |
Respetuoso |
Solemne |
Escrupuloso |
Evitativa |
Cautelosa |
Aversivo |
Angustiada |
Alienado |
Esquizoide |
Letárgico |
Reservado |
Monótono |
Complaciente |
Masoquista |
Abstinente |
Deferente |
Disfórica |
Desmerecida |
Depresivo |
Abatido |
Indefenso |
Melancólica |
Inútil |
II.
ESTILOS DE PERSONALIDAD MÁS PROCLIVES A SER CAPTADOS POR EL PROSELITISMO
Mis
hipótesis es que son los tres siguientes: los estilos de personalidad
COOPERADOR, RESPETUOSO y CAUTELOSO.
Ya
dentro de la institución, los dos primeros serán intensificados en sus
limitaciones, con peligro de que degeneren en trastornos –al menos leves- de
personalidad dependiente, o de personalidad obsesivo-compulsiva. Pero comentar este segundo punto lo dejo para
otra ocasión.
Hay
que tener en cuenta que antes de los dieciocho años difícilmente está ya
suficientemente estructurado un estilo de personalidad. La conducta del adolescente tiende a ser
ambivalente, oscilante entre distintos estilos, aunque factores educacionales y
socioculturales (junto con los biológico-temperamentales) pueden estar
influyendo hacia algún tipo predominante de la futura personalidad.
Veamos
unas pinceladas esquemáticas sobre los tres tipos de personalidad más
fácilmente captables por el proselitismo (los extraigo de la introducción de mi
libro La búsqueda de la
autenticidad. Lleida: Milenio):
1. Estilo
cooperativo de la personalidad
Es la versión sana de lo que en caso de
psicopatología corresponde al trastorno dependiente de la personalidad. Según Oldham y Morris (1990) cit. en Millon
(1998)
- Personas
“cuidadosas” y extremadamente solícitas, anteponiendo el bienestar de los otros
al suyo propio.
Según Millon y cols. (1994), cit. en Millon (1998)
- Patrón
de comportamiento acomodaticio, participativo, comprometido y afiliativo.
Personas
muy cooperadoras y amigables.
- Detestan
molestar a los demás.
- Confían
en que los demás sean amables y sensatos, y buscan siempre la reconciliación de
las diferencias.
- Relaciones
interpersonales cordiales y comprometidas.
- Fáciles
de complacer; exigen poco de los demás.
- Altruistas
y nada egoístas.
- Se
alegran muchísimo de la suerte de los demás.
- Cuanta
más gente les valora, más humildes se vuelven.
-
Siempre ven el lado positivo de la vida.
Es fácil comprender que
las denominadas “profesiones de las relaciones de ayuda” son adecuadas para
estas personas. Es decir: trabajadores sociales, psicoterapeutas, pediatras,
educadores de niños, cooperantes en organizaciones no gubernamentales,
misioneros, etc.
Si son personas sanas no
tienen por qué caer en el peligro del trastorno dependiente de la personalidad,
que se manifiesta en una infravaloración de las propias necesidades y de las
capacidades de los demás, y en una sobrevaloración de las necesidades de los
demás y de las propias capacidades. Sabrán, por lo tanto, cuidarse a sí mismos,
y no sólo a los demás, y se permitirán pedir ayuda cuando sea preciso.
Pero una personalidad
cooperadora, desde su actitud generosa, puede sucumbir al proselitismo de la
Obra cuando se le presenta como una empresa altruista y no le importará
sacrificarse si piensa que con ello está contribuyendo al bienestar
colectivo. Si, además, tiene trastorno o
rasgos del trastorno de personalidad dependiente, le costará mucho defraudar a
la persona que le empuja a entrar en la institución, pues realmente disfruta
haciendo felices a los otros. Y si
además pertenece a una familia donde hay varios miembros de la Obra (en especial
si los padres son supernumerarios), el ingresar en ella no le exige romper con
sus orígenes -tema costoso para un dependiente- sino que más bien esto le
ayudará a sentirse aún más integrado y leal.
Además, a un adolescente
cooperador o dependiente le será mucho más tolerable que a otros tipos de
personalidad tener que comprometerse a:
- tener que practicar la obediencia
- tener que consultar continuamente
- comunicar su intimidad semanalmente a su director laico y
al sacerdote asignados
- realizar tareas que no son de su agrado porque otros se lo
piden
2. Estilo respetuoso o responsable de la
personalidad
Estilo de vida disciplinado, organizado y
eficiente. En su versión patológica
sería el estilo obsesivo-compulsivo de la personalidad.
Según Oldham y Morris (1990), cit. en Millon (1998)
Las
personas de estilo responsable son hombres y mujeres de fuertes principios
morales y certidumbres absolutas que no descansan hasta que su trabajo está
hecho y bien acabado. Son leales a sus familias, sus causas y sus superiores.
El trabajo duro es una característica distintiva…
Según Millon y cols. (1994), cit. en Millon (1998)
- Respetuosos
con las tradiciones y la autoridad.
- Actúan
de manera responsable, correcta y meticulosa.
- Siguen
a gusto las reglas y normas convencionales
- Critican
a quienes no lo hacen.
- Desean
ser considerados como personas cumplidoras.
- Respetan
excesivamente la ética y la moral de la sociedad.
- Manifiestan
comportamientos virtuosos.
- Dan
poca importancia a las emociones.
