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CORRESPONDENCIA
Viernes, 23 de Agosto de 2024
Las personas son irrelevantes. La institución lo es todo.- Sor_presa
Soy de los que piensa que el Opus Dei me ha dado mucho. Hay que reconocerlo. Y lo reconozco. Les estoy muy agradecido por todo lo que me han aportado. No reniego de mi pasado. Pero me han robado mucho más de lo que me han dado. Me han robado la vida. La mayor parte de mi vida (más de 20 años… y los de mi infancia y juventud).
El otro día me acordé de la película Misery. Paul, un escritor famoso sufre un accidente en una carretera de montaña en invierno. Una enfermera admiradora (Annie) lo acoge y lo cuida en su casa. Quedan aislados por la tormenta. El amor y los cuidados de Annie son indudables. Y su entrega hacia Paul es total. Gracias a ella, Paul sobrevive. Le debe la vida. Pero cuando las fracturas de las piernas empiezan a sanar, ella opta por partírselas, de nuevo, con unos bloques de madera y un mazo (momento culmen de la película) para poder seguir cuidando de él toda la vida… Es lo que se denomina un amor condicional. Te quiero, pero solo en cuanto cumples mis expectativas. En realidad, no quiero al otro. Solo quiero satisfacer mi adicción. Tú, tu vida, tus necesidades… no me importan. Son irrelevantes. Lo que importa es lo que obtengo de ti. Podéis ver ese trozo de la película en el siguiente link de youtube.
Esa película siempre me ha recordado al Opus Dei. Su amor puede ser muy grande, pero es total y absolutamente condicionado. Condicionado a las expectativas y al bienestar de la institución. Las personas son irrelevantes. La institución lo es todo. Por eso los que abandonan son elementos a anular, a eliminar, a acallar… porque son un virus que podría extenderse al resto de sus filas… y porque podrían decir… la verdad… sobre cómo cortan las alas, sobre cómo anulan la vida… de miles de personas en todo el mundo, por el “bien corporativo” que lo es todo.
Decía un sabio que la pregunta clave no es si hay vida más allá de la muerte. La pregunta clave es si hay vida antes de la muerte. En el Opus Dei no hay vida antes de la muerte. Eso es indudable. Lo sabemos los que hemos pasado por ahí y los que están dentro. De ahí la necesidad de pastillas para tapar los síntomas de una vida fracturada por dentro. Porque la persona no es relevante. No se la respeta. Ni se la cuida (de verdad). Por eso cuando los directores, siguiendo el protocolo escrito por su fundador, dicen a los que abandonan: “Has renegado de Dios y el resto de tu vida será miserable” (así me lo dijeron a mí) están simplemente siendo coherentes con ese amor condicional de Annie. Sin mí, el abismo.
Y los que abandonamos nos encontramos con que nos han cortado las alas y que no podemos volar. Porque nos han quitado lo más importante: la personalidad. Nuestra capacidad de tomar el control de nuestras vidas. De tomar decisiones y de asumir las consecuencias de nuestras acciones. Pero os voy a contar un secreto… las alas crecen de nuevo. Y de pronto te encuentras con unas alas preciosas y con unas plumas que son… las tuyas. Son tus colores. Son tus tonos. Y se mueven al viento exactamente como tú esperas. Como tú deseas. No son plumas de cartón que te han colocado en una cadena de montaje para que sigas el patrón del “numerario” o del “agregado”, en nombre de no se sabe qué Dios y siempre en beneficio de una institución que exige total transparencia y entrega de sus miembros pero que no es transparente con ellos. El hecho de que no esté siendo transparente sobre el proceso de su cambio de estatutos es una muestra evidente de esta asimetría tan salvaje.
Estoy esperando atentamente la decisión del Papa sobre el Opus Dei. Ahí veré si el poner a las personas y su dignidad siempre por delante son solo palabras o una realidad que devuelva la esperanza a muchos de nosotros. Y… por cierto… esta vida miserable que me desearon y profetizaron está siendo increíblemente maravillosa, luminosa, amorosa, divertida, tierna y apasionante. Os invito a los que todavía estáis dentro a que descubráis vuestras alas. Detrás del abismo inicial, viene el renacimiento. Y sí, hay vida antes de la muerte.
