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CORRESPONDENCIA

Lunes, 11 de Abril de 2022

Alvaro del Portillo, el profeta Jeremías y las exnumerarias auxiliares

11 de abril de 2022 – E.B.E.

Desconozco si, al cambiar al Opus Dei de Dicasterio, el papa Francisco se habrá hecho acreedor de la maldición profetizada por Alvaro del Portillo, quien cita al profeta Jeremías para reforzar su autoridad y poder así pronunciar formalmente una maldición a todo aquel que "atente contra la divinidad" del Opus Dei.

«Ruego también que si, a lo largo de los siglos, alguno —no ocurrirá, estamos ciertos—, quisiera perversamente corromper ese espíritu que nos ha legado el Padre, o desviar la Obra de las características divinas con que nuestro Fundador nos la ha entregado, que el Señor lo confunda y le impida cometer ese crimen, causar ese daño a la Iglesia y a las almas (...). No podemos menos de recordar aquella severísima amonestación de la Escritura: maledictus, qui facit opus Domini fraudulenter (Ierem. XLVIII, 10). Entendedme bien: para un miembro de la Obra que tenga la desgracia de no ser fiel a su vocación, va toda nuestra comprensión, nuestro cariño, la piedad de todos, con el deseo de sacarlo adelante y, al menos, ayudarle a que se salve. Pero si no consistiera sólo en eso, si pretendiese desvirtuar la Obra de Dios, desviarla fraudulentamente, corromper su espíritu, se haría acreedor a la maldición divina» (Del Portillo, Álvaro, “Carta” 30-IX-1975, n. 39)

Ahora bien, el profeta Jeremías escribió un libro bastante extenso y habló de muchos temas (52 capítulos tiene dicho libro)…

Buenas tardes a todos,

el otro día con la carta de Mediterráneo “Tiene que saberse aunque el opus quiera silenciarnos” se me vinieron muchas cosas a la cabeza, muchos recuerdos se agolparon en mi mente. Me gustaría olvidarlos pero no lo consigo, se me quedan ahí en el subconsciente grabados pero me gustaría contarlos porque realmente sucedieron y porque me da la gana contarlos. Y porque aquí me siento libre aunque sé que a la obra no le gusta que se revuelva el pasado pero pasó y como pasó, no me los voy a guardar para mí sola. Intentaré, poco a poco, exteriorizar algunos recuerdos que para mí son notables e imborrables.

Lo que relato hoy es totalmente cierto sin exagerar nada. Quizás para quien no lo ha vivido son detalles que no tengan importancia pero para mí fue fuerte y me dolió porque vi, una vez más, que la institución está por encima de las personas. Y aunque me doliera tuve que tragar carros y carretas porque la presión fue muy fuerte y aunque me enfadara y lo hablara, no sirvió para nada...

Para los que se preguntan si lo escrito por Mediterráneo sobre las numerarias auxiliares ¿es tal cual? ¿en todos los países? Como ex numeraria auxiliar les digo y confirmo que así es y soy testigo de varias de esas anécdotas.

Así fuimos tratadas por orden del fundador, con más o menos cariño, más o menos consideración, iba a decir con más o menos respeto, pero respeto es una palabra que le queda muy grande al opus Dei. De hecho no respetaron nuestros derechos más básicos, así que no me digan ¡que fuimos tratadas con respeto!

Intentaron conformarnos levantando la bandera de un trabajo escondido y silencioso, con un por favor o un gracias, que no siempre llegaban, incluso a veces rozaba el trato que recibíamos con la mala educación, con la autosuficiencia, con la soberbia disfrazada de alta alcurnia que en personas entregadas a Dios nunca lo entendí. Ese afán por dejar en claro a qué lugar en la familia opus se pertenecía, dando paso muchas veces a la discriminación y al favoritismo entre "hermanos", por parte del prelado de turno y de los director@s. Había que obedecer al fundador que dispuso cómo tratar a sus "hijas pequeñas", incapacitadas según él para una serie de cosas pero no para trabajar en una administración siendo menores de edad.

