Una Margarita Deshojada
Y de cómo sí es posible que los pétalos vuelvan a crecer.

 

Por Emevé, Lima, diciembre de 2007

 

 

Con amor, para los míos, porque algún día leerán esto

 

Prólogo

 

Por momentos opuslibros se vuelve una especie de diálogo de sordos en donde cada quien quiere decir su propia versión de los hechos, eso sí, muchos con una apariencia dialogante que, en palabras de Satur, me ponen la gallina de piel.

 

Hay asuntos que pretenden tocarlos de manera general como quien dice, muy intelectualmente, precisando que si bien su experiencia fue asfixiante, ellos (en su afán de no generalizar) comprenden que su experiencia no fue la única y que el opus es algo de Dios.

 

Y una se pregunta, ¿qué pasa con todo lo que he dicho en opuslibros a lo largo de estos años, diciéndole a quien quiera oír que gente como yo también existe y que precisamente gente como yo es la que demuestra que el opus tiene de santo lo que yo de Claudia Chifer, y que hay tanta vocación al opus como vocación a la secta de la Santa Cabra encabezada por un fundador casi tan santo como carnudo (o cornípodo).

 

Y no faltará quien piense en su cabeza estrecha que Emevé es una amargada que no supera lo vivido y que pobrecita, debería pasar ya la página. Bobadas. Bobadas de bobos que lideran a otros bobos. Esto no es una vindicación personal, porque no hay manera de que me devuelvan lo vivido, de que me restituyan las lágrimas vertidas y de que me regresen en el tiempo. No hay manera ni necesidad.

 

Si digo y repito lo que digo y repito, no es porque me haga feliz ver mi nick resaltado ni que cuando entro en el chat alguien me diga “Emevé, la de opuslibros”. Porque en realidad el escribir mis cosas y lo que pienso me ha traído más disgustos de los que me hubiera imaginado y no por gente del opus, sino por muchos exes con problemas, como seguramente los debo tener yo.

 

Entonces, resumiendo y en concreto. Si digo y repito lo que digo y repito es porque yo creo en conciencia que casos como el mío son los que demuestran que el opus es una cosa humana y si a alguna divinidad está relacionada, esa divinidad se parece más a Tiquismiquis que al Dios Creador y que por lo tanto, una cosa que no es de Dios no puede tener una “vocación divina”. Y si lo digo es porque me parece que es mi deber moral avisarle a las personas a dónde se están metiendo, a dónde están llevando a sus hijos y qué es lo que les puede pasar humanamente (lo del juicio final ya lo veremos ese día)

 

 

Capítulo 1

Una Carta de Fantasilandia

 

 

Queridísima Eme punto Ve, que Jesús te me guarde:

 

Te escribe una numeraria del opus dei y como sabes, pertenezco a una familia numerosa y pobre, como ningún pobre en nuestro país tiene internet, ni laptops, ni pda ni nada de esas cosas (1), entenderás que te escribo desde una cabina de internet porque mi directora me ha autorizado y me ha dado dinero del centro.

 

Una supernumeraria forofa/muy encajada me avisó que en su oficina ella había tenido acceso (durante la hora de refrigerio porque lo nuestro es santificar el trabajo, o sea, no perdemos el tiempo) a opuslibros en donde una chica peruana (o sea tú) cuenta su historia y me dijo que ella estaba seriamente preocupada y que le parecía que teníamos que ahondar en el tema.

 

He revisado (con ayuda de mi directora) tu historia, y si entiendo bien, te ocurrió lo siguiente:

 

-         A tus 17 años un sacerdote numerario te convenció de que tenías vocación de numeraria

-         La directora del centro al que ibas y el consejo local opinaron lo mismo

-         Te hiciste numeraria con la esperanza de que era tu vocación

-         Te esforzaste al máximo por sacarla adelante

-         Las veces que te cansabas y no podías más y te querías ir , te decían que eso era traición y que afuera de la obra no ibas a ser feliz

-         Te esforzaste en continuar con lo que pensabas era un mandato divino

-         Un buen día te dijeron que ya no podías seguir, por salud, sin un diagnóstico serio

-         Nunca más te ayudaron y te has pasado unos años muy triste.

