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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 03 de Abril de 2024



Lo pasado y lo presente: el dilema de la Historia.- Ángel V.

 

Lo pasado y lo presente: el “dilema” de la Historia

Ángel V., 3/04/2024

 

I.                Estamos asistiendo a la negación de todo lo pasado de dos maneras: asegurar que lo que acaeció hace milenios, siglos o años, no fue así, por tanto, es mentira y la otra, idealizando ese pasado sin hacer un análisis a fondo de lo que supuso ese hecho en el daño causado a las personas. De entrada, dejo constancia que abomino de las frases socorridas: “la historia lo juzgará”, “este es un hecho histórico” y el peor: “estamos del lado correcto de la historia”. La Historia no juzga a nadie, no es una ciencia jurídica, sencillamente analiza los hechos pasados y, en esa trayectoria, produce lo que se denomina historiografía; por medio de su estudio, podemos ver el desarrollo (que no evolución porque esa es una categoría de la Biología) de los diversos procesos históricos, que son el encadenamiento de hechos.

 

La Historia no tiene bandos, es una, el hecho es uno, lo que varía es la forma de interpretación o de narración de ese hecho desde según qué perspectiva de análisis…



(Leer artículo completo...)




Cultura en los centros de mujeres.- Ana Azanza

Estimados amigos, me doy cuenta de que en mi último mensaje me desvié del asunto. 

Quería salir al paso de la "vida cultural" floreciente en los centros masculinos colombianos que nos relata Gómez. Como ya dije siendo más joven que él me parece, en los centros femeninos españoles de los 80 y 90 la sed y presencia de la temática pictórica, política, poética, histórica, literaria o filosófica, era cuasi nula. 

Sorprendente, aquello de la aristocracia de la inteligencia que parece ser se cumplía en la Colombia masculina opus de los 70, en nuestro caso no contaba. En Francia viví en el centro de estudios en pleno Barrio Latino y las numes quizás por francesas, quizás por la "labor que desarrollábamos", o por ser el centro de estudios, de vez en cuando había temáticas culturales, y la directora que era española se molestaba en sacar a colación asuntos varios de actualidad para enfocarlos siempre según el "espíritu". 

Además se organizaban actividades para atraer estudiantes con nivel, recuerdo unas conferencias mensuales de historia contemporánea impartidas por una cooperadora madre de nume, extraordinarias. Hoy sé que muy sesgadas hacia pensamientos de extrema derecha quizás, pero te hacía sentir y te descubría que había un mundo ahí fuera, una actualidad política por descubrir que nos afectaba y que Francia estaba en el centro de muchos acontecimientos. Diré que todavía conservo un cuaderno donde apuntaba, me bebía las palabras de Mme Heers. Jamás me habían explicado el tema de Israel o del Líbano, la descolonización. la guerra de Vietnam, la segunda guerra mundial, de modo apasionante y divertido, además de utilizar giros de idioma que eran geniales y que la gente joven no usaba. Se tiraba 3 horas hablando la señora, descontrol total para los horarios numerariles, pero qué ventana al mundo y que manantial de historia y de idioma.

De vez en cuando por ser París desembarcaban gentes de medio mundo de variado pelaje con historias interesantes que venían a la tertulia y se salían de la conversa proselitista habitual. Y muchas de las numes o amigas tenían trabajos o viajes de trabajo por los 5 continentes, que también eran invitadas habituales, otro motivo para descubrir y viajar, aunque fuera con la imaginación lejos del reducido opusinismo ambiente. La propia ciudad ofrecía recursos culturales nada más poner la nariz en la calle, y las universidades y facultades que nos rodeaban otro tanto. Aunque no hubiera tiempo éramos un grupúsculo en un océano de ciudad cultural por los cuatro costados. Siempre pillabas algo.

Mi regreso a Pamplona en ese sentido de horizontes culturales en el centro fue caída en picado. Primero en el colegio Mayor Goimendi. En la tertulia del mediodía con las residentes se solían invitar a personalidades académicas que visitaran la uni, no estaba mal. Pero las tertulias de la noche que hacíamos solo las de "Casa" eran otro cantar. Proselitismo y tonterías, piques absurdos entre numerarias también. Maldades varias porque en el fondo no había amor ni fraternidad. Era una pose. Yo pensaba que era fallo mío, pero ya me doy cuenta de que además de mi propio fallo estaba el ajeno. 

Aunque casi todas las numes eran doctorandas y profesoras de facultad, Derecho, Filosofía, Teología, Comunicación, otras terminando carreras como Medicina o Farmacia, el nivel cultural y la conversación cultural cero coma cero. No se notaba en absoluto, yo no me lo puedo explicar que gente que pasa su vida entre libros no tuviera conversación más que de pitables, círculos, retiros y persecución de las estudiantes para que se hicieran numerarias, pero así era. ¿Se hubiera visto mal hablar de otro tema? ¿habría sido repipi? no lo sé, pero no había la apertura al mundo del otro centro. 

