Las mentiras de Mons. Escrivá:

4. El caso de María del Carmen Tapia

 Mentiras a través del Consiliario en Venezuela

Doserra, 22/10/2012

 

 

En el anterior artículo hemos visto cómo Escrivá mintió al indicar a su encargado que respondiera a la Universidad de California, no que no podían expedir ninguna acreditación oficial de los cursos filosófico-teológicos realizados por Mª del Carmen Tapia en sus años como numeraria, sino que ésta no había “seguido, en esta Institución, curso alguno de Filosofía o Teología”.

 

Era una mentira premeditada y gravísima, por despiadada y escandalosa. Despiadada porque ponía a Carmen Tapia en riesgo de perder su trabajo en la Universidad de California y de ser acusada de haber mentido a Inmigración y, consiguientemente, expulsada de los EE.UU., que no se andan con chiquitas en estos asuntos. Y era una mentira escandalosa, porque Escrivá había forzado a participar en ella a un hijo suyo sacerdote, el Procurador General, Daniel Cummings, a quien obligó a dar la cara repetidamente en todo este sucio asunto. ¡Y que se nos proponga a este sujeto como modelo de santidad…!

 

Pero sigamos con el relato. A simple vista podía parecer que el intento de Carmen Tapia había llegado a un callejón sin salida: ¿cómo desmentir a Escrivá, cuando una numeraria no tiene documento alguno que demuestre que ha pertenecido a la Institución, que ha realizado los estudios internos filosófico-teológicos, ni que ha tenido cargos en ella? Pero Carmen no se paró ante la negativa y emprendió una múltiple estrategia que, si bien no logró que Escrivá accediera a su legítima solicitud de declarar qué estudios filosófico-teológicos había cursado en la Obra, consiguió poner en evidencia ante los responsables de la Universidad de California, que Escrivá estaba mintiendo por animadversión manifiesta contra esa ex-miembro de su institución.

 

¿Y cómo David consiguió vencer en este caso al prepotente Goliat? Pues, sencillamente, sacando su petición del ámbito privado de la Obra, al conseguir que el encargado o decano (deán) de extranjeros de la Universidad de California pidiera a las autoridades de la Obra esa información a través de la jerarquía eclesiástica y de las autoridades civiles:

 

1º) al Consiliario de Venezuela, ante todo a través de la Nunciatura y, después, mediante la Embajada de los Estados Unidos en Venezuela;

2º) a la Directora regional de Venezuela; y, finalmente,

3º) de nuevo al propio Escrivá, tanto a través de la Congregación vaticana de la que dependía la Obra, como por medio de la Embajada de los Estados Unidos en Italia.

 

Comencemos con la correspondencia entre la Universidad de California y el Consiliario de Venezuela, Roberto Salvat Romero. Este personaje no era alguien ajeno a la situación de Carmen Tapia, porque era el mismo Consiliario que hasta hacía poco tiempo tenía a Tapia como su principal colaboradora inmediata para resolver los asuntos relativos al gobierno de la Sección de mujeres de la Obra en Venezuela. Por tanto, denegar su petición suponía una especial falta de sentimientos.

 

Pero es que Roberto Salvat había sido, además, uno de los profesores que había impartido a Carmen Tapia dos de las asignaturas del bienio filosófico y, por si fuera poco, quien, como Consiliario, firmaba las actas del Studium Generale (la entidad docente responsable de estas tareas) de la Región venezolana.

 

Pero nada de esto impidió al Consiliario secundar la indicación que Escrivá le hizo llegar cuando consultó a Roma el asunto, y negar inicuamente de forma reiterada lo que él sabía que era cierto: primero, ante la petición del Nuncio de la Santa Sede en Venezuela, a quien el Deán de alumnos extranjeros de la Universidad de California escribió4 el 25.VI.1973, con copia para la Embajada de USA en Caracas, rogándole que entregara al Consiliario Salvat la correspondiente solicitud5. Éstos fueron los términos en que respondió el Consiliario mes y medio después6, tiempo que transcurrió entre su consulta a Escrivá y la respuesta de éste:

 

“La Srta. Carmen Tapia no ha cursado estudios en esta Institución”.

 

Inicialmente, cuando leí tal cosa, me quedé atónito. No me lo habría creído si no hubiera tenido delante el documento. Pero, en cuanto me repuse del impacto, lo que me vino a la cabeza es el cáncer de la Obra de Escrivá, origen de que en ella se comentan las mayores faltas de caridad sin inmutarse (ríanse del Silas del Código Da Vinci): a los Directores Mayores de la Institución siempre acaba llegándoles el momento de tener que escoger entre obedecer un mandato ilegítimo del Padre, o seguir su conciencia y ser relevados de su cargo. Por eso, la mayoría de los que quedan, pierden su yo, caen en el cinismo, y se vuelven muy peligrosos. Es la sensación que he tenido en mis contactos con ellos, algo semejante a las descripciones que hace J.R. Rowling en Harry Potter, cuando habla del frío que se siente ante la cercanía de los dementores (personajes sin rostro que sorben el alma a sus víctimas con su beso de la muerte).

 

Cinco meses después, Salvat se reafirmaría en su mentira al responder al Agregado Cultural de la Embajada de EE.UU. en Caracas, quien a instancias de Carmen Tapia, que lo había visitado7, escribió al Consiliario para pedirle ese curriculum8. En este caso, la respuesta de Salvat9 era todavía más irritante:

 

“Debo manifestarle que no hay ninguna constancia de que la Srta. Tapia haya seguido cursos de Estudios Religiosos en esta Institución”.

 

Patético: una institución religiosa donde una de sus principales dirigentes no había realizado ningún tipo de estudios religiosos. Pero esa pertinaz negativa, así como las llamativas coincidencias en la descortesía y en el contenido de las afirmaciones de Cummings y Salvat, llevarían al Deán de extranjeros de la Universidad de California a empezar a sospechar que en la raíz del asunto había una animadversión contra Mª del Carmen Tapia.

 

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4    Tradución de la carta del Deán de extranjeros de la Universidad de California al Nuncio en Venezuela

La versión original de este documento se incluye en el apéndice documental del libro "Tras el Umbral", de María del Carmen Tapia

5  Traducción de la carta del Deán de extranjeros de la Universidad de California al Consiliario de Venezuela

La versión original de este documento se incluye en el apéndice documental del libro "Tras el Umbral", de María del Carmen Tapia

6  Respuesta del Consiliario de Venezuela al deán de extranjeros de la Universidad de California

La versión original de este documento se incluye en el apéndice documental del libro "Tras el Umbral", de María del Carmen Tapia

7  Traducción de la carta de Carmen Tapia agradeciendo al Agregado Cultural de la Embajada de EE.UU.  en Caracas que haya pedido su curriculum al Consiliario de Venezuela

La versión original de este documento se incluye en el apéndice documental del libro "Tras el Umbral", de María del Carmen Tapia

8 Traducción de la carta del Agregado Cultural de la Embajada de EE.UU. en Caracas a Carmen Tapia adjuntando la respuesta negativa del Consiliario de Venezuela

La versión original de este documento se incluye en el apéndice documental del libro "Tras el Umbral", de María del Carmen Tapia

9  Respuesta del Consiliario de Venezuela a la Embajada de EE.UU. en Caracas

La versión original de este documento se incluye en el apéndice documental del libro "Tras el Umbral", de María del Carmen Tapia

 

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