Carta abierta a Javier Cremades
Antonio Moya Somolinos,
20/06/2022
Querido Javier Cremades:
Permíteme que te escriba esta carta abierta desde este medio. Como eres del
Opus Dei y la publicación más leída en el Opus Dei (reconocido por muchos miembros,
así como que en las delegaciones hay un encargado de seguir a diario esta
publicación) es OpusLibros, espero que leas esta
carta dirigida a ti. Si no te llega, entonces será la prueba más fehaciente de
que vives despistado, como tantos y tantos miembros (socios) del Opus Dei que
van con unas anteojeras puestas permanentemente para ver y oír del Opus Dei
solo lo que les llega desde la voz de su Amo.
Antes que nada quiero decirte que el motivo de que
esta carta sea abierta es porque de modo rotundo no es una carta personal, y
esto por dos motivos. El primero porque no te conozco personalmente y, el
segundo porque hace más referencia a aspectos objetivos que subjetivos. O por
decirlo de otro modo, es una carta en la que se podría prescindir de nombres
propios: Es una carta abierta de un exmiembro del Opus Dei (yo) a un miembro
del Opus Dei (tú) que preside un importante bufete de abogados (Cremades-Calvo
Sotelo) que ha suscrito un contrato con el presidente de la Conferencia
Episcopal Española (Omella) para llevar a cabo una
auditoría acerca de los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia en
España en los últimos años, algunos de los cuales, muy sonados, han sido
cometidos por miembros del Opus Dei y encubiertos por los directores del Opus
Dei…
Otro presupuesto previo de esta carta es que, aunque la auditoría tiene
por objeto los abusos sexuales, el estado de la cuestión de tres años
para acá ha evolucionado considerablemente a pesar de que el Papa ya anunció (Carta
del Papa Francisco al Pueblo de Dios) que los abusos que se pretenden
corregir en el seno de la Iglesia Católica por ser contrarios al Evangelio no
son solo los sexuales, aunque sean repugnantes, sino de TRES TIPOS: Abusos sexuales,
de poder y de conciencia, siendo estos dos últimos incluso más graves, por
incurrir, como dijo hace poco una ponente de las “VI Conversaciones PPC”, en
algo mucho más grave, ya que “lo que te violan no es ya el cuerpo, sino el
alma”.
Estos dos últimos grupos de abusos son los característicos de grupos
religiosos (por ejemplo, el Opus Dei) en donde los superiores pretenden tener
en propiedad las almas y las voluntades de quienes pertenecen a ellos mediante
un supuesto “carisma” que ellos llaman “gracia de estado” por el que se arrogan
el poder de conocer y decidir acerca de la conciencia ajena al creerse los
portadores de la voluntad de Dios para esas personas.
En estos tres últimos años ha evolucionado bastante el estado de la
cuestión sobre todo a nivel mediático, ya que se le ha prestado una atención no
exenta de sensacionalismo a los abusos sexuales, obviando que los de conciencia
y de poder no solo son más peligrosos y perversos contra la dignidad de la
persona, sino que además están en la base de los sexuales, de modo que muchos
de los abusos sexuales producidos por gentes de Iglesia son consecuencia
derivada de un abuso previo, pero más sutil, de conciencia y de poder que ha
puesto en bandeja los abusos sexuales posteriores.
He hablado de las VI Conversaciones PPC, las cuales seguí con gran atención
durante casi diez horas del pasado 9 de junio, organizadas por la Editorial PPC
en el Colegio Mayor Mara de Madrid, auspiciadas por el obispo de Madrid, Carlos
Osoro, y en donde se trató de forma respetuosa,
actual y completa toda esta cuestión, dando voz a todos, incluido al gabinete
Cremades-Calvo Sotelo, representado por el coordinador de la auditoría Alfredo
Dagnino, que hace pocos años fue presidente de la Asociación Católica de
Propagandistas.
Por tanto, Javier Cremades, sabes perfectamente de lo que estoy hablando,
pues tu bufete también fue oído en esa jornada que yo seguí on
line y que recomiendo a todo el que pueda que la siga entera por Youtube,
ya que no tiene desperdicio y se llega a conocer muy bien qué es lo que pasa
con este asunto en la Iglesia española y qué es lo que está haciendo cada cual.