-          

Bueno, yo soy un poco más joven que tú y no te he conocido, pero como en la obra somos una familia, he llamado por teléfono a los 3 únicos centros que hay en Piura (que es en donde dices que pasó tu historia). Y efectivamente, en los registros, que son públicos y a los que cualquier miembro de la familia interesado en una tema puede acceder (2) , han visto que sí, que pitaste en un centro cercano a la Universidad de Piura que queda cerca del río y en donde vivían las decanas y catedráticas de esa universidad. Y que luego, cuando se abrió el centro de jóvenes, cercano a la residencia universitaria, cerca del Club Grau y a dos pasos del Colegio Lourdes (3), te trasladaron allí. Es decir, ha sido muy fácil corroborar que tú has sido miembro de nuestra hermosa familia y co- fundadora del centro aquel.

 

También he podido revisar en los documentos internos del último centro en donde estuviste adscrita que te invitaron a irte “por salud” y sin embargo no hay ningún diagnóstico médico adjunto. Puede ser por privacidad, como ya sabes, respetamos la intimidad personal. La libertad de las conciencias es defendida a muerte por los directores y no se impone a nadie la elección de confesor, directora y director espiritual, y mucho menos se escriben cosas que con los años puedan ser consideradas como cuestiones personales (4), como puedes leer en el Vademécum respectivo, que está abierto a todas las personas, porque lo publican los encargados en nuestra web oficial (5). Es por eso que entiendo que no hayan guardado exámenes médicos, y Certificados, pero creo que sí debió hacerse una indicación al margen señalando la razón médica o diagnóstico.

 

Debo decirte con sinceridad que es posible que tú hayas sufrido mucho por razón de tu personalidad y que a lo mejor aquello que te lastimó tanto a ti, a otra persona con diferente manera de ser no le habría hecho daño. Sin embargo yo soy Numeraria. Me he entregado a Dios nuestro Señor, y Jesucristo nos ha dado la orden de amar al otro como a mí mismo. Yo quiero para mi la libertad y tranquilidad de seguir adelante con mi vocación y quiero exactamente lo mismo para ti. Y sé que si te sentiste sola y lastimada se te debe haber hecho muy duro el salir adelante. Y es por eso que me preocupa tanto tu caso, ya que he hallado los datos objetivos que me comprueban tu historia y además creo en tus argumentos subjetivos (te hicieron creer que tenías una vocación, no te dejaban irte y de pronto te echaron y eso te hizo mucho daño).

 

También pregunté a la directora de tu último centro (que sigue siendo la misma) si fueron fieles en lo estipulado con respecto al trato con los ex, en tu caso (6). Y es que como todo mundo sabe, en el trato con los ex miembros y muy especialmente con aquellos que querían continuar pero su salud (diagnosticada) no se los permitía, se ha previsto exquisitas muestras de caridad, por ejemplo, siguen frecuentando el mismo centro, si trabajaban en labores internas, se les entrega un dinero equivalente a la indemnización por despido arbitrario ( o seguro de desempleo en otros países) para que salgan adelante, y en el caso de quienes corran peligro de sentirse solos, se les invita a ayudar en las actividades de la parroquia que llevamos los de la obra o del centro, dependiendo de su disponibilidad (7). En tu caso me han dicho que han pecado de omisión y de falta de fidelidad al espíritu de nuestro santo fundador y están muy arrepentidas.

 

Como te he demostrado mi querida Eme punto Ve, lo que han hecho contigo está totalmente en contra de lo previsto y mandado por nuestros Estatutos y Vademecums, y si nuestro Fundador viviera, corregiría (con la paciencia y caridad que le caracterizaba) (8) a aquellas personas concretas que no vivieron lo previsto para casos como el tuyo y que fueron las directamente responsables de lo mal que te lo has pasado y de que tengas la necesidad de denunciarlo en opuslibros.

 

Te digo además que siempre recomendamos leer opuslibros a todas aquellas que por su cargo y posición tienen acceso a internet (9) (ya sabes las numerarias vivimos en casas pequeñas, sin lujos ni comodidades, pero la gran mayoría sí vive en medio del mundo) y he verificado que hemos hecho un link a esa web desde la página oficial y que muchos testimonios publicados aquí, también se recogen en los blogs que los exmiembros tienen en ella.

