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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 19 de Enero de 2022



Las deudas no se pagan rezando.- Leticia

Todo se paga aquí en la tierra, no en el cielo como dicen otros, no señor acá mismo.

Les estaríamos facilitando la paga de culpas aquí en la tierra, con lo cual, cuidado con lo que dicen las directoras a las personas que tomaron la decisión de dejar la obra, me refiero a las palabras hirientes que usan al decirnos que es “El Castigo de Dios” lo que nos suceda fuera por dejar la obra.

También el abandono de personas cuando ya no puedes trabajar y nadie se hace cargo de ti, por cierto, muy triste. Conozco personas que estuvieron postradas en una cama muy mal y nadie se acordó de alcanzarle algunos alimentos. Qué clase de familia, ¿no?

Qué feo tener hermanos tan inhumanos y madres que no se acuerdan de sus hijos, qué espanto. Otras que solucionan todo con pastillas, conozco varias nax y numerarias que tomaron más de 20 pastillas diarias y así estaban bien mal. Algunas dormían, otras reaccionaron de distinta manera y estas son algunas de esas historias:

Una que ya no quería vivir intentó en varias ocasiones sacarse la vida.

Otra que se enfrentaba a quien la mire.

Otra que declararon loca y les hacían creer a los padres que su hija estaba loca.

El opus nos usó y nos descartó como si fuéramos un objeto inservible. La salida fue  traumática y difícil de superar, pero aquí sigo vivita y coleando pero muy muy feliz con mi familia, que logré hacer a pesar de todo. Cuantas veces me he caído, me levanté, me sacudí y seguí mi camino. Sé muy bien que se puede. No podía ser que una vez que salí de guatemala me espere un guatepeor, y tomé la decisión de casarme y hasta humano hice, por cierto tengo una hija maravillosa, hecha con gusto no con susto, cuando dentro me decían que no había nada para mí fuera del opus. ¿Dios me mandó al mundo solo para ser burro del opus? En otras palabras que HORROR SER NAX.

Saludos,

Leticia





Las manos de la Auxiliares.- Antonia

Lo primero de todo desearos a todos feliz año 2022.

Hace mucho que no entro, por pereza y también hay cosas que me paralizan un poco, ya que yo sigo ahí y no puedo decir todo lo que me gustaría. Pienso muchas veces en Carmen Tapia, esa gran mujer luchadora y se me hiela la sangre, lo que tuvo que aguantar de humillaciones, y desprecios. Menos mal que Dios lo ve todo y le habrá dado el cielo que necesita.

Quería contestar a Tuces. Me ha sorprendido su escrito, me he sentido reflejada en los de las manos, pues lo pasé. Fue un calvario ya que nuestros instrumentos de trabajo son las manos, manos en el planchero, manos en el office, en la cocina, manos para hacer las formas, manos para planchar, etc. Nuestras manos siempre estaban en funcionamiento y a veces me daba pena ver las manos tan desgastadas de algunas nax por el agua caliente y los jabones. Ahora pienso que todo puede ser por causa de estrés agotamiento y cansancio, (lo de las grietas) porque yo nunca había tenido ese problema hasta que estuve en el centro de estudios que me salían heridas y grietas en los dedos y tenía que estar con una pomada, guantes de tela y guantes de goma encima y así se te hacía muy difícil trabajar. Si ya de por sí las cosas eran difíciles, nuevas, e intensas, esto todavía lo aumentaba más pues no hay que olvidar que en un centro de estudios hay un horario muy exigente para que no perdamos el tiempo. Un tiempo lleno. Con las clases, los trabajos, las normas y las comidas ya tenías el día más que completo..

Tuces también se refiere en su carta sobre la fraternidad. A veces deja mucho que desear porque yo noto mucha exigencia y te corrigen para que vivas bien el espíritu, para que sea Santa, para que se haga lo que está mandado, lo que está dicho lo que está escrito,. Y eso no es fraternidad, ni de lejos.

Hoy leyéndola me acordé de cuando hace unos años tuve fiebre en la administración y se lo tomaban un poco a broma, que no sería para tanto. Te hacen sentir como una persona que eres un poco floja o que no tienes muchas ganas de trabajar. Recuerdo que fue una mala temporada pues me estuve levantando más de 25 días con décimas de fiebre hasta que un día ya me levanté con 39, me puse el termómetro y lo dejé en la mesilla para que vinieran a verlo porque no pensaba levantarme hasta que no se me pasará todo... Ahí fui firme porque no podía más. Lo que tenía era un agotamiento tremendo y así estuve 4 días sin moverme pero es una pena que lo tengas que hacer por las malas porque es como si se creyeran que no tienes ganas de trabajar cuando dices que tienes 38 y décimas, que te encuentras cansada con escalofríos y que estás agotada. Y te contestan: bueno mujer pues nada a ver si se te pasa, abrígate bien. Esa fue toda la respuesta.

Ahora con los de las vacunas, el mes pasado, que he vuelto a tener fiebre, me acordé mucho de esa vivencia inhumana de estar sacando un trabajo con 38 y medio de fiebre durante dos y tres días. Ahora he hecho lo que hay que hacer, ante todo el sentido común. He comprado lo que había que comprar en la farmacia y descansar..... Pero claro, me he dado cuenta de que estar en casa de mis padres es muy distinto, realmente es donde te sientes en tu casa, donde miran por tu salud, por tu bienestar, por tu felicidad, sin indiferencia, sin dudar en que estás enferma.

Por cierto me ha dado mucha pena lo que comenta Tuces: que se valore más el orden más que la caridad. Pero es así. Que le escondieran los guantes, me parece que eso no es santidad, eso es ser maniática. O por lo menos se pueden hablar las cosas de otra manera y decir que en otro sitio estarían mejor guardados sobre todo cuando una casa vive mucha gente, se habla pero no te hacen esconderlos ¿para qué? ¿Para hacerte ver que estás haciendo algo mal? Es increíble hacértelo pasar mal de esa manera cuando no tienes tiempo para perder cuando estás todo el día corriendo y encima que  una se dedique a hacerte ver que eres una desordenada de esa manera tan poco caritativa. Hay otras formas y maneras, pero ya se ve que hay muchas cosas que están como viciadas de raíz y hay que dar un salto muy grande de calidad en lo que se refiere a la caridad y a la fraternidad y sencillez. Hay gente buena que sí que luchan por ello pero no sé qué es lo que pasa, dónde está el atasco

Parece que no todos van a lo mismo, entonces es como una incoherencia de vida que no ayuda ni anima a nadie a entrar. Más bien dan pena. ¡Esa doble vida!

Cuidaros. Y Mucho ánimo a todos.

Antonia




 

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