CORRESPONDENCIA

Miércoles, 06 de Abril de 2005

Durante estos últimos días hemos asistido a un hecho histórico para todos nosotros: el fallecimiento de Juan Pablo II. Con unas breves líneas quería rendir un pequeño homenaje al Papa de mi vida, ya que por mi edad no he conocido conscientemente a ningún otro. Para ello quisiera hacer un breve relato de las veces en las que he estado cerca de él; he decir al respecto que no tuve la suerte de estar tan cerca como Satur o Nacho, pero eso es lo de menos, su fuerza y su carisma se transmitían incluso de lejos.

La primera vez que tuve la oportunidad de estar cerca de él fue en mi primer Univ, en el año 94. Fue la más especial de todas, no sólo por ser la primera, sino también porque fue la que más cerca estuve. De este encuentro, en el Aula Pablo VI de Roma guardo aún alguna foto que pude tomar al Pontífice a sólo unos metros de mí. Recuerdo que aún estaba en plenitud de facultades y que pude tocar una de sus manos cuando pasó saludando a las personas que se encontraban en la primera fila. Fue inolvidable la fuerza de sus palabras, el amor a Cristo y, especialmente a su Madre la Virgen.

Al año siguiente también estuve en la misma audiencia que anualmente concedía a los participantes en el Univ. Quizá de esta tenga un recuerdo más vago y apenas puedo resaltar nada concreto de la misma.

La tercera vez que pude estar con él fue en Loreto, en la Jornada Europea de los Jóvenes. Fue algo inolvidable, no sólo por la experiencia compartida con tantos jóvenes venidos de tantos países y de tantos movimientos juveniles, sino por lo volcado que estuvo Juan Pablo II en todo momento con todos nosotros. Aquí quiero hacer un inciso para referirme al testimonio de Flanpan en el que habla de que en los encuentros con el Papa apenas pudo saborear e interiorizar sus palabras. Quizá por mi formación anterior, distinta de la recibida en el Opus, tuve la suerte de vivir estos encuentros con una mentalidad diferente, más alegre, más entusiasta, más universal si se me permite la expresión, en el sentido de poder compartir esos momentos con la gran cantidad de jóvenes que como he mencionado anteriormente se dieron cita en esta jornada, logrando “desvincularme” del ambiente Opus.

Y lo mismo me sucedió en el siguiente encuentro, el del Jubileo del año 2000 en Roma. En esos momentos, a punto de abandonar mi vocación de numerario, me fue más difícil aislarme, dado que el director de turno no dejó de darme el coñazo para que, siguiendo el ejemplo del Papa, cada vez más anciano y agotado, me entregara plenamente a Dios a través del Opus, dejándome exprimir como un limón y todo eso. No obstante, traté de vivir el encuentro con la mentalidad del 96, y la verdad es que pude disfrutar mucho y las palabras de Juan Pablo II calaron muy hondo dentro de mí.

La última vez que vi al Papa fue en Roma con motivo de la Canonización de Escrivá, si bien, no fue tan especial como las anteriores. Dejo al libre albedrío del lector cualquier tipo de elucubración al respecto.

Con estas breves semblanzas he querido rendir un merecido homenaje a una gran personalidad que ha cambiado la Historia de su tiempo, haciendo a su vez Historia, a un gran hombre, grande de espíritu y grande de corazón, que ha sabido ganarse el cariño, el respeto y la admiración de todos, creyentes y no creyentes, cristianos, judíos, budistas…, religiosos y laicos. Un hombre sabio, trabajador, bueno, coherente, fuerte. En definitiva, mi humilde homenaje a un santo.

Descanse en paz, Juan Pablo II.

Guttemberg

Tenía 16 años cuando Karol Woytila fue elegido Papa. Recuerdo lo que sentí en ese mes de octubre de 1978 como si fuese hoy mismo: la sorpresa, la alegría, la esperanza en sus palabras: "¡No tengáis miedo. Abrid las puertas a Jesucristo!"

Con alto y bajos, he procurado seguir su consejo a lo largo de toda mi vida: dejar que Dios me guíe interiormente en las elecciones que he ido haciendo: en la vida profesional, en la vida familiar, en la participación en la Iglesia y en la sociedad...

En el momento de irme del Opus Dei, fue también el Señor Jesús quien me guió. Iluminó mi consciencia de tal forma que yo tomé consciencia de que seguía el camino equivocado. Sin su luz me hubiera quedado perdida, triste, afligida... Por el contrario, me sentí repleta de paz y serenidad. Y cuando miro para atrás, agradezco a Dios por, en todas las fases de mi vida, haberme mostrado la variedad y la riqueza existentes en la Iglesia.

En estos días tan difíciles -porque las separación nos cuesta-, Le agradezco haber colocado al frente de la Iglesia al Santo Padre Juan Pablo II.

