Numerarios: hacedlo por ellas.- Mediterráneo
NUMERARIOS: HACEDLO POR ELLAS
Por eso me planteo lo siguiente: cambiar el sistema en el que viven las nax pasa por los numerarios y numerarias. En el momento en que los numerarios se nieguen a ser servidos de esta forma desaparecerá el problema. Y lo mismo en los centros de numerarias con las personas que los atienden. En mi centro hay numerarias que están en contra de mantener este estilo de vida. Y si tuvieran margen de maniobra, lo cambiarían. Mientras, no pactan y hacen lo que pueden.
El párrafo anterior pertenece a un testimonio que se leyó en los coloquios de Àgora del viernes 13 de octubre. Conozco a la autora de esta carta y tengo su permiso para publicar este párrafo aquí.
Y quiero publicarlo porque nunca se me había ocurrido que la solución pudiera venir por ahí, pero no es la primera vez que mi amiga Lara me hace caer en la cuenta de cosas. Envidio tu cabeza, Lara, guapa.
Numerarios que me leéis: ¿no creéis que vale la pena intentarlo? De entrada os digo que mejor pedir perdón que permiso. La vieja guardia es la que es, y cualquier cosa que huela a cambio, anatema sit et di te perdant! Pero no necesitáis la venia de nadie para que, en vuestra casa, se pueda empezar a funcionar como personas normales, personas que están en medio del mundo, por ejemplo durante los fines de semana.
Muchos de vosotros tenéis trabajos externos. Escucháis a vuestros compañeros, sabéis sus planes de fin de semana, conocéis, más o menos, su día a día. ¿No os dais cuenta de que sois vosotros quienes no estáis en medio del mundo? ¿No os dais cuenta de estar viviendo en otra galaxia? Cualquier compañero vuestro sale del trabajo y pasa por el supermercado, la tintorería, la farmacia, la panadería. Cualquier compañero vuestro cocina, pone lavadoras, pasa el aspirador, llena y vacía el lavavajillas. Si hay niños de por medio, elevad estas tareas a la sexta potencia.
Soy consciente de que no puede suceder de la noche a la mañana. Soy consciente de que es un gran salto no ya hacia lo desconocido sino hacia la incomodidad, porque, reconozcámoslo, vuestra vida, ahora mismo y según está montado el sistema, es muy, muy, muy cómoda. Es tan cómoda que pertenece a un mundo que ya no existe y os hace, a vosotros que vivís en él, una especie rara. Os extrae de la normalidad, os elimina de la clasificación “gente corriente” y os saca fuera del colectivo “los demás”.
Sin embargo, y la pregunta es para vuestras conciencias, ¿os parece justo vivir como vivís, sabiendo, como sabéis ahora, lo que hay detrás de vuestra comodidad? Si pudierais, si estuviera en vuestras manos, ¿no querríais cambiar eso?
Pues podéis cambiarlo y está en vuestras manos, vosotros tenéis el poder, de vosotros depende y vosotros decidís. No va a suceder de la noche a la mañana, os decía antes, pero sí puede suceder de viernes a domingo. ¿Quién no se atreve a entrar en Mercadona, me invento, y comprar dos tortillas de patata ya hechas, que solo necesitan un microondas o, si ya vamos a por nivel, una sartén con su tapa y dos gotas de aceite? ¿Quién no se atreve a ir a la panadería de la esquina el sábado por la mañana, a por el pan recién hecho, o a por unos croissants que calentará en el horno? ¿Quién no se atreve a entrar en la cocina el sábado a media mañana y seguir, pasito a pasito, una receta sencilla, la que sea, que me comprometo a proporcionaros con detalles exhaustivos para que sea un éxito?
Hacerlo vosotros supondrá que una auxiliar ha corrido menos y, con un poquito de suerte, ha podido descansar más. No podéis controlar qué le impondrá la numeraria militar y soberbia (¡muy bueno tu escrito, Millennial!) de turno, pero, en lo que dependa de vosotros, tendréis el orgullo de haber hecho cuanto estaba en vuestra mano hacer. Y habréis empezado a cambiar las cosas.
Hacedlo por ellas. Por favor, hacedlo por ellas.
Mediterráneo
"Las cosas que aquí se ven / ni los diablos las pensaron" - José Hernández, "El gaucho Martín Fierro".
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Sofía Pérez Mendoza
14 de octubre de 2023 22:26h
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