Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

Correspondencia
Inicio
Quiénes somos
Correspondencia
Libros silenciados
Documentos internos del Opus Dei
Tus escritos
Recursos para seguir adelante
La trampa de la vocación
Recortes de prensa
Sobre esta web (FAQs)
Contacta con nosotros si...
Homenaje
Links
Si quieres ayudar económicamente...

Google

en opuslibros

Si quieres ayudar económicamente al sostenimiento de Opuslibros puedes hacerlo desde aquí.


CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 23 de Agosto de 2023



Los desilusionados que se quedan.- Aquilina (Elena)


Los desilusionados que se quedan

Aquilina, 23/08/2023

 

En estas últimas semanas, a raíz de todo lo que está pasando relativo a la Prelatura del Opus Dei, me he encontrado en distintas ocasiones escuchando comentarios de incomprensión hacia “los de dentro” que, incluso empezando a madurar una actitud crítica –y hasta muy crítica- hacia la institución, no llegan a la decisión de abandonarla. Unos cuantos de nosotros no logramos entender cómo es posible, una vez que se enteran de lo equivocado de la situación vital en la que se encuentran, que no la abandone.

Yo, sin defender una actitud o la otra, una decisión o la otra, y sobre todo con el deseo –que creo necesario por un cristiano-, de no juzgar la conciencia de los demás, con el sólo deseo de entender –no necesariamente de justificar- actitudes muy distintas de los que hemos salido, quisiera formular unas cuantas razones que noto que nunca salen en las discusiones acerca de las responsabilidades y actitudes de los de dentro, especialmente los “de a pie”, que se quedan aunque sean críticos con la institución.

No voy a hablar aquí de los que dicen que se quedan. Piensan que sólo quedándose, desde dentro, pueden hacer algo para reformar el Opus Dei y para cuidar a las personas que le han sido confiadas. Pensando en esa categoría me sale inmediatamente de pensar en Stoner, una persona cuyos escritos en Opuslibros no dejan en mí la menor duda de su rectitud y entereza unidas a una capacidad crítica despejada. Seguro que habrá otros como él.

Habrá otros que se quedan a contrapelo, forzados por situaciones laborales, económicas, familiares o de edad que les impiden cambiar radicalmente el rumbo de su vida.

Pero ahora lo que quiero es intentar comprender las razones de los desilusionados que se quedan, reconociendo los muchos errores en que viven, de los menos coherentes, de los más frágiles de carácter y emocionalmente, que tendrían ya razones y desengaños suficientes para irse, y no obstante se quedan.

Creo que es necesario empezar subrayando que no es cierto que “somos todos iguales”. Lo somos por dignidad y derechos, pero por carácter, capacidades, condicionamientos culturales, etc., somos diversísimos, y eso condiciona nuestras capacidades de reaccionar.

La primera consideración que me sale es acerca de algo que puedo definir “ignorancia invencible”. Quizá sea un concepto algo raro en nuestros días, y al que no estamos acostumbradas a hacer referencia. O si lo consideramos estamos acostumbrados a referirlo a los salvajes de tierras lejanas. Eso es debido, creo yo, a la exagerada importancia que se da, en la cultura occidental, a la razón en detrimento de las emociones. La palabra “ignorancia” tiene una referencia directa con los conocimientos, y por lo tanto con la razón, pero la “ignorancia invencible” puede afectar tanto a la razón como a la afectividad, los sentimientos y las emociones. Puede darse cuando, por falta de una sana autoestima, no se logra valorizar la importancia de la propia capacidad crítica, se tiende a minusvalorarla y a no confiar en ella. Y esta forma de “ignorancia”, de “incapacidad emotiva” puede darse perfectamente también en personas evolucionadas culturalmente.

Desde los primeros momentos de la vida en el Opus Dei se actúa sobre las personas para menguar las capacidades críticas hacia la institución, que se hacen pasar por “mal espíritu”, y fomentar la aceptación supina del “buen espíritu” fundacional. Esto hace posible que a los de dentro, llegados a cierta edad, esa ignorancia acerca del valor la propias capacidades los lleve a no confiar lo suficiente en sí mismo como para darle un cambio tan radical a su vida. Ven cosas que no les convencen, tienen dudas, pero no confían lo suficiente en sí mismos, o quizá confían demasiado en las aprobaciones eclesiásticas, en la autoridad moral que están condicionados a otorgar a los directores, para llegar hasta las últimas consecuencias. También  puede llegar a darse, como argumenté ya en el pasado, una situación mental que es como un mecanismo de interrupción de conexiones sinápticas, y no se logra llegar hasta las últimas conclusiones de las razones que sí se intuyen, pero que no se tiene la capacidad de llevar a sus últimas consecuencias, porque eso llevaría al derrumbamiento de todo el edificio existencial, y no todos tienen fuerzas para eso.