 

He hecho personalmente la corrección fraterna debida y rezo mucho por aquellas personas que no hicieron lo previsto y he escrito al Padre una carta muy cariñosa contándole tu caso, la gravedad que la falta de fidelidad al espíritu fundacional puede acarrear (destruir una sola vida ya es un pecado terrible) y me ha respondido él mismo con su puño y letra pidiéndome que me encargue de ubicar tu dirección postal o tu teléfono porque él mismo, en nombre de la Obra te quiere pedir perdón. Además me ha dicho que ha ordenado una revisión de todos los casos de personas que no han continuado “por salud” y que está convencido de que la única sin diagnóstico has sido tú. También me ha dicho que tu caso es único en el mundo, porque en el Opus Dei se ha previsto lo siguiente (y lo puedes ver en el Catecismo de la Obra aprobado por la Iglesia, en los Vademécum, en los Guiones y en todos los Documentos Internos (10):

 

-         Cuando una persona joven manifiesta que tiene “barruntos” de vocación se le hace orar mucho y fortalecerse en su creencia vocacional, proceso que dura por lo menos un año. Inmediatamente el director o directora habla con sus padres y les anima a orar con su hijo o hija para que vea con claridad si quiere pertenecer al opus dei. Si los padres se oponen, se deja en libertad al menor de edad puesto que si tiene vocación, esta será siempre más grande que una catedral y cuando tenga autonomía retomará contacto. No hay duda de ello, porque pensar que si lo dejamos ir no volverá sería no tener fé en Dios, porque sabemos que Dios es Todopoderoso y si quiere que alguien venga, este alguien vendrá, libremente y con convicción.

-         Durante el primer año todo recién admitido recibe la misma formación de modo que él o ella determinarán si su vocación es al sacerdocio, al matrimonio (supernumerarios), al celibato pero en medio del mundo (agregados) o al celibato pero cumpliendo labores internas y de formación (numerarios). Esta decisión es estrictamente personal, y se conversa con los directores espirituales libremente elegidos por el candidato o candidata.

-         Una vez escrita la carta se les indica a todos que hay completa libertad de permanecer o irse. Que el Opus Dei va evaluando al candidato hasta que se haga la fidelidad así como el candidato debe ir evaluando al Opus Dei. Que si hay prácticas, costumbres o mandatos que no van con su personalidad o que no podrían con ellos, se sientan libres de decirlo. A lo mejor hay fallas en la fidelidad y se puede mejorar y a lo mejor son cosas sustanciales y si las personalidades no son compatibles, el candidato tiene la libertad de irse en cualquier momento.

-         Antes de hacer la fidelidad (compromiso permanente) los miembros se toman un año sabático. Está previsto que los célibes dedicados a tareas de formación y gobierno llamados numerarios nos vayamos un año a casa de algún familiar cercano, nos confesemos con el sacerdote que elijamos y en ese año nos fortalezcamos en nuestra vocación. Lo usual es que todos los que luego de ese año han regresado y han hecho la fidelidad, perseveren hasta la muerte. Pero si a alguno no le ha bastado ese año y se da cuenta que el opus dei no es su camino pasados treinta años, no pasa nada. Nos damos un abrazo, le hacemos una fiesta de despedida, se le entrega su dinero por compensación (como te dije antes) y se le ayuda a encontrar nueva casa y un empleo. Gracias a Dios nuestros hermanos supernumerarios y las obras corporativas siempre tienen las puertas abiertas para ex miembros de la obra, porque su valía humana y su sólida formación espiritual los hace muy apetecibles para nuestra labor de santificarnos a través de las actividades humanas.

-         La fidelidad es esencialmente para que el miembro sepa que la Obra lo ha evaluado (ya sabes, su comportamiento, su compromiso y su manera de cumplir con sus encargos,  nunca su conciencia, porque eso queda en el confesionario y nadie se mete ni en la libertad de elegir confesor ni en lo que se diga a éste ni al Director o Directora Espiritual) y que a partir de esa fecha no lo evaluará más. Las personas que han hecho la fidelidad tienen la certeza de que nadie los está mirando (las correcciones fraternas se conversan) pero ellos sí tienen la libertad de seguir evaluando su elección de vida, porque ya sabes que la libertad humana está muy por encima de cualquier institución.