Allí se perdían las noches persiguiendo residentes para que escribieran la carta, esa era la ocupación fundamental, y todo lo que no fuera eso, adorno prescindible. Me sentí como una marciana.

Una vez recuerdo que una volvió de una cena con Marcelino Camacho, personaje español protagonista de la historia reciente, motivo por el cual lo habían invitado a la universidad. Tan extraordinario fue el caso que aún veo a Mateye que, sin quitarse la gabardina, estuvo contando lo que habían hablado en la cena. La cultura no era lo nuestro.

Después estuve en centros de san Gabriel y noté que las mayores habían dedicado su vida a tareas internas como describe Mediterráneo, y lejos de ellas la engorrosa tarea de leer y abrir la mente a algo más allá de la "labor". Un mundo muy reducido. Había dos profesoras de universidad, una de ellas catedrática de ciencias. Curiosamente esta persona cuando entraba en la tertulia o en la mesa era tan anodina como las demás. Sin embargo con ambas y fuera de la llamada "vida de familia" mantuve conversaciones "profesionales". Con esta científica porque además leía y era buena profe, alucinante su transformación al entrar al cuarto de estar, se quedaba callada y se metía en aquellas conversas sin pies ni cabeza. 

Con la otra que era historiadora y se había pasado la vida en Roma, también hablé largo y tendido de sus temas de investigación e incluso me echó un cable en determinado momento. Pero repito que esas conversas no podían tener lugar en el cuarto de estar, allí predominaba la "chaladura" opusina. Imposible otra cosa.

Los demás centros de san Gabriel fueron más llevaderos de vivir que ese, pero en cuanto a la cultura y apertura de horizontes se había acabado para mí. Quizás en un curso anual coincidí con personas afines, pero la generalidad de la numeraria española media con la que yo me topé y con la que conviví estaba "castrada" culturalmente. No se estilaban los vuelos del espíritu. Incluso aunque la gente tuviera sus carreras y sus doctorados, daba la impresión de que no les habían dejado huella, no había sed de saber ni interés fuera de lo que ha hecho el Padre, las cooperadoras, el próximo retiro y tontunas varias para discutir que no aportaban.

Incluso y ya fue el colmo me gané una corrección fraterna en un curso anual ¡por estar todo el rato leyendo! Se ve que a alguien le molestaba que no le hiciera caso a ella, de otra forma no me explico semejante estupidez. En ese mismo curso había un grupito de "intelectuales" del opus, una es hoy juez en el tribunal de derechos humanos de Estrasburgo, ya es progresar, pero tampoco se notó mucho su presencia en la "vida de familia", de hecho el ser las "Intelectuales" significa que las demás no lo eran.

Por todo ello leyendo a Gómez me alegro por él y porque tuvieran esa libertad y variedad de temáticas e intereses, y tanto alimento para el espíritu diverso al pseudoalimento de charlas, círculos, retiros escrivarianos. No todo fue tan terrible en su opusjuventud.

Además, se demuestra que el opus dei del apostolado intelectual era predominantemente masculino, al menos en España no vi que se realizara entre nosotras. En el fondo practicábamos el marujeo opusino, una modalidad propia de marujeo. 

Coincido con Mediterráneo en que efectivamente vivimos Opus distintos.

Saludos

Ana Azanza





Paralelismo.- Jiménez

No estuve presente, obviamente, en la reciente reunión mantenida entre el Prelado y los Vicarios Regionales y cuyo protagonismo ha recaído en la supuesta frase pronunciada por la máxima autoridad de la Obra que decía algo así como “sólo nos queda esperar a que el Papa muera” (entiendo que señalando que en la Obra se han puesto ya todos los medios para que los nuevos Estatutos se adecúen a lo que la Obra pretende ser, esfuerzo que ha resultado infructuoso ante la negativa de la Santa Sede).

Esta frase ha despertado muchas opiniones en los últimos coloquios de Ágora Coherencia. Sin embargo, me ha extrañado mucho que nadie haya encontrado el gran paralelismo entre esta expresión y la pronunciada por el propio Fundador en la década de los 60, refiriéndose a Pablo VI: “A ver si de una vez nos deja en paz, y Dios Nuestro Señor, en su infinita misericordia, se lo lleva al cielo” (Tras el Umbral, María del Carmen Tapia, página 341).

Jiménez





Qué fue de Ingará.- Gómez

Ingará fue centro del Opus Dei, residencia de numerarios y sede para la labor de san Rafael de más tradición en Bogotá. Se apellidaba Residencia de Estudiantes Universitarios, como lo recuerda el escudo diseñado por Borobio, y en efecto lo fue en diversas épocas.