Un ejemplo en el mundo de fuera de lo que intento explicar son los tantos casos de violencia conyugal: hay tantas mujeres –no necesariamente ignorantes o sin recursos- que no saben salir de una vida de pareja violenta y humillante, algunas hasta perder la vida. También en ese caso se ve que no es suficiente la razón para ver, que si abandonas a esa pareja, ¡sería algo justo y hacerlo cuando antes!

Otro aspecto: hay personas –yo fui una de ellas en la primera parte de mi vida- que por carácter y por educación familiar, están orientadas a buscar fuera de sí la verdad. Tienen una conciencia fundamentalmente heterónoma. No confían lo suficiente en sí mismas como para arriesgarse a ir contra corriente en el ambiente al que pertenecen, mucho menos para arriesgar lo que están condicionadas a ver como condición para la salvación de su alma: una fidelidad más allá de lo razonable. Es una forma de inmadurez de la que NO siempre se puede salir por la pura fuerza de voluntad: hay condicionamientos culturales, de carácter, experienciales, y en eso no somos todos iguales, cada uno reacciona como puede y como sabe. Hay personas que necesitan, que no pueden renunciar, a que alguien desde fuera le confirme lo que es justo y lo que es equivocado, aunque lo vislumbren, pero no tienen la necesaria confianza en sí mismos para asumirlo y reaccionar.

En fin, un último argumento para intentar entender esa situaciones: si todos, al recibir un mismo input,  reaccionáramos necesariamente con el mismo output, no seríamos personas, seríamos ordenadores.

Todas estas razones creo que puedan ayudar a explicar la diferencia de reacciones -que no acabamos de comprender- en quienes ven derrumbarse su confianza total en la Institución, y no obstante, no llegan a desligar sus vidas de esas promesas incumplidas...

Aquilina (Elena)

 





Mi foto para Quiénes Somos.- Antonio Moya Somolinos

 

Quiénes somos

 

 

 

Antonio Moya Somolinos, 42,5 años engañado como numerario. Al fin libre.

 

Gracias a Dios pienso poco en gente tóxica (Escrivá, del Portillo, Echevarría, Ocáriz). Pero cada vez que me vienen esos malos pensamientos… amo más a mi perro.

 





ZOOM: Volvemos en AGORA COLOQUIOS EN LIBERTAD.- Antonio Moya


VOLVEMOS EL 1 DE SETIEMBRE

AHORA EN “AGORA-COLOQUIOS-EN-LIBERTAD”

Antonio Moya Somolinos, 23/08/2023

 

Después de un verano que se sabía que iba a ser agitado (aunque no lo esperábamos tanto), volvemos los COLOQUIOS EN LIBERTAD SOBRE EL OPUS DEI. Como ya informamos en la última reunión (la número 40) el pasado 28 de julio, nos volveremos a ver on line el 1 de setiembre, pero tendremos la tertulia en “otro bar”, aunque todo seguirá de forma igual, con la misma espontaneidad de siempre. En vez de tener las reuniones en Agora Quántica, las vamos a tener ahora en otro canal, “Agora Coloquios en Libertad”.

Serán en la plataforma Zoom, por lo que quienes quieran participar encontrarán la misma mecánica de actuación. El enlace lo proporcionará a partir de ahora la nueva plataforma Agora Coloquios en Libertad. Animo a los que estén interesados a que se suscriban.

Si miráis en la web de la nueva plataforma veréis que, de acuerdo con Agora Quántica, hemos migrado los coloquios que tuvimos el curso pasado. Al migrarlos hemos hecho algunos retoques tales como cortar las reuniones demasiado largas o quitar algún espacio muerto en el que la comunicación no funcionó, etc.

Podéis ver que las visualizaciones de los videos migrados son pequeñas debido a que cuando se migran videos de youtube a otro canal el número de visualizaciones anterior se pierde. No nos importa, pues lo verdaderamente importante es que haya quien los haya visto y le haya servido para formar sus propias opiniones.