Gracias, Señor! A Ti confiamos su alma! A Ti confiamos la vida de la Iglesia y la elección del nuevo Papa!

Marypt

El texto original, en portugués...

Encontré este enlace después de leer El Código Da Vinci y sentir picada mi curiosidad. Al leer algunos testimonios, empecé a recordar y a entender algunas cosas. Yo tuve un novio que pertenece al Opus Dei, y entrar al mundo que ustedes describen aquí, es volver al pasado,  reencontrarme con lo que yo viví entonces y ver cosas que en aquel tiempo no supe ver. Les quiero compartir mi testimonio pues creo que la mayoría de ustedes no saben lo que vivimos los que estamos ‘cerca’ de quienes pertenecen al Opus.

Hace ya 20 años conocí en México, a un muchacho español que vino con toda su familia a ‘probar fortuna’ según entendí entonces. El y yo nos enamoramos y empezamos un noviazgo que duraría mas de seis años.

En todo ese tiempo realmente nunca le di importancia al hecho de que ellos pertenecieran al Opus Dei,  mi impresión al respecto era que eran bastante conservadores y que observaban todas las formas religiosas pero nada más, solo sabía que el  requisito indispensable para que ellos aceptaran nuestro noviazgo era que yo fuera católica...

Querida Ana:

Dices en tu escrito del 4 de abril que todo pitaje es forzado. Pues el mío no lo fue. O fue forzado pero por mi que tenía muy claro que quería pitar. Y ahora soy muy feliz siendo realmente una persona normal (en la medida en que alguien pueda ser normal) en medio del mundo pero no reniego de mi pasado. Alguna cosa mala haría dentro pero igual que ahora. Cuando me fui no me dijeron que me iba a condenar, me pidieron perdón por lo que me había perdido esos años. Creo que no perdí nada importante (como ya conté, dediqué unos años a recuperar tiempo en los asuntos retrasados: trato con mujeres e ingesta de alcohol) y que me llevé cosas muy buenas de allí (algunos de mis mejores amigos que son ex-numerarios y que de otro modo no habría conocido). Y mi experiencia, salvo el último año, fue positiva. Cuando tú consideras que todo lo del opus dei está viciado y podrido (supongo que te incluyes a ti cuando eras del opus dei) me hierbe la sangre igual que cuando un casual visitante entra en la Web arremetiendo contra todo y todos los que escribimos aquí. Supongo que se te pasará y entonces tal vez te arrepientas de algunas de las cosas que ahora dices. O tal vez no, yo qué sé. Tengo la fortuna de no tener las ideas claras como los que lo ven todo blanco o todo negro. Veo colores como diría Satur.

Otra cosa es que me parezca mal que dejen pitar a los 14 años y medio (que me parece muy mal) y luego te planteen la oblación como un paso "necesario". Creo que, como se ve que hacía Luis Usera, a los adscritos que van a hacer la oblación hay que plantearles la vocación de nuevo. O quizá no debería plantearse en ningún caso antes de los 18 años o incluso después dependiendo de la madurez de cada persona.

Dices también: "Yo creo en la providencia y pienso que quien me ha creado tiene un plan para mí, pero me niego a aceptar que nadie ni el opus ni cualquier otro ser humano esté autorizado para decirme este es tu camino y no hay otro".

Pues entonces no le digas tú a nadie cuál no es su camino.

No creo en las cospiraciones de mentes perversas decidiendo que hay que comer el coco a muchos jovencitos para que luego nuestras arcas se llenen, por ejemplo. Me parece más bien que hay personas que quieren hacer el bien y que cometen errores, a veces tan gordos que sería mejor que no pusieran tanto empeño en hacer el bien. A ver si me sale el cuadro:

(orejas, os lo envío por correo)

Estoy de acuerdo en que la buena intención no justifica los actos que en sí son malos y que pueden tener nefastas consecuencias. Seguro que esta frase la firmaría cualquier director del opus dei, también los que cometen errores porque no se dan cuenta. Y todos cometemos errores que tienen consecuencias malas en otros. Si a ti no te pasa, Ana, no eres de este mundo.

Stefan Zweig escribió un librito titulado en español "Lo ojos del hermano eterno". Virata era un tipo que quería ser muy justo y muy bueno. Pero cuando hacía cosas para mejorar el mundo que le rodeaba, sus acciones siempre tenían algunas consecuencias incontrolables nocivas. Al final vio que la única manera de no provocar cosecuencias indeseadas consistía en no hacer nada. se fue a una cabaña en el bosque a vivir sólo. Pero la gente, que le admiraba, le siguió. Una desgracia.

