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CORRESPONDENCIA
Lunes, 06 de Mayo de 2024
Por qué no puedo hablar con el Opus Dei.- Eileen Johnson
Por qué no puedo hablar con el Opus Dei
Eileen Johnson, 6/05/2024
Los portavoces del Opus Dei niegan la magnitud del daño que nos han hecho a muchos de nosotros en todo el mundo. Han dicho públicamente que les gustaría saber de mí y de otras mujeres que han hablado recientemente sobre sus experiencias. Estamos de acuerdo en que no hablaremos con nuestros abusadores. Intentaré explicar por qué, basándome en mis propias experiencias.
El Opus Dei y sus defensores plantean regularmente la objeción de que las quejas sobre hechos del pasado no son relevantes, porque las cosas han cambiado, y hoy han mejorado mucho. Aquí hay dos puntos. En primer lugar, el abuso histórico sigue siendo relevante y requiere remordimiento, condena y retribución. En segundo lugar, las tácticas de preparación y reclutamiento del Opus Dei persisten hasta el día de hoy, influyendo en los niños desde una edad temprana, a través de sus escuelas, clubes y familias numerosas.
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Why I can´t talk to Opus Dei.- Eileen Johnson
Why I can´t talk to Opus Dei
Eileen Johnson, 6/05/2024
Opus Dei spokespeople are in denial about the extent of the harm they have done to many of us worldwide. They have said publicly that they would like to hear from me, and from other women who have spoken out recently about their experiences. We are of one mind, that we will not speak to our abusers. I will attempt to explain why, based on my own experiences.
Opus Dei and its defenders regularly raise the objection that complaints about events in the past are not relevant, because things have changed, and are much improved today. There are two points here. First, historical abuse is still relevant, requiring remorse, conviction and retribution. Second, Opus Dei´s grooming and recruitment tactics persist to this day, influencing children from a young age, through their schools, clubs and large families.
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La caridad en el opus con los enfermos: como cuerpo en velorio.- Yomerita
La caridad en el opus con los enfermos: como cuerpo en velorio
Yomerita, 6/05/2024
Hace unas semanas se habló en alguno de los coloquios de tres personas concretas de la sección de varones en México, que se encuentran en sus respectivos centros cada uno con un fuerte estado depresivo.
Ese tipo de relatos me regresa a mis tiempos donde yo no era más que la que estaba todo el día encerrada en el cuarto.
El oír relatos así de actuales me llevó a pensar: en aquellos tiempos sin celulares y con el internet que solo estaba en una compu en la biblioteca, puedo comprarles el “no tenía idea de qué pasaba contigo”. Yo fui del opus de 1984 a 1999 así que la tecnología vino después. Pero en pleno 2024 ¿cuál es la excusa de los que viven con ellos? Me encantaría saber cómo le hacen para “ignorar” que en el cuarto de al lado hay una persona que literal le pide a Dios que ya se lo lleve, en esos pequeños momentos en que tiene lucidez. Entre pastilla y pastilla.
Decidí develar el misterio, quitar el curita, abrirles los ojos, hacerlos enfrentar al toro por los cuernos, y explicarles qué pasa detrás de esa puerta. Este escrito es para ti que estás todavía dentro del opus y vives en un centro o frecuentas un centro y ahí vive uno de estos “personajes”.
No me lo contaron y para que conste en actas y que nuestra amiga Isabelita luego no me salga con que “eso no pasó”, pues cómo le explico que estuve al menos 7 años en ese estado y mi título de “la encobijada de Alera” sustenta mis dichos. Es decir, hay testigos. Y a final de cuentas, que ella tenga otros datos solo refleja que vive en otro mundo (en el multiverso opusino vamos a llamarlo, donde todos son felices y no pasa nada) o que se niega a regresar a este planeta y a la realidad real del día a día de los centros.