-         Está previsto también que el plan de vida se diseña de acuerdo a la personalidad del miembro y a sus ocupaciones. Generalmente los que tenemos tendencia a y preferencia por rezos largos y meditaciones somos los que elegimos ser numerarios. Se ha dado el caso de algún joven que pensó que podía ser numerario pero se dio cuenta que no iba con su personalidad y pasó a ser supernumerario o agregado y viceversa. Eso es totalmente compatible con la libertad que respetamos y ya que todos somos una misma famita y comemos de un mismo puchero, no se ha hecho ninguna diferencia y Dios es servido como quiere ser servido.

 

Como te digo, todo esto está publicado en los documentos internos que ponemos en nuestra web y confrontado con los documentos internos que gentilmente facilita opuslibros. Si no, yo misma estaría escandalizada. Si no estuviera objetivamente convencida de que el consejo local del CCU al que perteneciste no cumplió con lo previsto sino que hubiera la posibilidad de que lo que hicieron fuera un acto dictado por nuestras normas y estatutos, yo misma me iría del Opus Dei*.

 

Es que claro, yo soy una mujer que quiero ser santa, he nacido para serlo, he elegido este camino para serlo y si resulta que este camino está no sólo mal hecho sino construido lejos de la caridad (mandamiento fundamental) estaría segura que el camino no me guía a donde quiero llegar, y como una muestra de mi fidelidad a Dios, y a pesar de lo mucho que me cueste, haría un alto, observaría en dónde estoy y hacia dónde voy y no me temblaría la mano para rectificar mi camino y seguir hacia la Casa de Dios, aunque ese camino esté muy lejos del camino del Opus Dei*.

 

Pero gracias a Dios, no es así. Los documentos internos avalan lo que te digo, la carta del Padre que te llegará apenas me des tu dirección postal, y la llamada telefónica de la que fue la encargada de las numerarias en Asesoría Regional cuando tú estabas y que te quiere tanto seguro te ratificarán lo que te digo (Inés HermanadeMinistrodeEstado) y te pido que estés muy cerca, vengas a comer a la casa (no te preocupes, nos arreglaremos para invitarte, es lo mínimo que te mereces) y que podamos ser amigas y nos ayudes a detectar si alguna otra persona concreta ha sido infiel a nuestro santo espíritu y nos ayudes a reparar el posible daño. Una Obra de Dios no puede permitirse hacerle daño ni con el pétalo de una rosa a ninguna criatura de Dios (11)… como ya lo sabes.

 

Quedo aquí a disposición y a la espera de una respuesta tuya.

 

Chica Maja (C.M.).

 

 

 

 

 

 

Capítulo 2

Una llamada Divina

 

Mi experiencia opusina pasa - como ya se ha señalado- por una indicación del cura numerario que me dijo que yo tenía vocación al opus. Sí, me lo dijo, pero yo me lo creí. No tardé ni dos o tres horas en ir a pedir la admisión a la Directora del Centro.

 

¿Qué significa eso? Significa, señores eruditos, que yo sí pensé que era llamada. Que las cosas adquirieron sentido para mí. Que veía que finalmente esa inquietud de mi corazón era calmada por el amor sin barreras de Dios Todopoderoso que me pedía una minucia al lado de su generosidad infinita. Me pedía simplemente mi vida, cosa que me parecía poca.

 

A mis diecisiete años me pareció que no era nada entregarle mi vida entera a Dios porque Él se había manifestado a mi a través de un sacerdote suyo y me había hecho saber que yo era para Él y yo me sentía honrada, poca cosa pero más que afortunada. Y verdaderamente me pensaba que yo tenía vocación y por esa vocación era capaz de todo sacrificio.

 

¿Me van a decir entonces los sabios que bueno, que si yo sentía esa llamada y ya que no pasaron ni 48 horas entre el tiempo que me lo propusieron y el momento en que escribí la carta no ejercieron coacción alguna conmigo y que finalmente yo sí tenía vocación al opus?