A partir de ahora ya me dirijo a ti, Javier.
Debo empezar diciéndote que me caes bien. Cuando os presentasteis en rueda
de prensa como el despacho designado por la Conferencia Episcopal Española para
llevar a cabo la auditoría interna sobre los abusos en el seno de la Iglesia
Católica Española, tú, sin ningún rubor, confesaste tu pertenencia al Opus Dei.
Entiendo tu postura y yo hubiera hecho lo mismo. En mis 42 años de
pertenencia al Opus Dei como numerario (desde 1973 hasta 2016) nunca oculté mi
condición de miembro del Opus Dei, entre otras cosas porque yo me hice del Opus
Dei con el mismo y firme propósito con el que me guio ahora: buscar la santidad
en mi vida ordinaria. Y porque siempre pensé que los directores, y quien
vosotros llamáis “el Padre”, se guiaban por el mismo y sincero propósito que
yo. La vida me ha enseñado que no es así.
En mis 42 años en el Opus Dei he leído y meditado absolutamente todas las
publicaciones, externas e internas, que han caído en mi mano, que no han sido
pocas; he comido en Villa Tevere y en Diego de León,
he dado miles de medios de formación, etc. Hasta me he leído las soporíferas y
mediocres publicaciones de Álvaro del Portillo, algo que no conozco que haya
hecho nadie en el Opus Dei y sobre lo que, por supuesto, las nuevas
generaciones de miembros del Opus no saben nada, no ya por ignorancia, sino ni
siquiera por curiosidad.
De su mediocre sucesor no puedo decir lo mismo, porque, aunque tengo todos
sus libros, no he llegado a terminar ninguno por haber caído dormido
reiteradamente antes de terminarlos, cada vez que me he puesto a leerlos, hasta
dejarlos para mejor ocasión.
De todas formas te digo que, en mi experiencia
personal, he aprendido muchísimo más sobre el Opus Dei desde que me fui que en
los 42 años anteriores. Por algo evidente: En el Opus Dei no existe la
autocrítica y ello os incapacita para ver y conocer otros puntos de vista que
desde el Opus os ocultan o deforman continuamente.
No sé si eres pariente lejano de aquel Cremades de hace 50 años que en uno de los videos de san Josemaría, presumía de que
sus diez hijos eran numerarios del Opus Dei. Me imagino que te darás cuenta de
que los tiempos han cambiado y ahora a nadie se le ocurriría presumir de eso,
aunque hay que reconocer que aquel Cremades tenía todo el público a favor. Por
eso, cuando en la presentación de tu bufete afirmaste abiertamente tu
pertenencia al Opus Dei, me vino instantáneamente a la memoria aquella tertulia
filmada, que hace ya años que no se ve en los centros, por ser algo
impresentable hoy día.
De todas formas, yo hubiera hecho lo mismo que tú hiciste en la
presentación de tu bufete y de la auditoría, porque no me oculté, ni me oculto
ahora. Y, además, hubiera sido una mala manera de empezar por tu parte,
ocultando tu pertenencia al Opus, cuando tarde o temprano se terminaría por
descubrir y en ese sentido es mejor adelantarse y que se sepa por ser tú quien
abiertamente lo manifiesta.
Pero, sobre todo, me cae bien la gente que va de frente, y en ese sentido,
me parece bien que empezaras afirmando tu pertenencia al Opus. Ahora bien, por
experiencia propia, el día en que te atrevas a tener un poco de sentido crítico
respecto al Opus, no tendrán la valentía suficiente para echarte, sino que te
animarán a que tú mismo te salgas (para que el malo de la película seas tú y la
institución quede incólume) y, cuando te hayas ido, ni siquiera reconocerán que
hubo un tiempo en el que perteneciste al Opus, de lo que se deriva que tampoco
te agradecerán nada. Esto te lo digo por experiencia propia y de miles de
exmiembros que, tras su marcha, han sido tratados de la misma manera. Si
llegaras a verte en el futuro en esa situación, no te preocupes, no pasa nada.
