CRICK, Francis: The Astonishing Hypothesis: The Scientific Search for the Soul, Scribner, Nueva York 1994.

(La búsqueda científica del alma. Una revolucionaria hipótesis para el siglo XXI, Debate, Madrid 1994, 386 pp.)

 

1. Junto con James Watson, Francis Crick recibió el premio Nobel por su descubrimiento, en 1953, de la estructura en doble hélice del ADN. En los últimos años se dedica, con gran actividad, al estudio de la mente humana. Es materialista. A sus 77 años, ha publicado un libro sobre el cerebro y la consciencia, en el que mezcla interesantes perspectivas científicas con un materialismo fácil y antirreligioso.

2. Casi todo el libro de Crick es una divulgación de los conocimientos actuales sobre el cerebro y, sobre todo, de la visión (que es la función mejor conocida).

3. Gran parte del libro está dedicado a exponer lo que se sabe hoy día sobre el cerebro y la visión. Ahí se encuentra una divulgación científica que no ofrece problemas. Las dificultades surgen en el Prefacio y la Introducción, al principio del libro, y en el último capítulo y un breve epílogo final: son sólo 33 páginas, pero son las que dan al libro un tono provocativo y polémico. El autor pretende dilucidar, mediante la ciencia experimental, qué podemos saber acerca del alma humana; por eso titula el libro «La búsqueda científica del alma». Este título resume la intención del libro y explica por qué va a fracasar; es obvio, en efecto, que no se puede encontrar el alma espiritual mediante los métodos científicos: los experimentos deben tener resultados observables y repetibles y, por tanto, sólo permiten estudiar lo material. Sin embargo, el autor afirma que la ciencia puede juzgar el problema del alma.

El autor sostiene que el alma no existe. El primer capítulo comienza con esta cita: "¿Qué es el alma? El alma es un ser vivo sin cuerpo, que dispone de razón y libre voluntad (Catecismo católico)". En nota a pie de página, Crick explica que eso fue lo que escuchó su esposa Odile, cuando era pequeña, a una vieja dama irlandesa que le enseñaba el catecismo. Desde luego, la cita induce a pensar que eso es lo que dice la doctrina católica; pero eso es falso: por ejemplo, la Iglesia ha definido que el alma humana es «forma substancial» del cuerpo, lo cual significa que alma y cuerpo forman una sola substancia, aunque, debido a su espiritualidad, el alma subsista después de la muerte. En el libro de Crick no se encuentra ninguna aclaración seria sobre el concepto de alma.

Crick propone una «hipótesis revolucionaria». En sus propias palabras, "La hipótesis revolucionaria es que «Usted», sus alegrías y sus penas, sus recuerdos y sus ambiciones, su propio sentido de la identidad personal y su libre voluntad, no son más que el comportamiento de un vasto conjunto de células nerviosas y de moléculas asociadas. Tal como lo habría dicho la Alicia de Lewis Carroll: «No eres más que un montón de neuronas». Esta hipótesis resulta tan ajena a las ideas de la mayoría de la gente actual que bien puede calificarse de revolucionaria". Sin embargo, esa hipótesis no es tan revolucionaria. Es la teoría materialista, tan vieja como la filosofía. En la cita anterior, Crick habla dos veces, en pocas líneas, de no ser «nada más que»: se trata de una doctrina típicamente «reduccionista», porque significa «reducir» algo a uno de sus aspectos. Crick no sólo habla del reduccionismo, sino que lo define y lo defiende. Pero, para defenderlo, se deben ignorar las dimensiones típicamente humanas. De hecho, Crick reconoce que, en su libro, no se ocupa de las características típicamente humanas, diciendo: "Muchos de mis lectores podrían quejarse justificadamente de que lo que se ha discutido en este libro tiene muy poco que ver con lo que ellos entienden por alma humana. No se ha dicho nada de la más humana de todas las capacidades, el lenguaje, ni sobre cómo hacemos matemáticas, ni en general cómo resolvemos cualquier problema... He ignorado completamente asuntos tales como la conciencia de uno mismo y las experiencias religiosas... ". En efecto. En esas condiciones, lo lógico sería no hablar del alma, ni de la persona. En cambio, Crick añade: "Estas críticas son perfectamente válidas en este momento, pero situándolas en este contexto demostrarían una carencia de comprensión por los métodos de la ciencia. Koch y yo hemos elegido considerar el sistema visual porque... parece ofrecer ciertas posibilidades de éxito. Otra cosa que aceptamos fue que, una vez que se comprendiera completamente el sistema visual, sería mucho más fácil estudiar los aspectos más fascinantes del «alma». Sólo el tiempo dirá si estas argumentaciones son correctas...". Pero no se trata de un problema de tiempo. Crick estudia el cerebro y la visión, comunes al hombre y a muchos animales, y desde el punto de vista de la ciencia. De ahí no se pueden obtener conclusiones que sobrepasen el nivel material.

4. Por los motivos indicados, la obra presenta serios inconvenientes doctrinales, que se concentran en las páginas iniciales y finales que se han indicado. En esas páginas se encuentran, además, ataques a la religión en general. En efecto, Crick dice: "Hasta ahora, los resultados obtenidos por las creencias religiosas para explicar los fenómenos científicos han sido tan pobres que no hay mucho motivo para creer que las religiones convencionales lo consigan en un futuro... No sólo las creencias de las religiones más populares se contradicen unas a otras sino que, según los planteamientos científicos, se basan en pruebas tan endebles que sólo pueden aceptarse mediante un acto de fe ciega... La historia nos demuestra que los misterios que las religiones pensaban que sólo ellas podían explicar (por ejemplo, la edad de la Tierra) han caído ante un asalto científico coherente. Lo que es más: las respuestas verdaderas suelen encontrarse bastante alejadas de las de las religiones convencionales. Si las religiones reveladas han revelado algo, es precisamente que suelen estar equivocadas". Desde luego, la Iglesia católica no pretende "explicar los fenómenos científicos", ni nunca ha considerado que la edad de la Tierra sea un misterio ni que sólo la religión pudiera explicarlo: sobre esa base, concluir que las religiones reveladas suelen estar equivocadas, parece como mínimo inadecuado, gratuito y superficial.

 

M.A.

 

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