 

¿Hay quien pueda sostener una barbaridad semejante? Supongo que algún actual miembro del opus sí (porque no ha bebido tres vasos de leche al día antes de los cinco años, como se ven tantos casos en la internet: si no les da para aprender ortografía, mucho menos les dará para lógica) pero replanteo mi pregunta, ¿alguien medianamente inteligente como para saber que el verbo haber y el verbo ver tienen significados diferentes (y por tanto se dice “a ver” cuando vas a ver algo y no “haber”) se va a tragar una cosa así?

 

Y es que no necesito ser filósofa consagrada para saber que sí que hubo coacción y de las más serias. Usaron el respeto que yo sentía por el sacerdote como representante de Cristo en la tierra para que yo piense que porque él rezaba más, sabía más, y su autoridad sobre mí era tan grande que le fue muy fácil convencerme de algo que yo hasta ese momento ni siquiera me había planteado.

 

Y en el otro supuesto. Si aceptamos que yo tenía vocación al opus dei como yo misma “sentía”, ¿por qué luego de unos años Dios me quitó esa vocación? ¿por qué un día sí había nacido para ser Numeraria, y lo seguí siendo por algún tiempo más y luego, de repente, se me quitó la vocación? ¿Acaso ese dios del opus no ha oído de eso que dice “el que da y quita, con el diablo se desquita”?

 

Ya, los inteligentes, listos y estudiosos de la criatura humana ser humano hombre, me van a decir: a lo mejor Emevé sí tenías vocación pero la perdiste por tu falta de entrega. Que me digan cuál falta de entrega vieron en mi. Si yo era Miss Opus Dei. Faldota, cara de babosa, mirando al cielo, sin voltear a mirar hombre alguno, cilicio bien apretado, plan de vida completito y a veces, las tres partes del rosario, propósitos cumplidos, mortificaciones extraordinarias, indulgencias plenarias y “parcelarias”, jaculatorias a diestra y siniestra, casi casi iba por la vida buscando cuadros de la virgen y sagrarios y encomendando a cada ser humano (de sexo femenino) que se me cruzaba para que vayan por el centro o para que vayan al centro donde se hacía labor con gente de su condición y oficio. El no alcanzar las metas apostólicas propuestas con ayuda de mi directora (metas absurdas, propias de mentes enfermas) me deprimía gravemente porque me creía que si no pitaban era porque había algo dentro de mí que estaba podrido y que me tenía que entregar más y más.

 

Sí, estaba enferma, pero mi enfermedad se llamaba: Opus Dei.

 

Capítulo 3

Buscando pañuelos de papel

 

Yo lo que quiero transmitir es que un caso como el mío presenta para el analista no erudito (porque los eruditos sinceramente me preocupan) un tema muy serio:

 

-         Estamos hablando de una adolescente que sentía un llamado de Dios

-         Esta adolescente convencida de que ese llamado era al opus dei

-         Esta adolescente al sentirse mal dentro del opus y querer irse fue obligada a permanecer bajo la amenaza de infelicidad, y posible condenación eterna, lo que hizo que nunca más se planteara la posibilidad (tentación se le llamaba) de “irse”.

-         Sin razón alguna y sin diagnóstico médico, la adolescente convertida (cronológicamente) en joven fue obligada a irse sin más.

-         A esta chica (que soy yo) que fue inducida a pensar que la única manera de calmar ese llamado divino que sentía era a través del opus (porque para eso había sido creada desde toda la eternidad) estaba siendo expulsada de ese opus, porque al final “no emevé, no era llamada, fue número equivocado”. Se le acabó el mundo. Se le acabó la razón de vivir. Se le acabó la vocación. Se le acabó la vida.

-         Y todo eso como si nada hubiera pasado.

 

Ay sí, pobrecita chica, cómprenle kleenex para que siga llorando su desventura y a ver si se calla de una vez porque estamos ocupadísimos razonando cosas importantes que sólo los grandes podemos resolver.

