ECHEVERRIA, Esteban: El matadero
1. La novela comienza con la descripción del funcionamiento de un matadero, donde se escapa una res cuando estaba a punto de ser degollada, sembrando el pánico por las calles de Buenos Aires. Alcanza a un niño, lo acomete furiosamente y lo decapita a cornadas. Algunos testigos, gente encanallada, se complacen en esa escena.
En la segunda parte, Echeverría compara la situación de Argentina bajo el gobierno del General Juan Manuel Rosas, con su banda de asesinos conocida como la "Mazorca", a ese matadero recién descrito. Narra el suplicio de un joven "unitario" (políticamente opuesto a Rosas), que inadvertidamente ha ido a parar ante "Matasiete", un jefe de la Mazorca, rodeado de su cuadrilla de esbirros. Viéndose perdido, el joven espolea su caballo y se lanza a galope para salvarse; pero "Matasiete" logra atraparle y, ayudado por sus facinerosos, lo amarra de pies y manos. El joven logra, tras grandes esfuerzos romper las ligaduras, pero muere desangrado, bajo la mirada atenta de sus verdugos.
2. "El matadero" ha sobrevivido a todas las demás producciones del autor, tan distintas de ella en técnica, género y escuela. Echeverría (1805-1851), poeta y prosista, es considerado uno de los introductores del romanticismo en Argentina y en Latinoamérica.
Sin embargo, esta breve novela, que en cuanto trama argumental apenas merece ese nombre, se adscribe al realismo extremo. La descripción es particularizada, cada frase tiene un sentido de impacto, sin esteticismos. Tomada fuera de su contexto alegórico, la narración es, en algunos momentos, francamente repulsiva: sangre, gritos, vísceras palpitantes, insultos, masas enloquecidas, crueldad asesina... El matadero es un símbolo de la tiranía sangrienta.
Según algunos críticos literarios, el relato marca un cambio de rumbo en el panorama literario de la América de lengua castellana; influjo reflejado en el "realismo alegórico" de los escritores neorealistas modernos, que sienten la necesidad de dar a la descripción del ambiente inmediato un fondo ideológico de valor universal.
3. Razones para explicar tanto la excepcionalidad del estilo como la mezcla de crítica política y religiosa, pueden encontrarse en la formación del autor: Echeverría estudió en Europa, siguiendo de cerca la cultura francesa de la Ilustración. El federalismo del general Rosas se oponía al liberalismo y a la cultura ilustrada, propia de la ideología "unitaria" de Europa en general. Por ello, Echeverría escribió el relato, desde su exilio en Montevideo, con el fin de contribuir en algún modo al fin del régimen que el dictador Rosas imponía en Argentina.
Por la formación recibida, el autor supone una connivencia entre el clero y el dictador, e identifica la doctrina de la Iglesia con una ideología política. La visión que Echeverría tiene del Cristianismo es la de una religión que oscurece las conciencias, impidiéndoles buscar la libertad; subyuga las voluntades, sometiéndolas a una obediencia ciega a la jerarquía "institucionalizada"; impera mediante leyes humanas —que declara divinas— sobre los pueblos "supersticiosos". Partiendo de esta grotesca concepción de la Iglesia y la Religión, unida a una supuesta colaboración total del clero con el general Rosas, el autor concluye acusando a los católicos de ser los causantes de la dictadura que desea derrocar.
O.A. y A.E.
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