Hacia ruido en la cabeza y en el corazón ser tratadas "como" y no "parte" de lo que se nos decía, que éramos hijas predilectas de esa familia. Pero una terminaba por justificar, tratando de convencerse de que el padre, ¡sí nos quería! Y pensar que poco faltó para oír decir al fundador que según él éramos un simpático gnomo...

Sigue sin reconocer el opus Dei que el daño más grande que nos hicieron fue hacernos creer que teníamos una vocación sobrenatural, con la cual se nos impuso trabajar única y exclusivamente para y en los centros del opus dei, ahí está la humillación más grande, no por el tipo de trabajo en sí, sino porque nos quitaron la libertad de elegir otra profesión u ocupación o el lugar donde trabajar porque, en nombre de la vocación de numeraria auxiliar, no tuvimos opción más que servir en las administraciones de la obra.

Engañarnos a nosotras y a nuestros padres sobre el estudio, para eso ellos nos dejaron ir, eso les dijeron cuando fuimos a un centro del opus Dei, que podíamos trabajar y estudiar. Nos hubieran dejado en nuestro pueblo porque para alimentarnos y verdadero amor de familia, en nuestras casas lo teníamos. Nuestros padres pensaban en nuestro futuro, no querían para nosotros el presente que ellos tenían.

Las numerarias auxiliares nos encontramos de frente muchas veces con el "elitismo" dentro del opus dei, a veces en forma de numerarias, de sacerdotes, de administradoras con aire de superioridad, portadoras y portadores de un apellido, estatus social y un poder económico muy superior al de las numerarias auxiliares, esto era suficiente para andar entre las numerarias auxiliares humillando, burlándose, para tratarlas con indiferencia, manifestando preferencia hacia otras nax por el color de piel o de ojos, países, capacidades. Como una numeraria que acompañó a una nax al médico y no le habló en todo el viaje, leyendo un libro ida, vuelta y espera en la consulta, haciéndole pasar un momento incomodo, dando ganas de decirles ¡Cuánto siento que la directora te haya pedido acompañarme!

No quiero entrar en detalles porque no puedo creer cómo no reaccioné cuando una y otra vez pisotearon mi dignidad. En fin, ¡así de ridículo es el elitismo dentro y fuera del opus!, triste huella del fundador, tan amante de la ostentación y el creerse superior por sus apellidos… ¿Cuáles? si los modificó... ¿Títulos comprados? El que verdaderamente tiene no necesita demostrar ni humillar a nadie.

¡Gracias a Dios, nos fuimos! ¡Felices Pascuas!

TUCES

Después de mucho tiempo me siento a escribir. ¿a escribir qué? O ¿sobre qué? Veamos.

Estos últimos meses con indignación y tristeza nos hemos enterado del sentir de muchas numerarias auxiliares, que ahora ya no están en la institución. ¿Qué significa salir de la institución?

Para ellas y para muchos fue dejar atrás una realidad estructurada llenas de obligaciones laborales y religiosas, sin tiempo para ellas mismas y sus realizaciones personales. El discurso que nos vendieron a todos fue que estamos llamados a ser santos y santos de altar. Ante esta perspectiva tocaba a todos llevar con alegría y buen humor las realidades que nos tocaban vivir a pesar de las múltiples incongruencias. A la obra entramos a entregarlo todo por la santidad, sin sacar a nadie de su sitio.