Jesucristo murió denigrado, abandonado, en pelota y sin nada.
Te voy a decir una cosa: Tu prestigio profesional y tus éxitos (y fracasos)
profesionales, son tuyos. No dejes que los del Opus se los apropien. Una cosa
es que tú hayas salido al paso diciendo para empezar, que eres del Opus y otra
cosa es que tu profesionalidad es tuya y los del Opus no tienen nada que ver
con ella, ni tú eres mejor por ser del Opus ni tu auditoría tiene más garantía
de credibilidad por ser tú del Opus. Que no te engañen.
Ahora voy con el meollo de esta carta. He esperado a escribirla al día 9 de
junio, pues en las VI
Conversaciones PPC on line sobre los abusos
en la Iglesia Católica sabía que iba a intervenir Alfredo Dagnino, vuestro
coordinador del bufete en la auditoría y me interesaba ver su actuación en el
contexto de toda la Jornada. A Alfredo también le conozco, pues me hice de la
Asociación Católica de Propagandistas en 2015, aunque desde fecha reciente he
pasado a ser cooperador, en parte para tener también más independencia, para
decir las cosas como las siento, aunque en honor a la verdad hay que decir que
en la ACdP sí existe una sana autocrítica que en el
Opus brilla por su ausencia. Y por supuesto, en la ACdP
se respeta el fuero interno de los socios, algo continuamente vulnerado en el
Opus Dei en contra de lo establecido por el Código de Derecho Canónico y sobre
lo que este Papa ha dado reiterados toques de atención.
Alfredo, sin quitarle méritos, es un animal político-eclesiástico. No en
vano fue presidente de la ACdP y dicha asociación, lo
mismo que el Opus (y hace años, ahora no, los jesuitas), es un buen trampolín
católico para situarse bien profesional y socialmente, al moverse en ambientes
“muy selectos”. Ya nos conocemos. Y ya conocemos a determinados “servidores” de
la Iglesia que de la noche a la mañana van acumulando cargos, honores y
prebendas. Es lo que un amigo mío llamaba “el lado oscuro del Evangelio”, muy
presente a lo largo de estos 21 siglos de historia de la Iglesia que, de pura
costumbre, ya no me escandaliza, aunque me repugna continuamente.
Alfredo, en su ponencia, pasó de puntillas por el asunto de la auditoría y
la clara incompatibilidad moral de vuestro bufete. Como buen político, midió
las palabras, dijo medias verdades, empleó la restricción mental, la polisemia
y otros artilugios oratorios para evitar decir abiertamente toda la verdad,
solo la verdad y nada más que la verdad. Y, en el contexto de las casi diez
horas que duró la Jornada, se puede ver que su intervención no convenció a
nadie.
El meollo de lo que te quería decir en esta carta abierta es esto: No es
que tú y tu bufete seáis incompetentes o incapaces de imparcialidad o que no
seáis buenos profesionales o inmoralmente parciales. Presumo que tenéis que ser
buenos profesionales cuando tenéis un bufete de cierto peso. No eres tú el
incompatible, debido a ti mismo, sino DEBIDO
A LA INSTITUCIÓN A LA QUE PERTENECES, en donde no hay acompañamiento
espiritual, sino DIRECCIÓN espiritual (que es algo bien distinto), que además
es OBLIGATORIA, y donde son los
directores del Opus quienes te DESIGNAN
quien es tu director espiritual, o como decís vosotros, “quien lleva tu
charla”, teniendo además en cuenta que para VOSOTROS
“LA VOLUNTAD DE DIOS VIENE A TRAVÉS DE LOS DIRECTORES” (del Opus Dei).
Con esto te estoy diciendo que tu incompatibilidad no viene de ti sino de
tu ENTORNO. Y habida cuenta de que el Opus tiene ya en su haber varios casos
sonados de abusos sexuales a menores, algunos de ellos en España (casos Cociña y Gaztelueta entre los más
famosos) en los que ha quedado patente el obstruccionismo, la ocultación y
falta de colaboración institucional con la justicia por parte de las altas
autoridades de la prelatura, es evidente que poner a investigar abusos sexuales
a un bufete presidido por alguien del Opus es el mayor de los despropósitos. No
ya un insulto a la inteligencia o a las víctimas, sino una falta de sentido
común que salta a la vista y todo el mundo (menos vosotros) percibe.