El problema está en la ceguera, creo yo. Y la ceguera es una enfermedad que en mayor o menor medida nos afecta a todos (menos a Dios que lo ve todo). Y qué quieres que te diga Ana, yo sigo admirando a la gente que dedica su vida a un ideal aunque se equivoque. Supongo que tu "cruzada" por desenmascarar al opus dei está movida por buenas intenciones (espero que no sea un simple rebote). Igual que no dudo de tus intenciones aunque no esté de acuerdo con muchas de tus críticas, tampoco dudo de las intenciones de "los directores" del opus dei en general. Aunque algunos hagan cosas bochornosas que claman al cielo con buenas intenciones.

Vaya rollo. Un abrazo a Ana y a todos,

Eutimio

Siguiendo la linea de mis escritos "critica" querria hablar de la gran contradiccion a la cual se ve sometida la iglesia , si digo esto es porque si analizaramos su doctrina, lo que ellos promulgan y luego lo que ellos hacen, nos dariamos cuenta de que se contradicen.

Una vez un profesor mio de religion me dijo que  lo mas grande, el mayor tesoro que Dios nos a dado es la libertad de:
                            -acto

                           -pensamiento

si esto fuera asi, el opus dei  y todo tipo de sectas que someten a las perosnas  serian automaticamente  tachadas de anti eclesiasticas (si tomamos a la Iglesia como un organo justo). El aborto y la eutanasia quedarian en mejor lugar del que ocupan actualmente ya que la libertad de una persona acaba cuando empieza la de otra, esto puede desmontar el aborto, pero no la eutanasia ya que el sufrimiento es prsonal.

Espero que con el nuevo papa (pedro apostol pontifice augusto) la iglesia se modernice, y vaya acorde con los tiempos que corren.

CHECHE

Hola  “Labuhardilla”

Lo primero de todo darte las gracias por haber contestado a mi envío.  Este mensaje no tiene apenas que ver con el Opus  y va mas bien dirigido a ti, así  que a quien no le interese leerlo que se abstenga.

Tienes toda la razón al decir  que una negligencia médica es algo “muy grave” y soy bien consciente de que una acusación en falso es un delito. No sabes como me encantaría  poder dar mas detalles  sobre lo negligentes que han sido los médicos que trataron a mi “familiar”,  te aseguro que “alucinarías”. Sin embargo soy prudente y puesto que son muchos  los que se meten y leen esta página y uno nunca sabe “quien esta detrás”, pues por ahora tendré que morderme la lengua... 

Querido Flanpan (4-IV):

Muy humilde y emotiva tu queja por no haber aprovechado a fondo las enseñanzas de Juan Pablo II.  Te felicito por tu candor, tu franqueza y tus sentimientos, lo digo de verdad.  Pero con todo respeto y cariño, tío ¿en qué centros has estado? porque no me explico cómo pasaste por ahí sin ser expuesto al mensaje de Juan Pablo II. 

Lo que yo viví no tiene nada que ver con lo que nos cuentas...

Querido Flanpan:

Tu testimonio del lunes pasado me ha parecido, como siempre, muy bueno. Coincido plenamente contigo.  En el lado oscuro tienen mas interés en que leas Crónica y las cartas del prelado que en que leas los documentos del Papa.  Apenas una pequeňa diferencia en mi experiencia personal. Yo estaba encantado con todo lo que escribía el Papa. Me lo leía, lo estudiaba y me servia como material de trabajo. Luego lo transmitía a los supernumerarios a mi cargo a través de charlas y círculos. Tomé la buena costumbre de explicar en los círculos los temas que me daba la gana en lugar de ceňirme a las obsesiones  permanentes en el lado oscuro. Me fastidiaba, me desconcertaba, me dolía observar todo lo que seňalas en tu escrito. La mayoría de los numerarios no leían las encíclicas y discursos del Papa. Puedo asegurar que en mi centro no seriamos más de dos o tres los que lo hacíamos. Los demás pasaban. Algunos creo que ni siquiera hubieran sido capaces de entenderle si le hubieran leído. Ese es otro tema interesante, puede que para otro día. Allá nos quisieron convencer de que recibíamos una formación filosófica y teológica de primera. Algunos se lo creen aunque sean incapaces de entender la Laborem Exercens y eso que trata sobre lo que se supone que ellos santifican. Olé la formación filosófico-teológica que nos dieron.

Un abrazo y hasta pronto.

Dionisio

He estado leyendo estos días lo que dicen Ana Azanza y Fulcro en relación con la coacción y los modos con los que se “invita” a pitar (pedir la admisión) a muchos jóvenes y no tan jóvenes en el Opus.

He de decir que estoy totalmente de acuerdo con ellos. A mayores y, por experiencias personales vividas dentro de la Opus, esto es también extensible a facetas puramente apostólicas, y no únicamente proselitistas. Voy a tratar de ilustrar lo que digo con dos anéldotas que me sucedieron en el mismo lugar en dos años consecutivos...

