BLASCO IBAÑEZ, Vicente: La catedral, 1903
1. Resumen del argumento: Gabriel Luna, hijo del señor Esteban, jardinero de la catedral de Toledo, nació y se crió en los claustros altos o "Claverías" de aquélla, donde habitaban los servidores y obreros del templo. De inteligencia despejada, fue destinado a la carrera eclesiástica e ingresó en el seminario, donde estudió con gran provecho, hasta que, próximo el momento de ordenarse, sobrevino la guerra carlista y partió, como otros muchos seminaristas, para luchar por la causa del Pretendiente a la Corona.
Terminada la guerra, se internó en Francia, y cuando dominó el idioma, pasó a París, hizo amistades, leyó a Darwin, Büchner y Haeckel, "que abrieron sus ojos a la luz de la verdad" y le hicieron perder la fe; luego Proudhon, Reclus, Kropotkin y Bakunin "completaron su cultura". Así, el antiguo seminarista se transformó en anarquista militante de tan "redentora" idea. Anduvo por varios países haciendo propaganda, y en Barcelona fue encarcelado por creérsele implicado en un complot, sufriendo dos años de torturas en la cárcel de Montjuich.
Recobrada la libertad, Gabriel, agotado, tuberculoso y siempre perseguido, vuelve a Toledo en busca del amparo de su hermano Esteban, empleado en la catedral como "Vara de Palo" (pertiguero de ceremonias litúrgicas) y habitante de la antigua vivienda familiar en las "Claverías". Esteban, viudo y olvidado voluntariamente de su hija Sagrario, que se fugó a Madrid seducida por un cadete del que estaba enamorada, acoge a su hermano con gran cariño y se consagra a cuidarle como a un hijo.
El anarquista dedica sus largos ratos de ocio a charlar de música con el sacerdote don Luis, maestro de capilla, y a perturbar con sus disertaciones la paz en que vivían el cura de monjas don Martín, el campanero Mariano, el zapatero y el perrero, apodado el "Tato". Ante ese auditorio, aumentado luego con la presencia de su sobrina Sagrario (a la que hizo buscar en Madrid tras haber sido abandonada por el cadete, hecha un andrajo), luce Gabriel sus conocimientos históricos, astronómicos, políticos y sociológicos, convenciendo a sus oyentes de que los sabios han explicado todo mejor que la religión, y han dado las normas para que la Humanidad viva feliz en una deliciosa igualdad.
El resultado de los discursos de Gabriel es que, hallándose una noche de guardia en la catedral (cargo que le habían facilitado para que pudiera ayudar a su hermano al sostenimiento de los gastos de la casa), se le presentan sus tres "discípulos", el campanero, el zapatero y el "Tato", con intención de apoderarse de las alhajas de la Virgen del Sagrario que adornaban la imagen por ser su fiesta, y como él trata de convencerlos de que han interpretado mal sus afirmaciones y de que no deben cometer ese crimen, discuten con acritud. Ante la amenaza de dar la alarma por parte de Gabriel, el zapatero, borracho, golpea al guardián en la cabeza y lo mata.
2. La descripción de los personajes, como ocurre en la novela naturalista, es muy viva; con especial fuerza se describe el mundo de las "Claverías", en lo alto de la Catedral Primada. El estilo es colorista, pero en ocasiones resulta prolijo por la excesiva teorización en la exposición de ideas socio-políticas por parte del protagonista.
3. La novela resulta un relato exasperadamente anticlerical, aunque el tiempo pasado desde su redacción resta fuerza a la crítica, centrada casi exclusivamente en la ignorancia y avaricia del clero, y las riquezas del tesoro catedralicio frente a la miseria de los habitantes de las "Claverías". Las ideas anarquistas y ateas son expuestas a lo largo de la narración.
L.N. y O.B.
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