 

Ya, para que se les quite la preocupación por mí, mi experiencia opus si bien me causó una depresión galopante y casi incurable, ahora no es nada. Ya pasó, estoy bien, me ha costado esfuerzo (algo de dinero) y muchas bendiciones de Dios el curarme, sí, pero estoy curada. Escribo esto aquí sentada a la medianoche mientras mi hijo precioso duerme apaciblemente sin sospechar las maldades que se comenten en nombre de Dios, y parece que hablara de otra persona, porque ahora yo sólo puedo pensar en las cosas buenas que han surgido de esta experiencia (pero si la recalco hoy es porque no creo que por ajena a mi yo actual, esta experiencia deba ser olvidada):

 

-         Humildad: soy una mujer inteligente, pero muy crédula, así que hay que ir con cuidado que no todos son buenos (aunque no todos son malos)

-         Clases de etiqueta social (indispensable si te invitan a cenar con diplomáticos .. gratias tibi Deus).

-         Villancicos en latín con los que hago reír a las chicas de mi casa y a mi hijo.

-         La verificación del inmenso amor que Dios me tiene que me sacó de las garras de una secta, aún a pesar mío, sin padecer el sentimiento de traición que ellas pudieron crearme si me hubiera ido por mis propios medios.

-         La certeza de que Dios es mucho más que una iglesia y que dos o tres dogmas.

-         La felicidad de conocer que mis sentimientos no son descabellados y que hay más personas como yo.

-         Y finalmente, la felicidad de saber que sí señores, tengo un hobbie, yo que pensé que nada me apasionaba, me apasiona escribir, y no se me da tan mal. Y eso no lo sabía si no hubiera sido yo una ex numeraria que encontró una web en donde podía expresar su dolor.

 

Así que no, señores. Si se recalca el daño sufrido es porque a veces (siempre) se les olvida que hay gente como yo, o en todo caso, que yo existo porque si yo fuera la única persona en el planeta a quien el opus le ha hecho eso, ya es de preocuparse, el mandato es de vivir la caridad con todos, no dice “excepto con Emevé”. Si han llegado hasta aquí es porque son lo suficientemente inteligentes como para no argumentar que el daño sufrido por mi es irrelevante porque soy sólo una persona ¿no?

 

 

Capítulo 4

El Secreto del Asterisco

 

Volvamos a la carta de fantasilandia, que la he hecho yo cuando me preguntaba cómo sería una carta de un in opus que me haga sentir respetada y por ende que me merezca respeto.

 

En esa carta señalo como eje fundamental algo que merece ser resaltado. Dice mi imaginaria amiga C. M.:

 

Si no estuviera objetivamente convencida de que el consejo local del CCU al que perteneciste no cumplió con lo previsto sino que hubiera la posibilidad de que lo que hicieron fuera un acto dictado por nuestras normas y estatutos, yo misma me iría del Opus Dei.

 

Es que claro, yo soy una mujer que quiero ser santa, he nacido para serlo, he elegido este camino para serlo y si resulta que este camino está no sólo mal hecho sino construido lejos de la caridad (mandamiento fundamental) estaría segura que el camino no me guía a donde quiero llegar, y como una muestra de mi fidelidad a Dios, y a pesar de lo mucho que me cueste, haría un alto, observaría en dónde estoy y hacia dónde voy y no me temblaría la mano para rectificar mi camino y seguir hacia la Casa de Dios, aunque ese camino esté muy lejos del camino del Opus Dei.

 

A mi se me erizan los pelos del cogote cuando un in opus me dice que está “asombrado” de tantas faltas a la caridad cometidas (ellos no lo dudan) por personas concretas. Y yo digo ¿y por qué no averiguan un poco más? A lo mejor eso está previsto por los documentos internos. Documentos plagados de letras negritas en cursiva y cualquiera que fue del opus sabe que las palabras negritas y en cursiva son: textuales del Fundador. Así que no entiendo cómo es que me pueden decir que “terceros” han viciado la voluntad fundacional, cuando todo, todo, todo se hace tal como el “Santo” (no Roger Moore… sino San Josemaría) lo previó.