No es que tú seas un incompetente, sino que vas a recibir presiones, si es
que todavía no las has recibido. Esto es algo tan elemental y evidente que
cuando Omella tuvo una tumultuosa reunión de cuatro
horas, hace poco, con las víctimas, ellas dijeron que mientras tu bufete sea
quien haga la auditoría, ellos (QUE SON EL ACTOR PRINCIPAL EN ESTE ASUNTO, no
lo olvidemos) no colaborarían.
Te lo diré en términos jurídicos: TE ESTÁN RECUSANDO, y con razón. No por
ti sino por tu entorno, porque tienes una relación de obediencia a los
directores en materia de conciencia hasta el punto de que, si eres del Opus
Dei, aceptas que la voluntad de Dios te viene a través de ellos, pues así es
como se obedece en el Opus Dei, del que tanto presumes pertenecer. O somos o no
somos. Y si somos, somos con todas las consecuencias, no solo para presumir de
ser del Opus (una presunción no muy fundada hoy día) o para llevar a los niños
a un colegio de Fomento o Attendis, que mola mucho.
Alfredo ha querido desviar en este punto la atención del auditorio, pero se
le ha visto el plumero. Cuando se le ha planteado este problema ha incidido en
vuestra profesionalidad, pero ha omitido la vinculación de obediencia y de
conciencia de los del Opus respecto de los directores de la institución.
¿Verdad que algo pasaría si tú, en tu informe, por ejemplo, apuntases como
responsable último de presuntos delitos de abusos sexuales, de poder y de
conciencia a Ocáriz, Fazio o Pujals hasta el punto de que tales
responsabilidades, por ejemplo, supusieran la fulminante deposición del prelado
por parte del Papa a instancias de la Conferencia Episcopal Española?
Alfredo Dagnino quitó importancia a la auditoría y dijo que era algo muy
limitado. Pero ¿qué pasaría si tirando de la manta se empezara a ver que no es
algo tan limitado sino que tiene más alcance del
inicialmente previsto?
Cuando se lleva a cabo una auditoría, tanto quien la encarga como quien la
lleva a cabo deben tener las manos totalmente libres para llegar a donde sea
necesario, indagando en la verdad hasta el fondo. Una auditoría puede tener un
objeto limitado, es verdad, pero no es un paripé para cubrir un expediente
incómodo
Hay que ponerse en el lugar de las víctimas (que son víctimas, pero están
demostrando no ser tontos) y ESCUCHARLAS: ¿Acaso no tienen un motivo serio para
recusar a tu despacho? ¿Vamos a poner a un lobo a investigar que otros lobos
son los que han matado las ovejas? No digo que tú seas un lobo, pero las
víctimas saben que perteneces a una manada de lobos. Y es lógico que sientan
recelo.
Alfredo Dagnino, en plan víctima, ha dicho en las VI Conversaciones PPC que
vuestro bufete ha empezado poco menos que crucificado o puesto en cuestión
desde el comienzo de su trabajo. Entonces… ¿por qué habéis aceptado el encargo?
Otra cosa: ¿Cómo habéis llegado a recibir ese encargo? No me consta que se
haya producido un proceso transparente con publicidad y concurrencia, convocado
por la Conferencia Episcopal, sino que, de la nada, un buen día se anuncia el
encargo en una rueda de prensa que le pilla a todo el mundo con el pie
cambiado.
¿Cuánto cobráis por el encargo? Esta pregunta se le hizo a Alfredo durante
su ponencia, y salió por los cerros de Úbeda remitiendo a la página web de la
conferencia episcopal. Pues bien, me he tomado la molestia de ir a dicha página
y copiar el enlace del contrato en
donde las condiciones económicas no pueden ser más opacas y
susceptibles de sacar, mediante dietas y por conceptos sin determinar, un buen dinero
a los obispos españoles.