Sor_presa
ONG engañosas.- Jotaemeeme
Hace unos días Mabel se preguntaba si la ONG Cooperación Internacional es una tapadera de captación del Opu$, y Transparencia le contestaba con datos que, efectivamente así es. Pues bien, no es la primera vez, y supongo que tampoco la última en que, ante la alarmante falta de incorporaciones, se utiliza la pantalla de organizaciones no gubernamentales con fines pretendidamente altruistas para atraer a jóvenes incautos con deseos de hacer el bien para captarlos.
Otro ejemplo es Cytiwise.org. En la primera mitad de los 80, la Netherhall Educational Association compró el Brookfield Hotel, un pequeño hotel lindante con Greygarth Hall en el Victoria Park de Mánchester. Al principio pensé que se trataría de una ampliación de Greygarth Hall, lo que me pareció algo arriesgado dado lo precario de la labor en esa ciudad y la ausencia de “vocaciones”, que se suplía con numes venidos de fuera, fundamentalmente de España. Pues bien, curioseando en Google Maps algunos años después observo que en el lugar en que estaba el Brookfield Hotel aparece ahora una entidad denominada Citywise. Pensé entonces que habrían vendido el edificio por falta de recursos. Me equivocaba. Indagando acerca de Citywise.org descubrí entonces que era una ONG con sedes en Dublin, Glasgow y Manchester perteneciente a una sociedad llamada Citywise Mentoring cuyos objetivos eran “to work with schools and families to help young people lead flourishing lives, achieve their potential and make a contribution to society”. Indagando un poco más, los directores son gente del Opus Dei o que al menos residen en los centros del Opus Dei de Dublin, Glasgow o Manchester. Blanco y en botella.
Algún tiempo más tarde, observo que hay también una sede de Citywise en Málaga. Es obvio que estos sitios, en los que por cierto aparecían algunas fotos de actividades en algunas de las cuales aparecían niños y niñas, no son sino lugares de captación de posibles vocaciones a través del voluntariado que ofrecen en la red y de captación también de menores para la obra.
Ahora, la buena noticia. Hoy he consultado la web Citywise.org y me he encontrado con una nota que dice que los administradores de Citywise, debido a problemas económicos acuciantes cesaron su actividad el 31 de agosto de 2023 tras 29 años de actividad. Se ve que la estrategia no ha sido del todo exitosa.
Y yo que me alegro.
Jotaemeeme
ESCRIVÁ. Columna de Francisco Umbral.- Agustina
ESCRIVÁ
Francisco Umbral – 11/02/1992
En la Fundación Francisco Umbral
El otro día, por el Canal Sur, hubo un coloquio en torno a la canonización de Escrivá de Balaguer. Estaba Luis Carandell, estaba don Alvaro Domecq, el viejo rejoneador, estaba un joven opusdeísta de barbita, algo enredado de palabra, estaba el presentador y estaba yo, desde Madrid, conectado con Sevilla.
Luis Carandell, como biógrafo del cura lució toda su información sobre el tema, no siempre favorable para el canonizable, ni mucho menos. Don Alvaro Domecq, de patillas y señorío andaluz, vino a explicarnos su «caída del caballo», a la manera de San Pablo. No tiene nada de particular que un rejoneador se caiga del caballo alguna vez. Y ya en actitud tan paulina, aprovechó para ver la Luz, y la Luz le invitó a comer. O sea monseñor Escrivá, que había ido a Sevilla a hacer unas gestiones y Domecq le había ayudado en la llamada a carpinteros, electricistas y otros gremios necesarios para el caso, que acudieron muy hacendosos.
Yo pienso que a quien tenía que haber invitado a comer Escrivá, en agradecimiento a los buenos servicios, era a los currantes, pero, naturalmente, al hoy futuro santo le resultaba más evangélica la compañía del señor Domecq, uno de los hombres míticos de las grandes oligarquías andaluzas. Se llegó en el coloquio a equiparar a Escrivá con San Francisco de Asís, y yo corroboré este paralelismo: «San Francisco nos dio la hermosa lección del amor a los animales y Escrivá nos dio la hermosa lección del amor a los ricos».
