BECKER, Carl L. The Heavenly City of the Eighteenth-Century Philosophers Yale University Press, New Haven and London 1932, 168 pp.
1. La tesis del autor es que los autodenominados Filósofos del siglo XVIII, franceses y anglosajones, fueron en realidad "cristianos camuflados", dependientes plenamente de una filosofía medieval de inspiración cristiana, a la que trataron de secularizar, sustituyendo al Dios transcendente por la "posteridad", y a la inmortalidad del alma humana por la sobrevivencia en el recuerdo de las futuras generaciones. Así se inaugura la "religión de la humanidad", que desembocó en las revoluciones americana y francesa.
2. La obra tiene el mérito de rectificar juicios históricos erróneos sobre las relaciones de la Ilustración con la Iglesia y el cristianismo. Sin embargo, tanto en la conferencia introductoria como en las conclusiones finales, el autor hace gala de un agnosticismo radical, basado en un extremo pragmatismo y positivismo. Según él, no se puede ir más allá de los "hechos brutos irreductibles" (W. James), y nuestro "clima de opinión" (Whitehead) no admite nada que los trascienda; hay que atenerse a la historia como crónica de "hechos", y a la ciencia como medición de "hechos".
3. Da por descontado que el cristianismo ha sido desacreditado y superado por la ciencia y el positivismo; la historia de la filosofía es interpretada en clave historicista, de modo que, por ejemplo, lo que dice Santo Tomás no se puede ahora considerar ni verdadero ni falso, sino irrelevante, derivado de un "clima de opinión" distinto del actual.
J.M.T.
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