No me explico cómo Omella ha podido firmar un
encargo así. Y te recuerdo que ese dinero sale de los bolsillos de los
católicos españoles como yo, por ejemplo, que además de ayudar a la Iglesia en
sus necesidades mediante cartas como esta, también lo hago rascándome mi exiguo
bolsillo, el que me han dejado los del Opus después de sacarme el sueldo y
parte del patrimonio de mis padres difuntos durante 42 años con el rollo de que
el Opus Dei era mi familia, cuando en los Estatutos del Opus Dei se dice justo
lo contrario de lo que los directores siempre han exigido a los numerarios en
esta materia.
Evidentemente, en el Opus Dei nadie ha leído los Estatutos, pero sí el
“Catecismo de la Obra”, en el que se “explican” los Estatutos, aunque en
realidad se dicen muchas cosas importantes que no se recogen en los Estatutos y
las venden como si vinieran en ellos.
Termino esta carta con una opinión. Remarco: no es un consejo de anciano,
sino una mera opinión.
Renuncia al encargo. No te metas en ese jardín del que todos vais a salir
mal parados: los obispos, vosotros, y sobre todo las víctimas.
A los del Opus no les va a pasar nada nuevo. No les vas a liberar de nada
ni vas a hacerles un gran servicio. Ellos solitos se encargan de seguir haciéndose
un lento harakiri, sin nadie que les ayude, con su mentira continua. Y dile a
Alfredo que no falte a la verdad, que no son pocos los obispos españoles que,
en contra de lo que ha dicho en su ponencia, se niegan a facilitar a vuestro
bufete los datos de los archivos secretos de sus diócesis. Afortunadamente los
obispos españoles no son tontos, y al igual que las víctimas, dan muestras de
sentido común.
Y dile también que no compare la ACdP con el Opus
Dei. No son simplemente dos instituciones más de la Iglesia, equiparables,
porque en la ACdP se respeta el fuero interno de los
socios y no existe abuso de poder y de conciencia, lo cual sí se da en el Opus
Dei desde siempre. El hecho de que sea Alfredo el que hayáis designado para dar
la cara en este asunto ¿no será una estrategia vuestra habida cuenta de la mala
acogida inicial que tuviste al presentar el encargo de la CEE a tu bufete en
público?
No está mal poner como interlocutor a una persona tranquila, sosegada,
político-eclesiástico, medidor astuto de palabras y medias verdades,
perteneciente a una asociación de la Iglesia limpia totalmente en materia de
abusos de poder, de conciencia y sexuales. Esta técnica me la conozco. Se
emplea mucho en el Opus cuando se desea que un director “no se queme” ante
otros miembros del Opus, y se pone a otro del consejo local que dé la cara.
Y una última cosa. No se si eres numerario,
supernumerario o agregado. Pero si no eres numerario, te conviene saber que
recientemente ha llegado a los centros de san Gabriel una nota informativa de
la Comisión Regional de España sobre los abusos de poder y de conciencia en la
Iglesia. Quizá los miembros de a pie del Opus piensen que dicha nota es fruto
de la oración de Ocáriz o de los directores, a quienes, poco menos, se les ha
aparecido el Espíritu Santo en forma de paloma durante su oración personal,
como a santa Teresa de Jesús.
Que no te engañen. Esa nota es consecuencia de que recientemente ha tenido
entrada en la Santa Sede una denuncia contra el prelado por un presunto caso de
abusos de conciencia y de poder. Es decir, que el cerco se va estrechando. No
quisieron enterarse cuando
el Papa sacó aquella carta el 20 de agosto de 2018 ni cuando sacó el
motu proprio Vos estis lux mundi
para
los abusos en materia sexual y ahora se empiezan a dar cuenta de que
los abusos de poder y de conciencia iban en serio y van a ser abordados detrás
de los sexuales.