 

Digamos pues, que no está previsto que saquen “por salud” a una chica sin diagnóstico médico. Aceptemos por un instante que me sacaron un par de brujas y que Daniela y yo tuvimos la misma mala suerte de tener ese Consejo local (ojo, ambas siguen dirigiendo almas en mi tierra y una fue premiada con Colegio romano y ahora es maestra de niñas inocentes allí en un norteño colegio del opus). Pero el opus no dice cómo se nos debe tratar. Mejor dicho, sí lo dice en sus documentos internos, y no es nada halagador. A mi en lo personal lo que me acabó de partir el alma es la forma cómo me trataron. La indiferencia, la frialdad, la “inexistencia”.

 

Y no es irrelevante ese mal trato. Fue por esa indiferencia, maldad, superioridad, la razón por la cual yo me peleé con Dios. No estoy hablando de una frivolidad. Si yo hacía todo mi esfuerzo por seguir siendo católica, por seguir asistiendo a los “medios de formación”, por confesarme semanalmente con el mismo cura que vio mi vocación (el “Father Bell” para quienes saben inglés) y ellas el mismo esfuerzo por ningunearme, es que ya era (a mi pobre y solitario entender de ese entonces) una muestra de que Dios no sólo no me amaba sino que me tenía especial antipatía. Y yo, que le había dado mi vida (aún fuera del opus) y mi cuerpo, no tuve mejor idea que darle mi cuerpo a un adefesio (un adefesio con mucha suerte) para que Dios vea que yo también le tenía antipatía y que Él y yo, habíamos terminado.

 

Y por eso me altero cuando viene un sad- eggs  a decirme que yo soy una calenturra que me invento excusas para revolcarme con alguien sin pecar. Pues no señor, yo no me inventé excusas para revolcarme con nadie, el revolcarme con alguien fue la consecuencia de un largo dolor y agonía vivido en soledad que me llevaron a una conclusión errada, pero que era cierta para mi en ese momento: Dios no me amaba, y si Dios no me quería, yo no me iba a seguir guardando ni para Él ni para nadie, ya que es obvio que si el propio creador y padre no me amaba, mucho menos me amaría un hombre …

 

Y fue una experiencia amarga, y me sentí fatal, me confesé muchas veces, y el dolor no se me pasaba. No se me pasaba porque a pesar de todo lo vivido, yo seguía diciendo que el opus es una maravilla y que Dios es un ser malvado que por su odio a mi no me permitía ser del opus dei, cuya vocación (oh, cosa rara) yo estaba convencida de seguir teniendo.

 

Sí, estaba enferma. Pero mi enfermedad se seguía llamando Opus Dei.

 

 

Capítulo 5

Viaje de regreso

 

Hay que volver de Fantasy World a la realidad y quiero aclarar (por temor a ocupar largas respuestas en opuslibros) que las afirmaciones que hace mi imaginaria amiga CM y que he resaltado y numerado son falsas.

 