Sin embargo, yo me pregunto. ¿Las jóvenes ilusionadas que fueron a vivir a las residencias de la obra a sus 14 años, 15 años no eran sacadas de su sitio y no eran sometidas a procesos de adoctrinamiento y seducción de la vocación? Fueron pues seducidas con engaños y manipulación, pues no tenían a nadie que les hable de otra cosa y les haga ver otra realidad. A los 15 años, edad de grandes ideales, edad de adolescencia en las que nos sentimos con el derecho a decidir quiénes somos y en qué nos queremos convertir. La edad en la que vivimos un divorcio de nuestros padres y por lo tanto creemos que podemos comprometernos de por vida. Seguramente la Obra cambio muchas vidas, no dudo que muchas para bien pero también hay vidas que pasado el tiempo los años y las vivencias entran en una profunda depresión llena del sin sentido y de la nada.

El caso del padre Danilo, no es un caso aislado sino muy particular. En los años dentro de la institución he visto la depresión y las zozobra que puede causar la vida llena de los deberes y obligaciones del buen cristiano. Con seguridad hay un momento en que lejos de hacer y hacer, debes retirarte a disfrutar del silencio y quietud. ¿Cómo se puede hacer aquello si la oración no se vuelve un acto de amor sino una obligación? El momento en que dejas de hacerla te sientes el ser miserable que no puede cumplir con Dios, te sientes un cero a la izquierda llena de fallas. Y empiezas a sentir que no puedes dar a la talla.

Al desvincularme no he podido evitar sentirme culpable y culpar a la institución de hacerme sentir así. Hasta hoy, seis años después, me sorprendo repitiendo como un mantra “y las de la Obra no me llaman”... Y sola me respondo ¿para qué quiero que me llamen? ¿de verdad quiero seguir relacionándome con ellas? Yo misma me respondo: habrá en algún momento de la vida encuentros inevitables y con certeza me alegraré por ver a las personas que he querido, pero ahora no es momento. He roto el vínculo y lo mejor para mí es desvincularme de ellos.

De alguna manera hemos sido sometidos a un método de captación sectario, y la reconstrucción no es cuestión de días, son meses y años los que te llevan a entender el porqué. Aun no lo hago, pero sigo viviendo como decía alguien sin noticias del rejalgar.

Pasiva

Hola a todos:

Primero me refiero a Zartan que agradece el envío del documento episcopal francés sobre sectarismos católicos. Como todos en la página aporto mi granito de arena a esta labor de descubrimiento del verdadero rostro de esta institución que nos captó con malas artes. Gracias por las gracias. Me pregunto si hay alguno de los síntomas que no cumplamos: culto a la personalidad, corte con el exterior, manipulación e incoherencia de vida con sus correspondientes subapartados.

Pero ya ves, los obispos españoles no se dan por aludidos, como si no hubiera un problema con estos grupos que tanto éxito cosecharon entre la juventud católica de hace 30 años. Es verdaderamente curioso porque contamos lo que nos pasó a nosotros, pero lo lamentable es que hoy sabemos que no fuimos los únicos engañados por pretendidos personajes carismáticos…

El Papa hizo reformas que no satisfacen y desdibujan al Opus Dei

Fuentes ligadas a las 42 numerarias auxiliares denunciantes de Rosario y otras ciudades sostienen que la demanda fue "la gota que rebalsó el vaso"

Por Laura Vilche

Si bien aún el Papa no dio respuesta a las 42 ex numerarias auxiliares del Opus Dei que denunciaron en el Vaticano "reclusión engañosa y explotación laboral", sí hubo reformas en la curia que no satisfacen a los integrantes de la Obra afincados en este país y en el resto del mundo.

Fuentes ligadas a las denunciantes, siete de ellas prestadoras de sus serviles labores sin paga en Rosario, sostienen que "la reorganización del organigrama de la Iglesia que deja al Opus fuera de la congregación de los obispos, es un golpe más tras la múltiple denuncia argentina: la gota que rebalsó el vaso".

De todos modos, las mujeres que demandaron siguen esperando no solo que el Opus les pida perdón sino reparación económica al momento de transitar su vejez y luego de haber trabajado años sin salarios ni aportes.

Artículo completo en La Capital

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