Mis felicitaciones a la web por la noticia que publicó el lunes, acerca de las entradas a la web alcanzadas, lo cual merece una reflexión acerca de qué significa ese número.

Ese número indica que acá hay mucho más que "odio, resentimiento y cobardía", caracterizaciones asignadas, como esenciales a esta web, por parte de quienes sólo quieren leer la "versión oficial" de lo que es la Obra, y además "imponerla" -cuándo no la coacción- por todas partes.

¿Entonces, podría ser acaso la misma razón que hace del Codigo Da Vinci un "exito", que este sitio tenga "exito" porque despierta curiosidad, produce entretenimiento y hasta tal vez atraiga debido a cierta morbosidad?

La razón es, principalmente, una sola: es un sitio web en español -al margen de los foros, chat, o blogs- donde se puede dialogar o escribir de la (prelatura) Opus Dei de manera libre, donde se puede escuchar la otra campana, que lejos de tener la monotonía de la "campana oficial", aquí se conocen y expresan contenidos "inéditos" o al menos nunca compartidos de manera colectiva.

Esto sólo, más que atractivo divertimento, es resultado de una necesidad, de una "sed de verdad", que surge de lo más profundo del alma. Este sitio responde a un "impulso irresistible" más que a un "pasatiempo" como bien es el Código da Vinci. Son cosas muy diferentes. Este sitio es realidad, mientras que aquella novela es pura ficción.

Es por eso, otra gran diferencia con los fenómenos como el Código Da Vinci, por lo que este sitio es "irresistiblemente atrayente" especialmente para quienes conocen muy bien la Obra y saben de qué va, mientras que libros como el Código Da Vinci son atractivos especialmente para quienes no tienen ningún conocimiento del asunto y quieren dar rienda suelta a la fantasía más que buscar respuestas en la realidad.

Obras de ficción como el Código da Vinci pueden producirse y recrearse de maneras diversas, infinitas. En cambio, Opuslibros tiene fundamentalmente "una sola lectura" y un "único argumento": poner en evidencia el fraude que es la Opus Dei y ayudar a quienes sufrieron las consecuencias de ese fraude.

Mientras que el Código Da Vinci nunca fue algo propiamente "necesario", Opuslibros siempre lo fue, y lo seguirá siendo mientras la Opus Dei exista y siga viviendo del fraude moral "masivo".

Si Opuslibros tiene "éxito" no es debido a ninguna "estrategia de marketing", es "gracias a la (prelatura) Opus Dei" que defrauda a tantos, quienes vienen justamente a encontrar aquí las razones de lo sucedido.

Esos números crecientes, más que indicar propiamente una 'conquista' por parte de este sitio, indican la gravedad del tema que trata y el 'exitus' de gente que sale de la Obra continuatemente. Así como los números de la Obra están destinados a descender -la mentira no puede durar siglos-, no es extraño que los números de este sitio estén destinados a crecer.

Saludos,
E.B.E.

Hola gente linda!! Quiero dejarles mi opinión sobre los puntos y contrapuntos sobre la Penitencia... En realidad, los felicitoooo!!

¿Quién somos nosotros para decirnos a nosotros mismos "mi ayuno hizo esto" "mi ayuno hizo lo otro", en realidad diría: "Yo sé que Dios es grande y no necesita de mis ayunos ni de mis sacrificios, pero sabiendo como actúa Dios, quiero "COLABORAR" con El presentando mi pequeñez en este sacrificio.

Bueno, hermoso los contrapuntos!! Para terminar con esa corriente donde todo cristiano debe autoflagelarse, creo que por eso estaría vacío el Paraíso, no creen?? Y por qué tanta gente sigue los placeres desodenados?? No tendrá que ver toda esta corriente de pensamiento cristiano mal interpretado??

Una imitación para ser santo tengo y es LA MADRE DE DIOS!!!

Un abrazo fraterno!!
Guillermo, 28 años, desde Olavarría, Buenos Aires.

P.D. Ahora, sólo una cosita, NO SE OCULTEN!! DENSE A CONOCER SU ROSTRO. Como lo hizo Jesús ante el Sanedrín!! Que venza la verdad!!

Nota de la web. Una aclaración: los puntos sobre la penitencia son de Escrivá (Camino) y los contrapuntos, de Mosén Josep Dalmau. Se trata de un capítulo de un libro titulado "Contrapuntos al camino del Opus Dei", escrito en 1969. Está colocado en los Libros silenciados por eso, porque fue silenciado. Pero siendo sinceros, es el único libro que hemos rescatado del olvido del que decimos eso tan socorrido (pero real en este caso) de: "la web no se identifica necesariamente con su contenido".

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