  1. No sólo tienen internet (hasta en la India) sino que la ubicación, tamaño y decoración de sus centros demuestran que no saben lo que es pobreza.
  2. No hay registros públicos, en el opus todo es secreto. Hay cosas que sólo saben algunos y si eso es una familia, se parece más a una familia de menores de edad que a una familia real en donde los problemas se discuten y se solucionan como adultos.
  3. Doy los datos fácilmente reconocibles de los centros a ver si alguna numeraria avezada hace la investigación que sugiero.
  4. La guarda de la intimidad en el opus es un tema abrumador y sobre ello tengo algo qué contar. Empiezo diciendo que lo que dijo Agustina es absoluto y real. Y voy con mi historia. Yo me confesaba en contra de mis Directoras con el Father Bell porque yo lo respetaba y admiraba aún a pesar de que mi mandato era confesarme con el Father Steps quien tenía un trato casi casi cruel. Y entonces un día entro y el F.B. me dice que yo no debería estar allí. Yo le dije que ya lo sabía pero me inventé una excusa. Y el cura este (que algún cariño me tendría) me dijo que todo lo que yo le diga luego de la absolución no era secreto de confesión. Me quedé pasmada. Le dije que no puede ser, que yo todo lo que digo en el confesionario lo considero confesión. Y él me dijo que no, pero lo que íbamos a hacer es que siempre me iba a dar la absolución al final de nuestras conversaciones y que ahora tendría muy presente mi expresa prohibición de decir absolutamente nada de lo confesado por mí. Eso debe ser que el curita me quería. Yo rompo el secreto en cierto modo al decir que estas conversaciones servían cada vez más para reafirmarme en mi “vocación”.
  5. La página oficial del opus no publica los documentos internos y muchos (la gran mayoría) de auto denominados miembros del opus, no los conocen, salvo de referencias o porque le leyeron o mencionaron algo similar alguna vez.
  6. El trato con los ex está estipulado y ya se ha mencionado varias veces en esta web: no vamos a sus bodas y no les damos trabajo.
  7. Recalco: no les damos trabajo (así que algún malabar hará aquel que trabaja para ellos … o algo callará).
  8. Los exabruptos de Escribá son proverbiales, todo mundo tiene una anécdota de ellos. Ya lo cuentan en la web Carmen Tapia y el recorte de Chile en donde llamó gallina a una mujer. Y son sólo dos pequeñas perlas.
  9. No sólo no mencionan opuslibros sino que hacen de todo para evitar que sus miembros la visiten.
  10. El acoso a los menores de edad, la obligación de no decir nada a sus padres y la desesperación por mantenerlos dentro induciéndolos a creer que si no lo hacen se condenarán son pan de cada día en los testimonios de esta web.
  11. Lo que es de Dios no daña … y el opus hace daño a miles de personas. ¿Y si fuera sólo una? ¿No es por una persona por la que moriría de nuevo Cristo? ¿No es que sólo yo valgo toda la sangre de Cristo? Entonces ¿con qué derecho me hicieron daño y encima me dicen que me calme que ya pasaron diez años o que me calme, que soy sólo yo?

 

Capítulo 6

Una moraleja final

 

Me he sentado aquí a escribir esto con el afán de que se ponga en un lugar aparte, como para yo poder hacer referencia a él cuando contesto un correo, porque me parece una falta de respeto que alguien se sienta muy intelectual y muy listo y formule teorías sobre vocación y sobre reformas en el opus obviando (yo no sé si deliberadamente) una experiencia vital que demuestra que si bien Dios sí llama, no puede llamar a un sitio tan lejos de Dios como Pekín de Lima, y que si bien la idea de la santidad en medio del mundo es buena (y no es propiedad del opus) no significa que el opus tenga salvación alguna, porque su vicio es de la raíz.

 

Y sí señores, la caridad es tan importante que si “me pasó a mi, entonces hay que decirlo”. Sí señores, si destruyeron mi vida por un tiempo (el tiempo que se los permití inocentemente) entonces son dañinos. Porque (repito) lo que es de Dios no daña, sana, no mata, da vida, no siembra lágrimas amargas sino sonrisas. Lo que es de Dios hace crecer, no hace infantiloides, da vida, no suicidios.

 

Creo que el opus es una monstruosidad, pero no creo que todos los in opus sean malos. Es más, creo que hay muchas personas inocentes dando su vida por algo que no vale la pena. Yo entiendo que viven en la ignorancia y seguro que son personas santas. Y entiendo que deben sufrir mucho cuando van abriendo los ojos ... y en fin, ya he dicho mi posición al respecto.

 

Y entiendo que hay que tomarse las cosas en broma y reírse, y ver el lado positivo, y reconstruirse uno mismo (porque es tarea de uno) y ser felices, muy felices. Salir adelante viendo esa experiencia opus como algo lejano, algo de lo que se aprendió (en contrario) y algo que es pasado. Sí, un pasado que sin embargo no debe ser olvidado porque el callar ese pasado es abono que sirve para alimentar un presente y un futuro de un árbol podrido que sigue dañando a gente inocente.

 

Agradecimientos

 

Quiero dar las gracias a opuslibros por publicar esto. A mis padres por aceptarme dentro del opus y fuera del opus. A mis amigos. Y sobretodo a Dios, por sacarme de esa secta y por demostrarme que sí que me ha elegido para Él desde siempre y sí que soy suya y sí que tengo vocación y sí que la vivo cada día, con cada gota de luz, de aire y de amor, y en muestra de agradecimiento vengo aquí a exponer lo vivido, para que (si Dios quiere) alguien que lo necesite saber lo lea y sea también liberado.

 

 

 

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