LACHIZE-REY, Pierre: Le moi, le monde et Dieu, 2 ed., Pars 1950
1. Historiador, especialista en Espinoza y Kant, Lachize-Rey critica el realismo "ingenuo" del sentido comn, que considera el mundo como un dato. El hombre, dice el autor, no est en el mundo como estn las dems cosas, sino que se "representa" como est: no contenido en el mundo sino que el mundo est dentro de l; la representacin del mundo es "estructura interna".
Atribuye a Kant el haber puesto de relieve, junto a la funcin expresiva (realismo), la funcin constructiva del pensamiento. Con Kant, la idea cesa de ser expresin y traduccin del dato, "para hacerse una ley y al mismo tiempo una fuerza constructiva, en cuya perspectiva nosotros vemos realizarse el objeto construido". La unidad de estructura del objeto es unidad de conciencia.
Sin embargo, afirma, el principio de inteligibilidad no se explica y justifica a s mismo. En cuanto estructura que pone, que se percibe como principio del universo, no puede encontrar en su propia esencia y existencia nada que pueda fundamentar a aquella en su especifidad y a sta en su realidad. Este es el primer lmite del yo.
Por otra parte, la ciencia manifiesta su insuficiencia en cuanto que no est orientada hacia un ms all de las sensaciones para ella incognoscible, sino hacia nuestras sensaciones, que controla, modifica, prev. La verdad cientfica se define como exigencia de armonia entre las leyes de nuestra actividad espiritual y las sensaciones que debe coordinar, y no como conformidad, ms o menos adecuada, a algo en s mismo. La ciencia no puede, por tanto, explicar el principio de las sensaciones ni el misterio del universo.
2. Surge as el problema central: queda el yo limitado definitiva y exclusivamente a la conciencia del pensamiento? Si la respuesta es afirmativa, no se escapa al pantesmo, porque la conciencia es considerada en comunin con el primer principio de todas las realizaciones posibles, principio que le es inmanente y del cual no somos ms que manifestaciones o modalidades; y ste es el carcter fundamental del pantesmo.
Lachize-Rey combate el pantesmo tambin en sus ms recientes manifestaciones, que para evitar la exteriorizacin del primer principio en lo relativo a las conciencias derivadas, se obliga a hacer de tal primer principio un inconsciente y a asimilarlo a la naturaleza.
Si la autonoma constructiva contina el autor, es un aspecto esencial de la naturaleza del espritu, sin embargo, nada autoriza a considerarla como "todo" el espritu; al contrario de lo que afirma el pantesmo de matriz idealista, la autonoma constructiva no constituye el ideal nico que definira la esencia y el destino del espritu. Se justifica, concluye el autor, la reaccin contra el pantesmo idealista, que "bajo el pretexto de conducirnos hacia una conciencia cada vez ms precisa del Uno Absoluto, parece mantenernos, al menos en lo que concierne a las realizaciones, en un ilusionismo definitivo".
Nuestro sentido de insuficiencia es un perpetuo apelo a una plenitud que no tenemos ni podemos adquirir por nosotros mismos. "Estamos cansados de hacer de dioses y volvemos a ser criaturas. Aspiramos tambin a ser plenamente y, como el hijo prdigo, deseamos de nuevo ser recibidos en la casa del Padre". El pantesmo peca por instrumentalizar al hombre, por considerarlo como un medio, un modo entre tantos.
Concluye el autor afirmando que, as como Kant reconoca a La Rochefoucauld el derecho de pretender que todas las acciones humanas tuviesen su principio en el amor propio y que quiz ninguno jams haba actuado slo por el deber, lo cual sin embargo dejaba intacto el valor positivo del concepto de ley moral, as podemos nosotros decir que ms all de la reciprocidad del amor entre Dios y el hombre, "no hay nada ms, no porque se ha sido incapaz de encontrar otra cosa, sino porque efectivamente no hay nada ms que buscar".
4. La crtica al pantesmo que realiza Lachize-Rey es sustancialmente vlida, teniendo en cuenta el punto de vista desde el que se expone tal crtica. Su rechazo del pantesmo idealista, sin embargo, se refiere ms a lo que tiene de pantesmo que a su matriz idealista. Esto ltimo se pone de manifiesto cuando explica las relaciones entre Dios y el hombre en trminos de dialctica ascendente: Dios como ideal que posibilita la conciencia y la personalidad humana. El hombre, espritu trascendente, que se alza hacia ese ideal y, una vez alcanzado, puede darse, existir, como conciencia creativa.
Puede decirse que la limitacin del autor radica esencialmente en su concepto de Dios, y por este motivo, en el carcter que atribuye al espritu humano. Dios sera, simplemente, una exigencia fundamental para el cumplimiento del espritu humano. Se entiende as, su rechazo absoluto de toda forma de pantesmo: lo considera empobrecedor del espritu humano, no de Dios. Lachize-Rey es ms profundo que muchos idealistas, pero no parece superar un idealismo que simplemente postula la exigencia de la trascendencia.
M.F.S.
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