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CORRESPONDENCIA

Lunes, 26 de Agosto de 2024

Las tertulias con el prelado han sido, son y serán un auténtico bodrio. Las de Josemaría, las de Álvaro, las de Javier y, como era de esperarse, ahora también las de Fernando. Pero el fandom siempre ha fingido que son una experiencia digna de repetir. Pude comprobarlo de primera mano durante su reciente visita a Colombia, en la aburridora tertulia general en la Universidad de La Sabana.

Siguen repitiendo el mismo espectáculo de siempre, solo que ahora han cambiado a los actores (o payasos, según se mire). La técnica es impecable, eso sí, en cuanto a aburrimiento: preguntas insulsas que, por supuesto, han pasado por el filtro de la Comisión. Me pregunto cuántos expedientes habrán circulado por la oficina del vicario hasta llegar a la versión final, pulida, censurada y corregida. ¡No vaya a permitir la Virgen del Pilar que alguien, por accidente, le pregunte al "padrecito" sobre las numerarias auxiliares de Argentina o sobre el escándalo de Gaztelueta! Eso sí que sería imperdonable. Y así, con todo bien atado y guionizado, presentan lo que ellos llaman “tertulia con el padre”. Una representación digna del mejor circo, con su carpa gigantesca y todo.

Recuerdo que en mi colegio usaban la misma escenografía de cartón año tras año para las obras de teatro, con apenas unos retoques aquí y allá. El Opus parece haber aprendido bien la técnica, porque estas mal llamadas tertulias son exactamente lo mismo: un montaje repetitivo.

En la tarima, siempre bien colocados, están los VIPs de turno: unos cuantos numerarios mayores a los que se les ha redoblado la dosis de clonazepam, numerarios jóvenes para aparentar vigor, algún supernumerario con una docena de hijos para hacer propaganda de las familias numerosas, dos chicos de San Rafael que están siendo acosados para que se incorporen a la cosa, y unos cooperadores a los que les falta poco para que, entre tanta insistencia, terminen cediendo, haciéndose supernumerarios o soltando una buena donación para la causa. Ah, y por supuesto, los custos o custes (siempre me ha confundido el titulo dado a esos dos curitas que van con el prelado a todos lados). Esos nunca faltan, con su papel bien ensayado: mirar al padrecito con una expresión entre éxtasis místico y éxtasis orgásmico.

Las preguntas no podrían ser más anodinas: "Padre, padre, ¿qué consejo me da para mi jubilación?" "Padre, padre, ¿cómo educo a mis hijos para que lleguen al cielo?" "Padre, padre, soy médico, ¿cómo le digo a un paciente que ya no hay nada que hacer?" "Padre, padre, es mi cumpleaños, ¡encomiéndeme!" "Padre, padre, seguro que no sospecha que esta arpa que trajimos es para cantarle una canción cursi de la que después se reirán en las tertulias internas" De las respuestas de Fernando, mejor ni hablo. Un montón de citas deshilvanadas y forzadas del “fundador sin fundamento” y, para colmo, una actitud de evidente desinterés. Da igual si lo que se pregunta es serio o ridículo; él responde con la misma energía que un oso perezoso después de la siesta.

Más interesante es el detalle que dejó caer el protonotario en una entrevista para la revista Semana. Allí afirmó: “Me alegra comprobar que casi cada día del año recibimos alguna petición de admisión en el Opus Dei de personas que anteriormente formaron parte de la Obra y que, por la razón que sea, se desvincularon”. No voy a cuestionar la veracidad de tal afirmación, aunque, claro, da para reflexionar. Vamos a hacer un pequeño cálculo matemático: si reincorporan a una persona al día, ¿cuántos exmiembros debe haber para que la tasa sea esa? Cuánta gente han herido, cuánta gente ha dejado el Opus, ¡y con razón!

Desde-las-Quintas

Preguntas a Mons. Ocáriz

Lvdovicvs, 26/08/2024

Ignoro por completo quién dirige SEMANA, el periódico colombiano que publicó una entrevista en formato electrónico a Mons. Fernando Ocariz el pasado 17 de agosto a propósito de su visita a ese país. Lo que sí sé es que la lectura se vuelve tediosa y complicada por la cantidad de gráficos y anuncios que adornan el texto, pero sobre todo por lo vagas, ambiguas y confusas de las respuestas del entrevistado. Aquí dejo la entrevista en plain text, junto algunas preguntas que también yo tengo para Mons. Ocariz, aprovechando que en Comisiones Regionales, Delegaciones y Centros todos se lee con asiduidad esta página; quizá alguien tenga la bondad de hacer llegar a Mons. Ocariz mis inquietudes.

Lvdovicvs

…

SEMANA: En el 50 aniversario de la catequesis de san Josemaría en Latinoamérica, usted vuelve a visitar la región. ¿Cree que la realidad del Opus Dei en estos países se acerca al sueño de Escrivá?

FERNANDO OCÁRIZ: Cuando san Josemaría estuvo en América, animó a soñar grandes aventuras de servicio cristiano. Sin obviar las dificultades y errores humanos, doy gracias a Dios por el desarrollo del Opus Dei en Colombia y en el resto del continente. Al mismo tiempo, la lógica de Dios permite mirar con más perspectiva los resultados humanos, los números y los éxitos o fracasos externos, pues lo esencial es facilitar que se produzca un encuentro con Jesucristo en el corazón de muchas personas, y eso solo Dios lo puede ver.

Don Fernando, la lógica de Dios (aparece muchas veces en la Sagrada Escritura) implica pedir perdón por los errores cometidos y tratar de reparar el daño ocasionado. En la lógica de Dios, que es el Justo, siempre estará la obligación de restituir ¿Cuándo va el Opus Dei a ocuparse, por mencionar un ejemplo, de manera efectiva de las 43 numerarias auxiliares del Cono Sur?

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Buenos días a todos,

he encontrado un capítulo muy interesante en el libro "El cardenal Segura y el nacionalcatolicismo" que muestra las dudas que ya se planteaban en 1941 altos prelados de la Iglesia católica sobre una institución un tanto fantasmal que pululaba por España sin que se supiera muy bien a qué carta quedarse. 

El diálogo epistolar se establece entre el cardenal Segura arzobispo de Sevilla que se hizo notar en la España de Franco y un cardenal romano. Espero que os ilustre como a mí.

Saludos,

Ana Azanza

El poder oculto del Opus Dei

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