LENZ, Siegfried: Verlust, 1981
(La pŽrdida, Debate, Madrid 1991, 203 pp.)
1. El autor naci— en 1926, en Lyck (Masuren), ciudad de Prusia Oriental. A los diecisiete a–os ingres— en la Marina alemana. Particip— en la Segunda Guerra mundial por breve tiempo, y desert—. Se refugi— en Dinamarca, donde recibi— una generosa acogida. Se instala en Hamburgo en 1945, ciudad en la que ha permanecido desde entonces. Estudi— all’ Filosof’a y Literatura. Trabaj— un tiempo como periodista, en radio y prensa, y como cr’tico literario. En 1951, publica su primera novela, y en 1962, su primera obra de teatro, Tiempo de inocentes.
La cr’tica le incluye en el Grupo 74, grupo generacional que tuvo, al menos inicialmente, una intenci—n did‡ctica de concienciaci—n democr‡tica, tras la tragedia del nazismo. Lenz es un claro exponente de una de las propuestas iniciales de este Grupo 74: renuncia a toda ideolog’a en pro de la admisi—n Ñcomo consecuencia de la guerra, los genocidios, el exterminio, etc.Ñ de una angustia existencial y de una doliente pesadumbre que debe ser asumida colectivamente.
2. La pŽrdida, es un relato psicol—gico, cuyo protagonista es un joven gu’a tur’stico alem‡n, brillante, ingenioso y comunicativo, que a causa de un derrame cerebral queda privado del uso de la palabra y parcialmente impedido del brazo derecho. La acci—n, lenta y deliberadamente pasiva, refleja la terrible sensaci—n de pŽrdida experimentada por el personaje central y la angustia que su estado provoca en los pocos familiares y amigos con los que cuenta. No s—lo muestra la tragedia del ser humano herido, su incomunicaci—n, sino tambiŽn la cobard’a o la reacci—n de t’mida misericordia: la inconsistencia del amor humano y la falta de hero’smo en la entrega a los dem‡s, como consecuencia de una educaci—n exageradamente respetuosa de la intimidad ajena. Esta historia Ñcon un final esperanzadorÑ presenta una profunda y doliente tristeza vital, que llega al hast’o.
3. La novela est‡ bien construida, por la medida dosificaci—n en los acontecimientos, la estudiada lentitud, el suspense y la intriga. Corrobora las dotes del autor, retratista del ser humano, aunque casi s—lo en sus aspectos m‡s deca’dos y t’midos. Sin decirlo, parece hacer suya esa visi—n del hombre 'arrojado' a la existencia, sin una honda conciencia del porquŽ de su vivir.
P.A.U.ÑP.C.
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