En Colombia no existe la tradición española de los Colegios Mayores, como tales, pero la vivienda universitaria tiene diversas opciones, unas más sencillas y otras más sofisticadas, entre las cuales cabía la alternativa de Ingará. Su primera sede fue en La Merced, barrio que en los años 40 albergaba a la flor y nata de la Atenas Suramericana. Hoy la mayoría de esas casas estilo inglés son sedes de clubes, embajadas, ministerios y pequeñas instituciones universitarias. Luego pasó al barrio Belalcázar, en inmediaciones de la Universidad Nacional, donde fue residencia abierta, con ningún estudiante de la Nacional, y sí varios de la Javeriana, la Corpas y el Rosario. Tal vez estaba en el lugar equivocado. Al año de este ensayo, quedó solo como residencia de numerarios, con labor de san Rafael para estudiantes universitarios y de últimos años de bachillerato.

Su siguiente sede fue la casa del cardenal arzobispo, en el norte de la ciudad. Como el cardenal vivía en el palacio arzobispal, cedió su casa para que ahí funcionara Ingará. Era una sede muy elegante, vecina del Club Médico y rodeada de mansiones espléndidas de familias adineradas, en un sector muy chic. Luego pasó al barrio La Cabrera, igualmente elegante. Ahí estuvo durante varios años, hasta ahora, cuando definitivamente se cerró.

En su sede operan hoy las oficinas de Corfomento (Corporación de Fomento Cultural), que es desde mediados del siglo XX la empresa propietaria o administradora de los centros del Opus Dei de la sección de varones. Sin Ingará y sin Hontanar (sede del Centro de Estudios) desaparecen las dos casas de mayor tradición del Opus Dei en Bogotá. La información oficial que pasa de boca en boca es que la labor se ha centrado en la Universidad de la Sabana, en el cercano municipio de Chía.

Gómez





¿Dónde están los varones?.- Sin culpa

Una de las justificaciones que nos daban en la obra sobre la necesidad de la administración era… ”cuidar la vocación de los varones”. ¿Necesitaban ser servidos para perseverar, para vivir enamorados de Dios, para ser fieles?

Supongamos que la vocación “divina pensada desde antes de que los crearan, el beso en la frente” dependía de tener una casa limpia, comida rica, la ropa impecable, todos los días de sus vidas… Eso caía sobre el cuerpo, la psiquis y el alma de las numerarias auxiliares, que trabajan más de las 8.00 horas reglamentarias diarias. ¿Saben lo que significaban en la administración los días de fiesta? Significaban que las numerarias administradoras y las auxiliares debían deslomarse por sus opulentos copetines, comidas, postres, mantelería y ni hablar de la preparación de todos los paños de oratorio y ornamentos. Eran días en los que el trabajo se multiplicaba mientras el descanso de los varones también lo hacía.

¿Alguna vez, se preguntaron por las horas de trabajo y las horas de descanso de las auxiliares? O, si les pagaban y si así era, ¿si recibían el salario en mano?

Es increíble también el gran desgaste físico que requerían (aunque hoy en menor medida) los servicios… Una ex auxiliar me contó que estando en Roma, les solicitaron que romozaran y limpiaran los colchones de los centros de varones dependientes. Los colchones, de lana, eran cerca de 100, y había que sacarlos, pasarlos a la administración, llevarlos a una terraza, abrirlos, abrir la lana, sacudirla, volver a armar el colchón y ponerlos en las camas que además debían dejar tendidas. ¿Se dio cuenta del peso que cargaron sobre sus espaldas las “hermanas pequeñas”? ¿Qué hubiese costado que cada uno dejara su colchón en la puerta de la administración?

Aquí vemos con razón, lo que decía Escrivá “la administración es la columna vertebral de la Obra”, pues claro, el servirlos caía sobre sus columnas vertebrales, articulaciones, músculos, etc., etc. Para otro escrito dejo el reflexionar sobre las bolsas de papa que cargaban, la limpieza de rodillas de pisos y duchas, miles de vajilla que lavar, kilos de ropa que lavar y planchar…

Hoy nos encontramos con 43 ex "hermanas pequeñas" que se organizaron para reclamar la reparación de muchas mentiras, malos tratos, no pago de los aportes jubilatorios, discriminación, traslado de un país a otro y aun siendo menores del interior del país a la capital, donde sirvieron en centros de varones. Las “hermanas pequeñas” hicieron lío (al decir de Francisco), con mucha valentía y apoyándose unas a otras, pues el golpe en la psiquis y en el alma de revivir lo vivido en la obra, tiene consecuencias y ni les cuento, leer las respuestas mentirosas de las oficinas de prensa del opus. Mujeres bravas y valientes, abrieron camino a muchas iniciativas para desenmascarar al “perfecto” opus.

Sería de buenos corazones que salgan ustedes a hablar, a dar testimonio público en donde puedan y sea, a decir que es cierto lo que dicen las ex numerarias auxiliares si recibieron sus servicios.

¿Dónde están los varones?

Sinculpa




 

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