En el nuevo canal hemos pensado introducir algunas novedades pensando en hacer más ágil la consulta sobre aspectos del Opus Dei. En el nuevo canal el formato va a ser triple: 1.los coloquios, 2.los extractos de coloquios por temas (de unos 6-15 minutos) con alguna edición y 3. los shorts (que son videos de uno a tres minutos, extraídos de los coloquios o grabados expresamente).

A ese triple formato le agregamos un nuevo contenido: el diccionario de términos exclusivos de la jerga del Opus Dei. A esto le hemos empezado a añadir otros coloquios reducidos a unas 4 o 5 personas, las mesas redondas. Son piezas más breves para quien no quiere presenciar 1 o 2 horas de coloquio porque le parezcan demasiado largas.

En los coloquios, para garantizar que todo va a ir bien va a haber tres personas: El dueño/la dueña del zoom, el/la que manejará el chat y los ingresos al zoom y el/la moderador/a, más o menos como hasta ahora:

De manera parecida a Agora Quántica, la nueva plataforma no se dedica solo al Opus Dei, sino que también tiene otros contenidos. Podéis echar un vistazo en este enlace: Ágora - YouTube

Seguimos, como en Agora Quántica, estando abiertos a todo el que quiera participar, a los de dentro del Opus también. Aquí no descalificamos a nadie por ser del Opus o no serlo. No descalificamos a las personas pero practicamos la crítica con libertad sin pretender imponer creencias a nadie.

O sea, que después de descansar un poco en verano, volvemos a tener estos coloquios. Agradecemos a Agora Quántica que nos haya acogido con tal espíritu de libertad. Después de estos meses de coloquios hemos hecho muchos y muy buenos amigos, hemos compartido ideas, experiencias vividas que han ayudado a muchos a sanar las heridas que les dejó el Opus a su paso por esa secta. Hemos fomentado la amistad con gente “de dentro” que ahora mismo no saben por dónde tirar o que, dentro del Opus, se ven en un callejón sin salida o sin un futuro feliz. Desde estos coloquios queremos ayudar a los de dentro a que sanen sus heridas y disciernan en libertad. La experiencia ha sido buena y el 1 de setiembre volvemos.

Antonio Moya Somolinos.

 





Francisco al Opus Dei: volver al carisma.- Agustina

 

De “Ad Charisma Tuendum” al segundo Motu Proppio papal, pasando por el Congreso Extraordinario

 

Francisco al Opus Dei: volver al carisma

 

15.08.2023 Jesús Martínez Gordo

“Poco a poco, se fueron conociendo preocupantes informes críticos sobre los modos de proceder y sobre las particulares opciones de la Prelatura; en particular, por parte de personas que, habiendo pertenecido a ella, habían decidido abandonarla. Y que lo hicieran, comunicando los motivos y razones de dicha marcha”.

“La Prelatura personal, se podía leer, no solo “iba por libre” en las iglesias locales, sino que, visto su proceder, emitía el mensaje de que podía hacerlo porque contaba con el respaldo del Papa y de su curia”

 

Artículo completo en Religión Digital

 

 





Mi experiencia en el Opus Dei.- Cuaderno


Mi experiencia en el Opus Dei

Edu Nauram

 

El Opus Dei es visto en España con una de aura de misticismo, sobre todo en la sociedad progresista. Se dice que es una secta, que controla el poder, que son radicales católicos… Gran parte de esta fama se construye a partir del hecho de que la mentalidad de las personas que viven dentro del entorno de la Obra (que así es como la gente dentro del Opus Dei llama la organización) y la gente de fuera, de la sociedad normal, es tan distinta que en muchos casos la comunicación y comprensión de las identidades culturales del otro bando se vuelven imposibles en la práctica, y la gente no puede evitar recurrir a la suposición y el mito para intentar explicar la mera existencia de una situación tal. Yo lo sé bien, porque lo he vivido. Pasé doce años estudiando en un colegio del Opus. También fui asiduo de un llamado club juvenil de adolescente, en el que estuve cerca de volverme miembro célibe. Y también estudié un año en la UNAV…

 

Testimonio completo en El Cuaderno Digital  

 

 

 




 

Correos Anteriores

Ir a la correspondencia del día

Ir a la nuevaweb

 

Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?