LYONS,
David: Rights, Welfare and Mill's Moral Theory,
Oxford University Press, New York-Oxford 1994, 198 pp.
1. Cuando la estrella de John Rawls comenz— a brillar en el firmamento de fil—sofos
jur’dicos y pol’ticos, polit—logos y dem‡s cient’ficos sociales sajones, el
utilitarismo termin— de caer en el pozo del descrŽdito. Entonces, para evitar
las condenaciones simplistas, los partidarios de esta œltima postura se vieron
obligados a hacer precisiones y distinciones.
David
Lyons conoce a fondo la obra de John Stuart Mill. Prueba de ello son sus
art’culos sobre el pensamiento moral, jur’dico y pol’tico de este enciclopŽdico
londinense reunidos en el libro que se rese–a aqu’. Lyons tambiŽn ha trabajado
acerca del utilitarismo en general y sobre Jeremy Bentham. Estos antecedentes
dan peso a la interpretaci—n de la doctrina moral de Mill que propone. Ella se
aleja de las caracterizaciones t’picas del utilitarismo.
2.
Desde el principio del libro Lyons aclara su postura, distinta del positivismo
jur’dico cl‡sico. La fuerza obligatoria de los derechos, dice, no depende de su
estatuto legal, sino de su car‡cter moral. Debe haber, se–ala, un fundamento
"sustantivo" de las normas morales y los derechos, un subgrupo de
ellas. Su empe–o es encontrar en Mill algunas de estas ideas o, al menos, que
no haya contradicci—n con ellas.
En
el primer cap’tulo se remonta a Bentham para defenderlo de la cr’tica de
Herbert Hart. El argumento consiste en sostener que la teor’a del beneficio
objetada por Hart no es propiamente la de Bentham. La genuina ser’a una teor’a
"cualificada" del beneficio, en la que los derechos se originan por
los beneficios debidos, no por el simple hecho de beneficiarse.
Segœn
Lyons, se pueden distinguir dos versiones del utilitarismo. Un act-utilitarism
, que impone siempre la Òmaximizaci—nÓ de la utilidad; la
conducta no orientada a ese fin es mala. Surge m‡s recientemente un rule-utilitarism, que procura corregir al anterior. Sostiene el juicio de los actos en
relaci—n a reglas œtiles debidas a obligaciones, pero que no requieren la
Òmaximizaci—nÓ de la utilidad.
3.
En su interpretaci—n de Mill, Lyons sigue a J.O. Urmson. Basado en pasajes del
œltimo cap’tulo de Utilitarismo, muestra que Mill
entiende la justicia en tŽrminos morales y la moralidad de los actos como
independiente del principio de utilidad. Este œltimo representa un valor que no
subordina a la moralidad como instrumento suyo. La inmoralidad de los actos no
tiene relaci—n con su referencia al principio de utilidad, sino al
incumplimiento de las normas morales. S—lo hay una influencia indirecta de la
utilidad en la moralidad, a travŽs de la idea de que las obligaciones est‡n
determinadas por la utilidad de patrones de conducta interiorizados. Los
principios morales son reglas sociales œtiles. Es decir, para Lyons, Mill no
pertenece a la primera clase de utilitaristas, porque la conducta moral se
juzga por los principios morales, no por el de utilidad. Pero tampoco pertenece
a la segunda, puesto que no hay una correcci—n del utilitarismo originada en su
acomodaci—n a los principios morales, sino, al contrario, una asimilaci—n o
determinaci—n de Žstos por aquŽl. En este utilitarismo "indirecto" la
conducta est‡ guiada por principios morales. Hasta aqu’ la interpretaci—n es
correcta, puesto que por ahora est‡ abierta a una fundamentaci—n no necesariamente
utilitarista de los principios morales. Pero en Mill esos principios son tales,
porque son œtiles. Mill, entonces, al fin es utilitarista y su utilitarismo no
se sostiene. Sin embargo, segœn Lyons, el hacer notar que son dos pasos
independientes est‡ justificado.
Ahora
bien, sea como sea, lo que queda claro es que los derechos no se pueden basar
en principios utilitaristas, sino en principios morales con una base
sustantiva.
R.F.C.
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