INGENIEROS, JosŽ Hacia una moral sin dogmas Losada, Buenos Aires 1972, 5» ed., 169 pp.
1. Aunque las ideas que se exponen en esta obra Ñpropias de un cierto positivismo laicista de comienzos de siglo (el autor (1877-1925) fue un mŽdico y estudioso argentino)Ñ est‡n ya superadas, sin embargo, el libro continœa conociendo nuevas ediciones. Con ocasi—n de presentar la vida y el pensamiento de Ralph Waldo Emerson, y la cuesti—n de la religi—n y la moralidad en los diversos grupos confesionales del mundo anglosaj—n, Ingenieros expone sus ideas acerca de la moral, oponiŽndose a todo tipo de "dogmatismo" y sosteniendo que "toda Žtica efectiva ha sido un resultado natural de la experiencia social" (p. 21).
2. El autor no se plantea la cuesti—n de si puede haber verdades, o de si los dogmas son verdaderos; para Žl "un dogma es una opini—n impuesta por una autoridad"; "un dogma moral es una opini—n inmutable e imperfectible impuesta a los hombres por una autoridad anterior a su propia experiencia" (p. 12); segœn Žl, todo dogmatismo es una supervivencia del mundo feudal, y anuncia Ñno menos dogm‡ticamenteÑ que "una etapa nueva se ha iniciado ya en la evoluci—n de la Žtica. Los dogmas revelados de los teol—gos y los dogmas racionales de los fil—sofos comienzan a ser sustituidos por los resultados perfectibles de la experiencia social. Los nuevos deberes son sociales; y ellos expresan toda la obligaci—n. La nueva justicia es social; y ella expresa toda la sanci—n. Nos acercamos al advenimiento de un nuevo mundo moral, cuyos valores van siendo radicalmente trasmutados por la experiencia" (p. 14). "En estas Žticas emancipadas de la teolog’a, la raz—n ha suplantado a la divinidad" (...) "la Žtica es una ciencia social, accesible a la investigaci—n hist—rica y a los mŽtodos cient’ficos (...); se trata de plantear el estudio de la experiencia moral como una pura y simple historia de costumbres" (p. 23).
3. Con estos principios, afirma sin m‡s Ñcon gran superficialidadÑ que los dogmas religiosos han sido generalmente auspiciados por los gobiernos, que intentaban fundar su autoridad en el derecho divino, y se–ala como un dato probado la evoluci—n de los dogmas en todas las religiones, al comp‡s de las variaciones hist—ricas de las colectividades humanas (p. 15).
4. Ingenieros extiende este relativismo a todos los campos, sosteniendo "la absurdidad de toda creencia absoluta, indiscutible e irrevocable" (p. 24); concretamente, en el terreno de la moral, anuncia la llegada de una "moral sin dogmas", basada en la "inevitable variaci—n de los ideales de perfecci—n moral que los hombres construir‡n hipotŽticamente sobre su experiencia incesantemente renovada" (p. 27).
5. El autor intuye la falsedad del dogmatismo racionalista, pero manifiesta una notable ignorancia de bastantes nociones filos—ficas b‡sicas sobre la verdad, el conocimiento, etc., una completa incomprensi—n de las verdades reveladas Ñque no se oponen a la raz—n sino que la trascienden y perfeccionanÑ, y una gran confusi—n terminol—gica (p. ej., llama sobrenatural a lo suprasensible, etc.).
R.M.B.
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