DELEDDA, Grazia: La madre, 1920
1. Resumen del argumento: Una noche, Maddalena descubre —después de seguirlo cautamente— que su hijo Paulo, joven y venerado párroco del pueblecito de Aar, ha entrado en casa de Agnese, una chica sin parientes.
La madre ha protegido siempre a su hijo, hasta llevarlo al sacerdocio. Ahora, al verlo caer, exclama: "¿por qué Señor, por qué? No osaba acabar la pregunta, pero la pregunta estaba en el fondo del corazón como una piedra está en el fondo del pozo. ¿Por qué, Señor, Paulo no puede amar a una mujer? Todos pueden amar (...) ¿Por qué su Paulo, su criatura, sólo él no podía amar?" La madre sufre, lucha contra el pecado de su hijo y, sin embargo, tiende a justificarlo, quizá cegada por el espíritu del párroco anterior, de quien se decía que había enloquecido poseído por el vicio y el demonio.
Ayudado por su madre, Paulo consigue superar la tentación renunciando a las pretensiones de Agnese. La joven no se resigna al abandono, y amenaza con el escándalo en la iglesia. Cuando por la mañana, en el templo, Paulo desde el altar ve acercarse a Agnese, siente que su culpa se transforma en humilde resignación: si el escándalo debe castigarlo, será la justa expiación por su culpa.
Pero Agnese, llegada al altar, se arrodilla y calla. Mientras, la madre, que no aguanta la tensión y la angustia de ver a su hijo difamado, muere en el fondo de la iglesia.
2. La novela sigue el estilo de otras de la autora, aunque es aquí donde Deledda ha proporcionado a su mundo poético una de sus expresiones más acabadas e intensas. El argumento sigue una linea ascendente siempre más tensa hacia la última tribulación de la muerte materna. Renuncia a descripciones pictóricas en beneficio de la caracterización de los personajes, un estudio profundo de los sentimientos de los mismos, aunque quizá en ocasiones se extienda excesivamente en la descripción de su mundo interior.
3. La madre actúa, humanamente, como una buena mujer cristiana, deseando lo mejor para su hijo y protegiéndole. Sin embargo, empobrece la figura del sacerdote, acosado por su debilidad moral: Paulo depende en todo de su madre, pues ella lo ha llevado al sacerdocio, le ha creado fama de santo —atribuyéndole incluso un supuesto milagro—, le guía espiritualmente, y le anima para que abandone la tentación.
Deledda plantea de nuevo la realidad del sacerdocio sin vocación auténtica, unido al peso de los convencionalismos sociales. Falta la referencia sobrenatural, tanto en la llamada sacerdotal como en la lucha contra las tentaciones, en el ejercicio del ministerio como en el deseo de expiación final.
Por otra parte, algunos pasajes del libro recogen la polémica contra el celibato eclesiástico, como en el diálogo de la madre de Paulo con Antioco, un chico que desea hacerse sacerdote.
U.G. y B.M.P.
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