Al extenderme en otro
apartado en la descripción comparativa entre el estilo sociable –predominante
entre andaluces- y el estilo respetuoso -frecuente entre catalanes- ya he
adelantado características del segundo.
Para poder ser fiel a sí
mismo será conveniente que se encuentre implicado en un tipo de trabajo
profesional –y actividades diversas- en que se requieran de forma acentuada las
capacidades de disciplina, organización, cumplimiento respetuoso de las normas de
la praxis, sentido de responsabilidad, y saber planificar. No así los trabajos en que lo normal sea la
improvisación y la espontaneidad. Las
tareas directivas o de coordinación, inspección y supervisión encajarán bien a
este tipo de personas. También las
propias de secretaría y las que requieran especial capacidad analítica y de
precisión, p.e. contabilidad, cirujía, etc.
La personalidad respetuosa sana sabrá, sin embargo, no caer
obsesivamente en una actitud perfeccionista que pueda agobiar a compañeros,
subordinados, o a su pareja, cuando no se caractericen por este estilo de
personalidad.
Como este trastorno de personalidad le teme a todo lo que
signifique cambio y le gusta poder predecir lo que va a ocurrir en base a
normas fijas e inflexibles, el proselitismo con este tipo de personalidad, y
más si tiene algunos rasgos o trastorno obsesivo, hará que le atraiga la
precisión e inflexibilidad doctrinal y la rutina del comportamiento práctico:
todo está previsto. Como además, en este
caso, tendrá también una tendencia a los escrúpulos, aceptará bien unos
criterios morales basados en leyes inflexibles.
A un joven de estilo
respetuoso (tendencia a obsesivo)
- le será más tolerable tener que cumplir al pie de la letra
las múltiples normas, costumbres y
reglas de la praxis.
- tener como criterio intelectual supremo –sobre todo en su
formación teológica- la “doctrina
segura”, aceptando renunciar a la lectura de autores de ideas innovadoras.
-
3. Estilo
cauteloso de la personalidad
En su versión patológica
sería el trastorno evitativo de personalidad. Sus características más
destacables son:
- Actitud
vigilante ante la posibilidad de rechazo, timidez generalizada y baja
autoestima.
-
A pesar de ser personas tímidas y dubitativas,
“cuando deben desempeñar funciones que concuerdan con su estilo de vida, son
capaces de llevar a cabo sus responsabilidades sociales y profesionales con una
competencia considerable” (Millon, 1998, p. 278).
Según Oldham y Morris (1990), cit. en Millon (1998)
- Poseen
capacidad excepcional para observar su entorno.
- Se
fijan rápidamente sobre personas y situaciones peligrosas.
- Evitan
pertenecer a grupos sociales amplios y ser el centro de la reunión, pero pueden
conseguir un gran reconocimiento por su creatividad.
-
En un ambiente de seguridad emocional, su
imaginación y espíritu de exploración no conoce límites.
Según Millon y cols. (1994), cit. en Millon (1998)
- Sensibles
a la indiferencia o rechazo social.
- Se
sienten inseguros de sí mismos y cautelosos en las situaciones novedosas.
- Son
muy responsables.
- Anticipan
las dificultades en sus interrelaciones.
- Tensos
cuando tratan con personas que no conocen.
-
Una vez que se sienten aceptados se abren, son
amigables y cooperantes y participan con los demás de forma productiva.
Este tipo de persona no sería fiel a sí misma
si se encontrase implicada en un trabajo profesional –como también otras
actividades y relaciones humanas- que exigiesen actitudes como gran energía,
espíritu aventurero, acentuada seguridad en sí misma, o elevada
sociabilidad. Es decir, si su situación
profesional le reclamase destacar en características que corresponden a los
estilos de personalidad “enérgica”, “segura” o “sociable”, respectivamente.
Sin embargo estas personas cautelosas, o
moderadamente evitativas, pueden llegar a ser grandes artistas de Bellas Artes,
como pintores o músicos. También, p.e.
detectives, jardineros, diseñadores. Al
igual que los de estilo introvertido, muchos investigadores e informáticos
competentes pueden haberse caracterizado por este estilo de la personalidad.
Una persona con rasgos o
trastorno de personalidad evitativo, como vive dominada por el temor del
peligro (y muchas veces también el temor a los riesgos de las relaciones
interpersonales), puede sentirse atraída por el panorama que le ofrece el
ingresar en la Obra al verlo como algo protector frente a los peligros del
“mundo” y más cuando cada vez con mayor frecuencia en la institución las tareas
profesionales se van desarrollando en el seno de la misma, cosa que protege a
la persona de los desafíos, luchas y competitividad que normalmente tiene que
arrostrar el profesional laico. Si
además se le presenta por parte de los encargados de hacer que “pite” la vida
fuera de la Obra como fácilmente pecaminosa, desde la credulidad puede entender
que si quiere vivir un cristianismo auténtico, mejor refugiarse en la
institución. Además, la prohibición de intimidad y amistad reales entre los
miembros de la Obra, le mantienen aislado y protegido de las críticas y el
rechazo a su persona, a pesar de tener que soportar “correcciones fraternas”
frecuentes, por minucias.
Para no extenderme más,
dejaré para una segunda parte las cuestiones segunda y tercera planteadas al
principio.
Quiero aprovechar la
ocasión para felicitar las recientes aportaciones de Dionisio, Josef Knecht,
Antonio Esquivias, A.Plaza y Orange, entre otros.
Un abrazo de Ramón (ramonrosal@terra.com)