El título de este escrito hace referencia a la manera en que el opus se hace cargo de este tipo de personas. Digamos que por toda interacción de quien esté “destinado” a hablar con el personaje encerrado en su cuarto, ésta consistirá en tratarlos como cuerpo en velatorio. Es decir: te van a rezar. Literal. Ni a un muerto le rezan tantos rosarios, partes del rosario, novenas. Las palabras más frecuentes que escuché durante esa eternidad de tiempo encerrada eran: ¿te rezo el rosario? ¿la lectura? ¿la oración? Y así diario. Además de esos actos heroicos de caridad (sarcasmo, caso que no lo noten), luego venía la puñalada semanal con la directora: ¡¡ofrécelo!!¡ Contamos con que lo estés ofreciendo! Y la puñalada mensual de la delegación: Dios te quiere así por algún motivo. Y el remate: ¡Ofrécelo!
Y uno esperaría que el paso por Roma cambiara el mensaje, pero no. Los padrecitos eran la cereza en el pastel con la misma canción, pero distinta tonada.
No, a nadie se le ocurrió mientras estuve ahí que lo último que quería era que me trataran como a cuerpo presente en velatorio. Que pasaran por un lado y guardaran silencio y no dijeran nada. Aferradas las directoras a lo que el famoso neurólogo les decía: es una depresión endógena, su cerebro está azul, no hay mucha actividad. Ya lo único que quedaba era que mis químicos cerebrales regresaran a los niveles básicos y mi cerebro regresara de sus vacaciones. Mientras, yo seguía encerrada, acostada sobre una minicolchoneta y suplicando al creador que la vida terminara. Y no, no me interesaba hacer “normas”. Mi interés era que llegara la noche para que pusieran fin a mi miseria y me dieran la pastilla mágica que lograría mandarme sedada a los brazos de Morfeo.
Entonces, ¿tienes a alguien en tu centro en ese estado? ¿Nunca lo ves? ¿Te dicen que “no lo molestes” ¿No te dicen qué le pasa? ¡Tienes la oportunidad por una vez en tu vida en el opus, de vivir la caridad, la verdadera! No lo que les enseñan.
Ofrécete a entrar en ese cuarto. Y no, no vas a rezar. Vas a leerle opuslibros. Le vas a leer muchos testimonios. Le vas a leer hasta que se dé cuenta de que no está deprimido porque sus químicos no están balanceados, sino porque su vida no fue lo que le dijeron que sería, porque la confianza que depositó en la obra no fue respetada y la sensación de vacío que tiene es porque piensa que él es quien traicionó y no es así.
Esos testimonios lo harán darse cuenta de algo (algo que nos pasó a todos al leer opuslibros): no soy el único que piensa eso; no soy al único al que le pasa aquello. Y es esa sensación de “no soledad” lo que le ayudará a salir del lugar donde está, y no hablo del cuarto sino de sus pensamientos.
La caridad en el opus tiene otra definición y no termino de encontrar el diccionario que usan ahí para ése y otros términos. Pero la definición que más duele es la que dan a esta virtud, pues por un lado hablan de ser familia, del cariño a los enfermos, y luego pasa lo que pasa, es decir, todos sentimos exactamente lo mismo mientras estuvimos en ese cuarto:
· Que estamos solos, aunque estemos en una casa con muchas personas más.
· Que no les importamos pues se olvidan hasta de alimentarnos.
· Que solo somos una oportunidad para poner “check” en alguna norma y en “viví la caridad”.
· Que definitivamente nuestra familia de sangre nunca nos trataría así.
· Que daría lo mismo si un día ya no estuviéramos ahí.
Sé el héroe que esa persona necesita. Entra a contarle chistes. A leerle la columna graciosa del periódico. A poner música, a cantar y llorar. A darle abrazos de 20 segundos que lo reinicien y generen un aumento de químicos de la felicidad.
Y si los directores dicen algo, diles que dice Isabelita que “eso” no pasa así que nadie tiene que saber nada.
Yomerita. La encobijada oficial.
¡Nos preocupan tantísimo los demás!.- Misita
Mi amiga super: "Tenía ganas de darme a los demás, de hacer algo aparte de rezar tanto. Está bien rezar, claro que sí pero ¿Tanto?; ¿De forma tan obsesiva?; ¿Sin dar lugar a la espontánea y cariñosa relación con el Señor, mi Padre?; ¿haciendo un pecado de poco amor a Dios- nada menos- cuando no puedo hacer tanta norma porque no tengo esa capacidad pero amo al Señor más que a mi alma? Creo que la santidad no es eso, eso es una relación angustiosa y opresiva con el Padre, es un cumplir triste y temeroso con un Padre de fácil decepcionar, con un Padre que está siempre pendiente de que no falles en tu horario.
