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CORRESPONDENCIA

Lunes, 06 de Enero de 2025

El 3 de enero, en la sede del Opus Dei en Roma (Viale Bruno Buozzi 75, 00197 Roma, Italia), nos ponemos de pie para denunciar la explotación y el maltrato que sufren las Numerarias Auxiliares en esta organización católica. Se trata de un problema mundial, simbolizado por la bandera irlandesa que orgullosamente llevamos.

Como ex Numerarias Auxiliares irlandesas, Anne Marie Allen y Claudine Maguire, exigimos justicia para todas las Numerarias Auxiliares del pasado y del presente en todo el mundo.

Las Numerarias Auxiliares son reclutadas y coaccionadas sistemáticamente, a menudo siendo menores de edad, para servir como trabajadoras domésticas célibes de por vida para los miembros de élite del Opus Dei. Muchas de nosotras fuimos defraudadas y coaccionadas para creer que teníamos una vocación divina para este papel, un derecho que ahora sabemos que es falso.

Estas mujeres viven aisladas de sus familias y del mundo exterior, privadas de derechos básicos como un salario justo, condiciones de trabajo adecuadas, contribuciones a la pensión y acceso a la atención sanitaria. Muchas siguen soportando condiciones de vida inferiores mientras prestan servicios en la organización. Estas prácticas representan claras violaciones de la Convención Internacional sobre Derechos Humanos, incluidas violaciones de los derechos a la libertad, la dignidad, las normas laborales justas y el acceso a la atención sanitaria. El trato degradante de las mujeres en estos puestos debe terminar de inmediato.

Estos abusos, similares a nuestras propias experiencias, están documentados en el libro "Opus" de Gareth Gore, que expone las violaciones generalizadas de los derechos humanos dentro de esta organización.

Hacemos un llamamiento a Monseñor Fernando Ocáriz, Prelado del Opus Dei, para que asuma la responsabilidad, reconozca estas injusticias y compense plenamente a todas las Numerarias Auxiliares por su trabajo y sufrimiento, tanto pasados como presentes.

Nuestro silencio termina ahora. Opus Dei al descubierto.

Claudine y Anne Marie

La siguiente nota interna la titularía:

Cómo se construye una "Familia  Sobrenatural con vínculos más fuertes que los de la sangre", por encima de la Ley y de la auténtica familia. (Ojo con los notarios del Opus Dei).

Agustina L. de los Mozos

NOTA INTERNA DEL OPUS DEI

                                                                                                                             cr 12/15

1. En la atención de n y agd con enfermedades que limitan sus facultades cognitivas, son normalmente otros n y agd los que tienen que decidir por ellos en asuntos médicos, patrimoniales, etc., aunque no sean legalmente sus representantes.

2. Ante las instituciones sanitarias, la legislación vigente prevé que "si el paciente carece de representante legal, el consentimiento lo prestarán las personas vinculadas a él por razones familiares o de hecho". En general, la relación entre el enfermo (n o agd) y los que lo atienden suele bastar para poder tomar decisiones por él: ingresos hospitalarios, intervenciones, estancias en residencias, solicitud de ayudas a la dependencia, etc. En algunos casos, por ahora poco significativos, ha habido que vencer cierta resistencia, por parte de algunas entidades sanitarias, para aceptar decisiones que no provenían de parientes. Además, en el caso de los agd es más difícil que se entienda la vinculación entre el enfermo y los que se ocupan de él, por lo que en alguna ocasión ha sido difícil justificar decisiones también frente a los parientes (ingreso en una residencia, disposición de bienes, donación de órganos, etc.)…

Cuando llegué al centro de estudios marcaron toda mi ropa con el número 47, yo era el 47 para nuestras hermanas de av. Manuel Siurot. Después fui a vivir en un centro del extrarradio del imperio, era una ciudad donde nadie quería ir y donde me lo pasé genial. En ese centro no vivíamos más de nueve personas, pero parece que por economía procesal, seguí manteniendo el 47.

Pasaron los años y terminé viviendo en la Ciudad Eterna donde, sorprendentemente, me mantuvieron con el mismo número. Parece que el 47 y yo estábamos previstos desde antes de los tiempos.

Hace más de treinta años que dejé el Ku Kux Klan y el otro día mi señora me hizo notar que todavía tengo en uso una camiseta marcada 47.

Nos reímos un buen rato comentando lo buena que había sido esa compra y lo mucho que me dura la ropa. Me consta que también tengo -de la misma época- un chaleco que sigue estando de buen uso y que, cuando llegue el invierno por estos lares, veremos si soy capaz de ponérmelo (en los últimos tres meses he engordado 12 kg gracias a los corticoides).  

Después de esas risas me vino un ataque de seriedad y pensé en la cantidad de manos de nax por las que había pasado esa prenda de ropa. Recordé cómo se desvivían por nosotros, cómo tenían la casa en época de Navidad (y en todas las épocas) y también recordé que nunca se lo había agradecido a ninguna.

Ahora tengo la oportunidad de darle las gracias a M. Paz B. y a Isabel D. y en ellas, a todas las nax que me han hecho de madre a lo largo de mi estancia en el Klan. Gracias.

Bien, esta era una de las cosas pendientes y ya está hecha. Es que este último año he estado un par de veces más cerca del arpa que de la guitarra (por estirar la pata) y tengo una lista de cosas por hacer antes de que llegue la tercera vez (a la tercera va la vencida).

Abrazos de oso y feliz 2025 desde mi selva.

Zartán.

Zoom de Antonio Moya del jueves 2 de enero de 2025