De todas formas, esto viene de muy atrás. Ya hace bastantes años Antonio
Ruiz Retegui intentó hacer ver a Ocáriz la deriva
sectaria en que se había metido el Opus Dei. Ocáriz no le hizo caso. Por
entonces Ocáriz no pertenecía, creo recordar, al Consejo General, sino al
Consejo General Auxiliar del Opus Dei. Mira dónde está ahora Ocáriz… Pero de
aquellos polvos, estos lodos…
Y hablando de denuncias, estoy seguro que en el Opus no te habrán contado
el asunto de la denuncia de las 43 exnumerarias
auxiliares argentinas presentada ante la Santa Sede contra el Opus Dei
en setiembre del año pasado y que se viene tramitando en el dicasterio para la
Doctrina de la Fe. Denuncia por mal trato continuado hasta la esclavitud,
explotación laboral hasta la extenuación, sin salario, sin vacaciones, sin
seguridad social, sin atención médica, etc.
No olvides que perteneces, aunque tú no seas consciente de ello, a una
organización presuntamente criminal, no solo por asuntos muy sonados como el
caso McCluskey en el que el Opus Dei compró por casi
un millón de dólares el silencio de una mujer casada abusada sexualmente por un
cura numerario depredador, John McCluskey (caso
publicado en el Washington Post y reconocido públicamente
por el consiliario del Opus Dei de EEUU), sino por otros casos de curas
numerarios depredadores sexuales condenados por la Santa Sede a no ejercer el
ministerio sacerdotal, sino también por otras actuaciones tipificadas
penalmente y recogidas por el jurista José Ramón Martínez Robles en su libro
“La naturaleza criminal del Opus Dei”.
Resulta curioso y sorprendente que mientras el Opus le montó un pollo
judicial a Agustina López de los Mozos ante la jurisdicción mercantil por unos
supuestos derechos de autor de
una serie de publicaciones internas en las que se vulneraban los más
elementales derechos humanos (como sabes, en la Iglesia también se deben
respetar los Derechos Humanos) y que aparecían publicadas en OpusLibros, nunca le ha puesto una querella criminal por
injurias o calumnias (o una demanda por delitos contra el Honor) a José Ramón Martinez Robles por el contenido de su libro.
¿Quién calla, otorga? La causa de ese silencio… ¿no será porque es mejor no
menear las cosas que se dicen en ese libro por si fuera peor revolver la mierda
o tirar del hilo? De todas formas es muy llamativo que
reaccionasen por unos derechos de autor y miren para otra parte en lo relativo
al contenido de ese libro, por cierto, muy documentado.
Dentro de toda esa abyección que hay en el Opus Dei, la peor de todas son
los suicidios en la institución, de los que se ha hecho eco OpusLibros.
Suicidios como consecuencia de ese abuso de poder y de conciencia del que doy
fe con mis 42 años a las espaldas metido en esa secta de la Iglesia Católica.
Los suicidados del Opus Dei son las principales víctimas, los que más se
parecen a Jesucristo, Víctima por excelencia. Los suicidados del Opus Dei son
el exponente más claro del fracaso institucional del Opus Dei, nada que ver con
eso que decía vuestro santo fundador de que “el Opus Dei es el mejor sitio para
vivir y para morir; ¡qué bien se está en el Opus Dei!”
Lo malo es que los suicidados no pueden hablar… Te invito a que leas sus
casos en OpusLibros, para que te enteres de lo que es
la “política del descarte”, tan denunciada por el Papa Francisco un día sí y
otro también. Descarte que un día te podría afectar a ti…
El problema del Opus es que no saben parar en esa huida hacia adelante y
eso les va a terminar costando caro. Creen que, ignorando el problema, se
soluciona solo. No se dan cuenta de que ese problema lo van a tener durante
decenios y decenios hasta que le den solución. Las víctimas siempre van a estar
ahí hasta que no se les haga justicia. No es venganza, es justicia. Las heridas
interiores hechas a tantas personas inocentes claman, y clamarán cada vez más
en la medida en que no se aborde seriamente una solución a este asunto.
La Iglesia va por otro lado. Mejor dicho, ellos van por otro lado distinto
de la Iglesia. Te digo esto para que estés sobre aviso. No te juegues tu futuro
profesional ni tu prestigio por una causa tan podrida. Entérate un poco acerca
de la institución a la que perteneces. Huele a cadáver.
Antonio Moya Somolinos.
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