A lo que iba, buscaba algo más, pues me parece que a mi alrededor hay gente necesitada, que sufre, y yo quizá puedo hacer algo, ser de verdad otro Cristo. Creo que la vida cristiana no se compone sólo de un rezar continuo. Hay dos mandamientos principales que resumen los demás: amar al Señor y a los demás. El primero lo cumplimos sobradamente, bueno, es un amor algo raro, pero en fin, lo llaman así: Amar a Dios es estar todo el día, con sus minutos y segundos, pensando en El y alzando al cielo plegarias, jaculatorias, pensamientos y sufrir como Él sufrió. El segundo mandamiento, ¡ay ése!; ése no lo vemos por ninguna parte.
Mucho se ha hablado aquí de la utilización de la amistad para acercar las almas a ¿Dios? quía, ya sabemos para qué queremos las almas, si no, no nos sirven. Y es lo que me pasó: Como me sentía inquieta y quería darme de una manera más tangible, le dije a mi directora: me gustaría hacer algún tipo de voluntariado, creo que me falta algo para ser buena cristiana, me da la impresión de que soy cristiana de oratorio y de sofá, pero... ¿cómo podría hacerlo? Claro que sí, espera que lo consulto y te digo. Días después, oye mira, que tenemos este voluntariado con agregadas enfermas y mayores que ya no salen de casa e ir un día a verlas (voluntariado un poco endogámico, ¿no?) ¿te gustaría? Bueno, pues sí, vale, no está mal, no es lo que quería, pero bueno, al menos me molesto algo por alguien. Días después me vuelven a decir: oye, mira, que sería bueno que fueras con una amiga. Ah, pero es que mis amigas no vendrían, no les va esto, iría yo sola. Días después: pues mira, es que me han dicho que si no traes amigas no vayas. ¡Ahhhh! A tomar por culo la agregada vieja y sola.
Total, me lo busqué por mi cuenta: ahora voy por una parroquia y tan feliz, ayudo en una labor con gente necesitada física y emocionalmente, esos pobrecitos donde veo al mismísimo Cristo. Me deshago de ternura cuando veo su sufrimiento, soledad, necesidad y pobreza y cuando les doy una pizquita de cariño y compañía. Y, con ojos nuevos, veo otra Iglesia, la de verdad, la de la calle de al lado, la cercana al pobre, al que sufre, al enfermo, una Iglesia abierta a todo el mundo donde a nadie se le mira por lo que puede aportar, antes al contrario, se le mira por si se le puede aportar algo a él, una compañía, un cariño, un ¿qué te pasa?¿qué tienes? ¿por qué sufres?¿en qué te puedo ayudar? ¿qué necesitas?
Mi amiga, como se dice ahora, está "flipando" con estas necesidades que hay a su lado y nunca las había visto, porque solamente vivía una vida fácil de oración tras oración. Y me dice: y yo pensaba que era tan requetebuenísima, vamos, una santa de altar.
Doy gracias a Dios cada día por haberme enviado allí. Me ha enseñado este otro sitio menos glamouroso, mucho menos bonito, muchísimo menos lujoso, donde la gente tiene un mal gusto para vestir que qué te voy a contar. Mi amiga es mucho más feliz dando desinteresadamente. Me parece que, ella sí, ha descubierto lo que es de verdad amar al prójimo.
Misita
Zoom del viernes 3 de mayo en YouTube.- Ágora Coloquios
Un vuelo de drones sobre la semana. Recapitulación y reflexiones.
Marina nos introdujo al mundo de los "Ask Me Anything" (AMA), donde respondimos preguntas en tiempo real. Después, comenzamos nuestro "Vuelo de Drone del Canal", donde destacamos los eventos más significativos y emocionantes. Desde datos jurídicos cruciales hasta iniciativas de ayuda mutua inspiradoras, como apoyo profesional gratuito y el Curso de Primeros Auxilios Emocionales. Y más testimonios para compartir.
Zoom del viernes 3 de mayo con Antonio Moya.- Carmen Charo
Coloquios sobre el Opus Dei coordinados por Antonio Moya
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