FUENTES, Carlos: La región más transparente, F.C.E, México 1958
1. La novela pretende ser un análisis de la vida mexicana a principios de los años cincuenta de este siglo. Tiene como fin la valoración de los resultados de la Revolución mexicana, iniciada en 1910. El narrador presenta una infinidad de personajes, panoramas y situaciones para retratar a la innumerable muchedumbre que compone ese México acusadamente degradado. Se presta especial atención a algunos personajes: Federico Robles, un revolucionario ahora adinerado, que defiende su actitud burguesa y exclusivista; Rodrigo Pola, un poeta decadente que permanece al margen de los problemas sociales; Norma Larragoiti, esposa de Federico Robles, insatisfecha de la indiferencia de su marido, pero contenta con la libertad que este le otorga para dedicarse a sus aventuras amorosas... Los personajes representan toda la gama de situaciones que se dan en ese México descrito por el autor, radicalmente distorsionado en su desarrollo. No poseen identidad propia, sino en función de esa acción unitaria de la vida mexicana en la que ellos se integran miserablemente. Junto a ellos se sitúa Ixca Cienfuegos, el único verdaderamente protagonista, que con frecuencia asume el papel de narrador. Es el personaje que encarna la conciencia de todo México, donde ha fracasado la revolución y sólo se han imitado superficialmente los logros del desarrollo industrial europeo. Propone remediar la situación del país mediante un análisis de su pasado histórico y de las peculiaridades del pueblo mexicano.
2. En esta novela de Carlos Fuentes, se encuentra un signo de la revolución de la narrativa hispanoamericana. Ofrece un nuevo planteamiento, alejado ya del realismo tradicional: el monólogo interior, la utilización libre del tiempo, la simultaneidad de las acciones, etc. En cursiva se recogen todos los fragmentos que se sitúan al margen del hilo narrativo: cartas del pasado, recuerdos, reflexiones interiores del personaje, etc.
3. En su contenido ideológico, la novela no ofrece grandes inconvenientes. Sí los tiene por la reiterada presentación de escenas eróticas, que manifiestan una ausencia de moral en la mayoría de los personajes. Sólo en algún caso, como el de Téodula, se hace mención a las creencias religiosas, pero lo mismo reza una plegaria a la Virgen de Guadalupe que a los idolillos. Se dedican muchas páginas a la crítica de la situación social y política de México. Las alusiones a la Iglesia son muy circunstanciales y no ofrecen especial interés. Por otro lado, la utilización de técnicas narrativas contemporáneas, que mezclan situaciones, sensaciones, puntos de vista y recuerdos, dificultan la comprensión en una primera lectura.
C.M.A.—A.B.
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