CLANCY, Tom: The Sum of All Fears, Harper Collins, 1991.

(Pánico nuclear, Plaza y Janés, Barcelona 1992, 982 pp.)

 

1. The Sum of all Fears narra una serie de eventos que tienen lugar aproximadamente en 1990. La trama está construida alrededor de un proceso de pacificación mundial en el cual incluso árabes e israelíes llegan a ponerse de acuerdo sobre el futuro de los palestinos y de Jerusalén. Una serie de terroristas -indios americanos, marxistas alemanes y palestinos radicales- intentan minar ese proceso usando una bomba atómica que los israelíes habían perdido durante la guerra de 1973 (Yom-Quippur) y que ellos han encontrado por pura casualidad.

2. Como en las obras anteriores, Tom Clancy destaca por su gran capacidad de conjugar lo real con lo imaginario (dando así un aire real a su relato), la acción con la reflexión: el contraste entre lo que se piensa y lo que se dice es permanente, mostrando así toda la complejidad de un mundo (político, militar, de espionaje, etc.) gobernado por intereses egoístas y por la mentira. Su estilo es ágil y las escenas que describe son tan ricas y tan vivas que el lector puede fácilmente imaginarlas: abundan los detalles técnicos (una nota al final dará fe de la autenticidad de todos ellos), pictóricos (por ejemplo la descripción multicolor de las calles de Jerusalén), psicológicos (muchos subcapítulos contienen exclusivamente reflexiones interiores, deseos, decepciones, rabias, odios, momentos de felicidad interior, etc.), médicos (es muy realista, por ejemplo, la evolución del cáncer de Qati, el jefe de los terroristas palestinos, o el estado de cansancio o de presión nerviosa que se siente en la administración americana, etc.), históricos (el lector es llevado frecuentemente hacia el pasado reciente, viviendo en presente el contraste entre el mundo de la guerra fría y el que se está creando desde la caída del muro de Berlín), religiosos (toda la confrontación entre creyentes y no creyentes, entre gente que utiliza la religión para servir a los demás -el Papa, Jack Ryan, etc.- y gente que la utiliza para servirse a sí misma -los terroristas palestinos, por ejemplo-). Quizás sale demasiado este aspecto religioso, pero está, en general, bien tratado.

Un punto positivo que cabe resaltar, al igual que en sus obras anteriores, es el contraste entre la gente sin fe ni principios y la gente que cree. Estos últimos suelen ser más honestos y felices, aunque a veces tengan una vida más complicada y sean desfavorecidos (es muy interesante toda la pelea entre Elizabeth Elliot -la amante del presidente- y Jack Ryan). Su situación familiar estable (mujer/marido e hijos) contrasta fuertemente con la de los primeros (divorciados, solitarios o con uniones de fortuna -normalmente dictadas por objetivos egoístas, como la obtención de un puesto o de dinero...-). Pero, y esto es muy interesante, no hay héroes: todos los personajes son humanos: tienen virtudes y defectos. Las virtudes de los creyentes (especialmente la honestidad y la moralidad) acaban triunfando. De este modo, Clancy consigue dar un fulgor de esperanza a un mundo dominado por el egoísmo y la mentira. Es muy interesante la lucha que Jack tiene que llevar consigo mismo para no dejarse atrapar por el trabajo en detrimento de la familia. Su problema es muy real y está bien tratado: la familia debe ser lo primero (hace todo lo posible por acompañar a su hijo al partido de baseball, por ejemplo); pero sus debilidades hacen que a veces no lo consiga (hay subcapítulos enteros en los que se muestra esta lucha interna) y, como es una buena persona, se arrepiente, quiere mejorar. A Jack, como a cualquier persona normal, le cuesta ser humilde. A veces le enfada que sus ideas "geniales" sean utilizadas por otros (especialmente por el presidente). Jack es católico y no lo esconde. No es muy practicante, pero cree y practica. Tiene un sentido moral bastante desarrollado. Aparecen con frecuencia los prejuicios modernos contra la religión y la Iglesia Católica, pero Jack se las arregla muchas veces para contrarrestarlos eficazmente. Otras veces la desautorización del prejuicio viene del modo de ser del personaje mismo que lo tiene: el modo de pensar es una consecuencia lógica del modo de vivir.

3. El libro sería formidable si no fuese porque se detiene a describir las relaciones amorosas entre el presidente y su consejera para la seguridad nacional, las que Jack tiene con su mujer (que desea tener un tercer hijo), al mismo tiempo que las brutalidades cometidas por los terroristas, especialmente en las torturas, suicidios, homicidios, ejecuciones, etc. Y todo esto con la misma calma y precisión con que trata los demás aspectos en el libro. Es una pena, dado que son unas pocas páginas y lo que se relata allí podía haber sido descrito de un modo más delicado y elegante. El lenguaje utilizado es, en general, bastante vulgar (es normal si se tiene en cuenta el nivel cultural y social de los personajes).

 

L.C.

 

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