FRIES, Heinrich: Fundamentaltheologie, Styria Verlag, Graz-Wien-Köln 1985
(Teologia Fondamentale, Queriniana, Brescia 1987, 756 pp.)
1. Esta obra se presenta como un tratado completo de Teología Fundamental. Los aspectos dogmáticos y apologéticos se muestran conjuntamente, sin dividir el libro en partes específicas para cada uno de ellos.
2. Entre las características más importantes, cabe señalar un planteamiento general de tipo trascendental (dependiente de Karl Rahner), con el que se intenta buscar ante todo las condiciones de posibilidad (de la Revelación, de la fe, etc.) en la estructura antropológica del sujeto humano. Significativo de este planteamiento es, por ejemplo, que se trata antes de la fe que de la Revelación. A pesar de esto, se nota un cierto eclecticismo en Fries, que se inspira en otros muchos autores de tendencias diversas, especialmente los que pertenecen al mundo cultural protestante, sobre todo alemán. Por regla general, las argumentaciones se hacen exclusivamente en base a la Sagrada Escritura, prescindiendo de hecho de la Tradición y del Magisterio.
3. En el libro no se defienden explícitamente tesis contrarias a la fe católica sobre los temas que trata de modo detenido. Sin embargo, no expone de modo suficientemente claro la doctrina de la Iglesia en algunos de esos puntos, y contiene frecuentes afirmaciones ambiguas, confusas y aun erróneas en cuestiones marginales. Por ejemplo:
— juzga positivamente, sin definirse si la acepta o no, la tesis kantiana según la cual Dios sólo es alcanzable por la razón práctica, como postulado necesario de la ética (p. 49); niega que el nombre Yahvé tenga un sentido metafísico (p. 79 s.); al afirmar que "Dios entra en la definición de mí mismo" (p. 103), intentando resaltar la importancia decisiva de la relación de origen, dependencia y finalización del hombre con Dios, no logra distinguir suficientemente esa relación necesaria con la "definición" (esencia) del hombre;
— respecto a la Iglesia, considera que fue represiva —del modernismo y de la exégesis científica— en la época entre los dos Concilios Vaticanos (p. 192); habla de "ortodoxia rígida y sin caridad" de algunos Papas y Obispos de tiempos antiguos (p. 121); critica varios documentos del Magisterio (cfr. pp. 631-636 y p. 662 s.); parece entender las relaciones entre Teología y Magisterio como si se tratase de un diálogo entre iguales (p. 199);
— al tratar de si Cristo pensaba en un inminente fin del mundo, expone, sin apenas crítica, teorías de autores erróneos y, al final, parece aceptar al menos como posibilidad que Cristo se equivocase (pp. 473-489); niega explícitamente la historicidad de la mayor parte de los milagros narrados en los Evangelios (p. 379 s.);
— no es claro sobre la presencia real sustancial de Cristo en la Eucaristía, con afirmaciones del tipo: "...el pan es cuerpo de Cristo, esto es, tiene una nueva determinación de sentido" (p. 539); no dice que el pan y el vino se convierten en Cuerpo y Sangre del Señor, sino que "...respecto al pan y al vino que son cuerpo y sangre de Cristo..." (p. 542); en cuanto al Bautismo, no afirma, aunque tampoco la niega expresamente, su eficacia ex opere operato (cfr. p. 549);
— otros puntos confusos se refieren al ecumenismo, dando a entender que la unidad de los cristianos se podría realizar ya, quedándose todos como son pero "reconociéndose" mutuamente (p. 261); a la relación entre Sagrada Escritura y Tradición (p. 594 s.); al concepto de catolicidad de la Iglesia, que quedaría "prejuzgada" por la división de los cristianos (p. 605); etc.
F.O.
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