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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 24 de Mayo de 2024



Las preguntas del círculo breve (3).- Profe

Queridos todos,

 

Este es otro testimonio sobre el círculo breve. La persona que lo envía prefiere mantener su anonimato. Sin más, dice así:

 

1. La primera vez que entré en un CB, no tenía aún 17 años. Cuando se leyeron las preguntas del círculo, me asusté. Miré a las otras asistentes, con admiración, ellas no ponían cara de susto. Pensé que nunca podría vivir todo eso. Años más tarde, lloraba con frecuencia. Efectivamente no podía vivir todo el plan de vida ni todo lo que decían las preguntas del examen. No encontraba la manera de cuadrar mi imposibilidad de llegar a todos esos requisitos, con la afirmación de que "Dios te ha elegido desde toda la eternidad para ser Opus Dei". Estuve décadas sintiendo  esta contradicción,  sufría cuando se leían las preguntas.

 

2. "¿Me dejo dominar por la tristeza, sin considerar que es aliada del enemigo?"

Pronto hará diez años que no escucho la pregunta, pero me sigue doliendo. Veo a una mujer que no podía madurar, más niña que mujer, medicada por depresión, llorando por sentirse culpable de no vivir la alegría. Ahora en la distancia, me veo con ternura atrapada en ese conflicto y me perdono. Pero fue mucho tiempo de un sentimiento de culpa tan enorme como absurdo. A veces, al escuchar esta pregunta se me caían las lágrimas, igual que en las charlas de alegría. Entonces me sentía más culpable aún, por mostrar en público mi no-alegría...

 

3. "¿Soy consciente de haber irrogado un mal cierto a la Obra de Dios, por mi apatía o descuido en el cumplimiento de mis obligaciones familiares, sociales o profesionales?" Creo que se formulaba así, lo escribo de memoria...

 

Esta pregunta me persiguió fuera, cuando ya no era agregada, durante mucho tiempo, y aún lucho a veces contra ella. Dejarlo todo a la obra y por la obra. "Casarme" con la obra. Y preguntarme cada semana si le he hecho daño a la obra. En serio, ¿a quién se le ocurrió esto como examen de conciencia?  ¿Qué padre le haría preguntarse a su hijo semanalmente si ha dañado a sus padres, que esposo/a le haría preguntarse a su cónyuge si le ha causado un mal a su pareja? ¿Un psicópata narcisista?

 

Durante mucho, mucho tiempo tenía miedo de hacer daño a la gente que quería. No entendía por qué tenía esa idea/miedo metidos en la cabeza y en el alma. Daño a la Obra.... Expresión frecuente en escritos internos, no solo en el examen.

 

Pité para amar más. Pero lo que aprendí fue a tener miedo y a sentirme inútil y culpable. Y sí, creo que las preguntas que he mencionado son parte de estos sentimientos tan opuestos a la libertad. 

 

Sobre la terapia, fui una temporada, pero creo que es difícil entender qué pasa por la mente de un ex, pero especialmente de una ex. Pienso que perdimos más, que se limitó mucho más nuestro crecimiento.

 

Gracias a todos los que organizáis zoom, y a Agustina. Gracias a vosotros he podido entender mi pasado, y reconstruir mi presente y mi futuro. Ya puedo empezar a saber quién soy. 

 

Soy una ex agregada, pero esa ya no es mi definición.

 

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A lo cual yo (Profe) añado lo siguiente sobre la pregunta. ¿Soy consciente de haber irrogado un mal cierto a la obra de Dios? Veamos esto al revés: La obra de Dios ¿es consciente de haberme irrogado un mal cierto...? Como se puede ver, no existe la pregunta en dos sentidos. La obra te pregunta si les has ocasionado un mal cierto; sin embargo, si manifiestas o te preguntas sobre un mal que te hace la obra, eres tachado de que "piensas en ti mismo, falta de visión sobrenatural" y otras recetas internas para quienes disienten en uso de su propio criterio y sus sentimientos.

 

Segundo, un mal cierto a la obra de Dios "sería" como ¿pecado no? Si se menciona a Dios se está atribuyendo un pecado pues se dice mal cierto. En fin, una pregunta bastante endiablada.

 

"Todos justos o todos pecadores" dice el refrán.

 

Se pueden enviar comentarios, dudas, experiencias y opiniones a

preguntasdelcb@gmail.com

 





Mentalidad laical.- Ramana

MENTALIDAD LAICAL

 

El que un laico no viva con sagrario

en su casa me dice que algo pasa,

tampoco hay un horario que lo tasa

ni en su hacienda gobierna un numerario.

 

Si se fían de mí más que un notario,

a qué una libertad más bien escasa

que toda desconfianza sobrepasa

con control riguroso y tan sumario.

 

Es difícil saber por qué sospechan,

¿no me entregué por Dios con toda el alma?

¿a qué viene perder tanto la calma,

 

y empapelar tu vida con informes?

El vivir cotidiano te lo estrechan

hasta lograr sectarios bien conformes.




 

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