Cuando le recordé al joven opusdeísta las famosas deserciones de Miguel Fisac y Alberto Moncada, respondió, en una especie de barroquismo de la hipocresía, que él respetaba mucho el dolor, el sufrimiento de estos hombres. Definía, en fin, la continua denuncia que los evadidos hacen de la Obra como expresión del dolor y la culpa que les afligen toda la vida por haberla abandonado. El argumento, ya digo, es de una hipocresía barroca y sin duda aprendida (la rapidez mental/verbal del doncel no daba para tanto). A todo esto, don Alvaro Domecq, «con diez sultanes de Persia», como en los poemas de Lorca, se nos dormía, que ya iba siendo tarde, y se sujetaba la cara con las manos, desesperadamente, para no dar la cabezada. Primero había hablado, con un misticismo ceceante de andaluz de buena raza, de repartir amor, mucho amor, pero, dado lo avanzado de la hora, no dijo nada de repartir dinero. Ni siquiera de regalar un caballo a un pobre de pedir, que a él lo que le sobra son caballos.
Yo les conté que, en los primeros tiempos de la Obra, antes de la guerra, el apretado núcleo inicial le sugirió al Padre la conveniencia de incorporar mujeres a este movimiento santificador. A él le pareció muy bien: «Traed a vuestras hermanas, a vuestras madres». Y las puso a fregar los suelos y los platos de la residencia. Claro que esto no debe pesar en su contra, en el proceso de beatificación, ya que no es sino la legendaria misoginia de la Iglesia, que viene de la Biblia. Dijeron que Escrivá siempre había tenido vocación de santo, y yo rectifiqué: «De santo no; de Papa».
También les conté que a un miembro del Opus, cuando salía con inquietudes y planteaba problemas físicos o metafísicos, le daban valium, mucho valium, para que se tranquilizase y no diese más el coñazo. Usan valium no como receta médica, sino como receta espiritual. Una vez que una gran comisión de mujeres católicas, cristianas, creyentes, fueron a consultar a Monseñor de buena fe el problema de la píldora, él les respondió: «Hijas mías, no toméis porquerías». La respuesta no era tan científica como ellas esperaban, pero ni la ciencia ni la teología del Fundador daban para mucho más.
Se dijo en Canal Sur que Escrivá se había inspirado un poco en los nazis. Yo rectifiqué: «El Opus, más bien, es un nazismo de paisano».
Auténticas vidas. Ángel Valdez Estrada (2).- Ágora Coloquios
ÁNGEL (2) Agregado en Guatemala
"Me acerco al Opus Dei irremisiblemente".
Visita del Prelado a Colombia.- Pacificus
El Prelado Protonumerario estuvo en Colombia. Conversando con amigos cercanos a la Obra que participaron de los encuentros con el "Padre" se destaca lo siguiente, especialmente en su visita a la Universidad de La Sabana, obra corporativa del Opus Dei en el país.
1. Los profesores de manera sutil y elegante fueron obligados a asistir a una sesión con el Prelado. Lleno total del auditorio Álvaro del Portillo, unas 700 personas.
2. Las preguntas organizadas y controladas por las directivas de la universidad y que hicieron algunos profesores, pueden ser etiquetadas como totalmente superficiales e inocuas, lo que desdice de la calidad de profesorado de la universidad. Las respuestas del Prelado simplonas, básicas y sin brillo intelectual alguno.
3. Refieren que el reverendo Padre, es un hombre serio, sin el carisma de sus antecesores. Un tanto brusco en sus respuestas, sin mayor calor humano, sin alegría. Un hombre distante, frío y que sin duda vive enormes responsabilidades y preocupaciones. Se vio cansado, aburrido, quería terminar rápido el encuentro.
4. Escuchando la grabación del encuentro y según lo indagado, el Prelado Protonumerario no mencionó en ninguna ocasión el tema de los estatutos y tampoco hizo ninguna alusión al papa Francisco.
5. La universidad gastó más de US$ 200 mil dólares en colocar una carpa para que las familias cercanas a la Obra o trabajadores de la Universidad pudieran escuchar al Prelado en la tarde. Fue un encuentro que no duró más de dos horas y cuyos gastos son significativos para un país pobre como Colombia.
6. El Opus Dei pagó una nota periodística en el diario más importante del país El Tiempo (Tras las huellas de un santo, para que se destacara la presencia del prelado en Colombia. Una visita sin ninguna importancia para el país.
En suma, un cura que relatan como hombre cansado, sin mayor brillo o carisma. No deja de ser curioso que la universidad y sus directivas hagan todos estos costosos movimientos cuando nunca en su historia han invitado al obispo de la diócesis a la que están sujetos por jurisdicción a que visite la universidad o imparta alguna charla. En definitiva, el Opus Dei, se reafirma como secta católica e iglesia paralela.
Pacificus
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